Tostadas con tomate, cereales con leche, huevos revueltos con jamón, fruta con yogur, galletas, croissants... Hay muchos desayunos posibles con los que empezar nuestro día que podemos elegir en función de nuestros gustos, nuestro tipo de dieta o nuestra economía. Pero, ¿son todos igual de saludables? Obviamente, no. No obstante, si, a priori, tenemos que decantarnos por un desayuno salado o uno dulce, ¿cuál debemos elegir?
Boticaria García nos da la respuesta a esta importante pregunta. Esta famosa experta, para quien no la conozca, es doctora en farmacia, nutricionista y una de las divulgadoras científicas españolas más reputadas. Ha obtenido diversos reconocimientos, como el Premio Estrategia NAOS otorgado por el Ministerio de Consumo y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. En su último libro, Tu cerebro tiene hambre (2024), trata de derribar todos los mitos y prejuicios acerca del sobrepeso y la obesidad.
En sus redes sociales (con miles de seguidores), García comparte numerosos vídeos donde ofrece información relevante acerca de alimentación, nutrición, salud y otros temas variados. En una de sus más recientes publicaciones, esta nutricionista ha explicado si comer azúcar da más hambre o no y qué tipo de recetas deberíamos elegir por las mañanas al despertarnos.
¿Desayunos dulces o salados?
Como decíamos, Boticaria García responde en ese post a la pregunta "¿Comer azúcar nos da más hambre?". Su respuesta es que sí: "Los picos elevados en sangre, con sus caídas, nos pueden hacer entrar en una montaña rusa que nos lleva a querer comer más", explica. Así pues, la doctora ofrece a sus seguidores estrategias para evitar esa montaña rusa de apetito descontrolado y azúcares.
Para empezar, la especialista tiene claro que "el tradicional desayuno de zumito y bollitos" no es en absoluto la opción más deseable. "Nos hace superar las recomendaciones diarias de azúcar antes de habernos quitado el pijama", advierte.
En contraste, alimentos salados como, por ejemplo, el aguacate, sí son una alternativa que aconseja incluir en el desayuno. "Son como Teruel, también existen", bromea García sobre este fruto tan saludable que muchas veces olvidamos incorporar en nuestras comidas.
Asimismo, la nutricionista anima a tomar más fibra: "La fibra es saciante y forma un gel en nuestras tripas que estorba la absorción del azúcar". Por tanto, comenzar nuestras mañanas con una rebanada de pan, avena, frutos secos o una pieza de fruta, puede ayudarnos mucho a combatir el hambre. Por otro lado, "aumentar el porcentaje de proteínas", también incrementa la sensación de saciedad.
En conclusión, como afirma Boticaria García, las personas que toman un desayuno azucarado pueden llegar a ingerir 300 kilocalorías más que aquellas que no lo toman. Y esas 300 kilocalorías diarias, a la larga, pueden suponer hasta 9 kilos más al año, lo que, evidentemente, se traduce en una subida de peso.