Según una investigación llevada a cabo por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), en España, el hogar es el ámbito donde se produce el mayor desperdicio alimentario, con un 33,67 %. No obstante, estas cifras están por debajo de la media europea, donde se registra un 53,60 % de pérdida de producto.

Cada año, en la Unión Europea se desperdician más de 58 millones de toneladas de alimentos, esto es 131 kg por habitante, con un valor de mercado aproximado de 132.000 millones de euros. Al mismo tiempo, en la UE más de 37 millones de personas no pueden permitirse una comida de calidad cada dos días. Además, otra de las consecuencias del desperdicio de alimentos es el impacto negativo para el medioambiente.

La EFSA identifica el desperdicio alimentario como una amenaza contra la seguridad alimentaria y ha puesto en marcha la campaña Safe2Eat con el objetivo de mejorar la formación de los europeos en materia de seguridad alimentaria y proporcionar una base de conocimiento que pueda ayudar en la toma de decisiones a la hora de hacer la compra.

La lista de la compra que ayuda a ahorrar

Una buena planificación a la hora de hacer las compras es clave a la hora de evitar que se desperdicien alimentos porque se han echado a perder antes de haberlos consumido y una forma de conseguirlo es lo que se conoce como "lista de la compra inversa".

La lista de la compra inversa es una técnica de planificación de compras y organización de alimentos en casa que se basa en hacer una lista o inventario de lo que ya tenemos en casa antes de salir a comprar.

En lugar de empezar escribiendo la lista con los productos que queremos comprar, primero revisamos qué ingredientes o productos ya están disponibles en nuestra despensa, nevera y congelador, y con base en eso, planificamos nuestras comidas para, finalmente, hacer la lista de la compra con lo que realmente necesitamos.

Así funciona el método de la lista de la compra inversa

  1. Revisamos lo que ya tenemos en casa. Podemos hacer un inventario detallado de todos los alimentos que tenemos disponibles en casa, como conservas, productos frescos, congelados, especias, etc. Esto podemos hacerlo en un archivo de Excel que podemos ir actualizando para no tener que empezar de nuevo cada vez. Para ayudar en la planificación, podemos apuntar también la fecha de caducidad o de consumo preferente de cada uno de los alimentos.
  2. Planificamos las comidas de los siguientes días. Con nuestro inventario delante, creamos un menú semanal con recetas que nos sirvan para aprovechar los ingredientes disponibles. A la hora de elegir los platos que queremos preparar, priorizaremos aquellos con los que podamos utilizar los alimentos frescos que, de no usarlos, se acabarán estropeando.
  3. Hacemos una lista de los ingredientes que no tenemos. Solo una vez que hemos decidido las comidas y visto qué ingredientes faltan, elaboramos una lista de compras con lo necesario para completar esas recetas o reponer productos básicos.

Ventajas de tener un inventario actualizado de la comida que tenemos en casa

Al planificar las comidas con lo que ya tenemos, evitamos que los alimentos se echen a perder o caduquen, lo que nos lleva a reducir el desperdicio de alimentos.

Como estamos utilizando lo que ya tenemos y solo compramos lo que es estrictamente necesario, gastamos menos en compras impulsivas o innecesarias. 

Mantener actualizado nuestro inventario de víveres nos ayuda a saber exactamente qué hay en casa, qué es lo que debemos consumir antes y qué necesitamos reponer. Así podemos llevar a cabo una planificación de comidas más consciente, eligiendo las recetas y aprovechar los ingredientes al máximo. 

Al hacer una lista más precisa y basada en lo que realmente nos hace falta, además de dinero, ahorraremos tiempo a la hora de hacer las compras en el supermercado, pues iremos a tiro fijo.