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Las personas amantes de las frituras, pueden encontrarse habitualmente con el problema de que, en un momento dado, se puede haber preparado más comida de la que finalmente se ha consumido, haciendo que se acabe tirando a la basura o se consuma en otro momento, pero no en las mejores condiciones, habiendo perdido esa textura crujiente que los caracteriza.

Sin embargo, existe un truco para recalentar fritos y que parezcan recién hechos, aunque para ello tendrás que dejar de lado el microondas, que las deja blandas, y al horno, que consume demasiada energía. Pese a todo, con un simple paso es posible recalentar las frituras y que tengan un sabor y textura que parecerá que están recién hechos.

Las frituras, ya sean aros de cebolla, croquetas caseras, nuggets de pollo o cualquier otra preparación empanada, son muy populares, ya que además de su rico sabor, presentan un exterior dorado y crujiente.

Para conservar la textura crujiente de las frituras y que parezcan recién hecho debes tener en cuenta cuatro puntos clave:

  • Evita el microondas: a pesar de que el microondas es un electrodoméstico que puede llegar a ser realmente útil en muchas situaciones, recalentar frituras no es su mejor función, haciendo que sea habitual que estas adquieran una textura blanca y que no deja una buena sensación en el paladar.
  • No utilices el horno: aunque hornear las frituras puede llegar a ser una opción para que los fritos recuperen esa textura crujiente, el tiempo que hay que invertir en precalentar el horno y el propio proceso de cocción puede llegar a ser un hándicap para usarlo. Además, su consumo energético es elevado y puede no compensar utilizarlo para unos pocos fritos.
  • Usa una sartén antiadherente: el mejor truco para recalentar fritos y que parezcan recién hechos es usar una sartén antiadherente con un poco de aceite de oliva virgen extra, colocando las frituras sobre la misma.
  • Recalienta las frituras a fuego suave: es importante que las frituras se recalienten a un fuego suave para evitar que se sobrecalienten rápido, lo que puede hacer que se ablanden. En este sentido, no es necesario que superen los 70 °C para poder recuperar su textura crujiente sin quemarse.

Consejos para recalentar la comida

Muchos platos no se acaban en el momento para el que han sido preparados y se dejan para el día siguiente, algo muy habitual entre los que cocinan con frecuencia, que pueden encontrarse con que en muchas ocasiones no se calculan bien las cantidades. Además, no hay que olvidar que en otros muchos casos se opta por el precocinado para tratar de ahorrar tiempo en la cocina o cuando se come en el trabajo.

Esto nos lleva a que haya algunas dudas con respecto a la forma en la que hay que recalentar la comida, pues, aunque en la gran mayoría de alimentos es posible hacerlo de manera sencilla, en otros no lo es tanto. En todo caso, conviene tener presentes una serie de consejos básicos para que la comida recalentada tenga un buen sabor y conserva la mayor parte de sus propiedades.

Para empezar, conviene enfriar las sobras lo más rápido posible, siendo recomendable que se haga en menos de dos horas después de haberlas cocinado, para luego guardarlas en el refrigerador y consumirlas en un periodo máximo de 3-4 días. Además, a la hora de calentarla, se recomienda que sea a unos 70 °C durante un par de minutos para así ayudar a eliminar la mayor parte de los gérmenes. En el caso de la pasta, se debe recalentar en agua caliente para que así se despegue.

Las sobras congeladas, por su parte, se deben descongelar previamente y de forma adecuada en el frigorífico. Una vez descongeladas, se prepararán y comerán en un máximo de cuatro días, y no se deben volver a congelar las sobras ya descongeladas.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que las sopas y guisos mejoran cuando se recalientan, ya que esto provoca que su sabor se desarrolle por completo, debiendo calentarlas a fuego medio-alto y revolviendo con regularidad. En este caso, se pueden recalentar hasta en tres ocasiones.

¿Qué alimentos no se pueden recalentar?

A pesar de que la gran mayoría de los alimentos sí se pueden recalentar, hay una serie de ellos que no se pueden recalentar, pues estos pueden llegar a perder sus propiedades e incluso ser peligrosos, aunque solo en determinados casos:

  • Espinacas: muchas personas evitan recalentar las espinacas porque son ricas en nitratos, que cuando se calientan pueden llegar a convertirse en nitritos cancerígenos, pero esto solo sucede en el caso de que la espinaca no se haya mantenido debidamente refrigerada. Si se introducen las espinacas en la nevera rápidamente tras su preparación, se puede calentar en una cacerola y consumirlas al día siguiente. No obstante, no es recomendable en el caso de los niños, que son más sensibles a los nitritos que los adultos.
  • Setas: existe el mito de que los champiñones nunca se deben recalentar, pero si has preparado las setas y las introduces rápidamente en la nevera tras cocinarlo, se puede calentar al día siguiente sin ningún tipo de problema, pero habrá que calentar a fuego vivo el plato de champiñones y no recalentarlo en más de una ocasión.
  • Arroz: el arroz crudo puede contener la bacteria Bacillus cereus, que puede provocar intoxicación alimentaria, pues son esporas que son capaces de sobrevivir a la cocción. Por ello, tras cocinarlo, conviene ponerlo en la nevera rápidamente, sin dejar que permanezca mucho tiempo a temperatura ambiente, pues podría desarrollar bacterias.