Es complicado resistirse a unas alitas de pollo fritas bien hechas, siendo un plato estrella en muchas de las reuniones familiares o encuentros con amigos, pues suelen gustar a todo el mundo y son fáciles de comer. A prácticamente todo el mundo le gusta disfrutar de ese sabor jugoso por dentro y crujiente por fuera, aunque no siempre es fácil de conseguir.
Aunque habitualmente se recurre al uso de vinagre o pan rallado, debes saber que existe un truco para conseguir unas alitas de pollo crujientes sin una caloría extra y sin tener que recurrir a la fritura. Tan solo necesitarás un horno y hacer uso de polvo de hornear.
El polvo de hornear no solo ayuda a que los pasteles suban en el horno, sino que se trata de un ingrediente fácil y cómodo de utilizar que se puede usar para conseguir que la piel del pollo quede perfectamente crujiente, tal y como si hubiesen sido fritas en aceite, pero sin que realmente lo hayan hecho.
También conocido como polvo gasificante o levadura química, debes tenerlo muy presente a la hora de preparar tu receta de alitas de pollo, puesto que ayuda a eliminar la humedad de la piel del pollo para facilitar que se dore y que pase a tener una textura crujiente al hornearse, además de no provocar alteraciones en el sabor del pollo.
Alitas de pollo al horno crujientes
Preparar alitas de pollo al horno es muy fácil y no se necesitan una gran cantidad de ingredientes, ya que solo necesitas tener unas alitas de pollo, polvo de hornear, sal, pimienta y un poco de aceite de oliva para conseguir un resultado excepcional. Además, a estos puede añadir los condimentos que prefieras, como el ajo en polvo, el pimentón o la cebolla en polvo, con los que podrás darles el toque definitivo a tus alitas.
El primer paso a seguir y del que debes asegurarte es que las alitas estén bien secas antes de empezar con la preparación. Es un paso muy importante, ya que, si las alitas tienen demasiada humedad, el polvo de hornear no podrá cumplir con su finalidad correctamente y el resultado final no hará que sea tan crujiente. No obstante, con solo usar papel de cocina podrás secarlas bien.
Una vez secas, llega el momento de mezclar el polvo de hornear con la sal, la pimienta y los condimentos que hayas podido elegir en un bol de gran tamaño, donde tendrás que asegurarte de que todo está bien distribuido para que luego cada una de las alitas quede totalmente impregnada de la mezcla.
El siguiente paso consiste en cubrir las alitas con la mezcla, para lo que podrás ir colocando las alitas en el bol de la mezcla e ir revolviéndolas bien por todos los lados hasta que todas queden bien cubiertas con el polvo de hornear y los condimentos elegidos, en un paso clave para conseguir que tengan un resultado final crujiente.
Una vez que todas las alitas han sido pasadas por la mezcla, habrá que precalentar el horno a 220 grados centígrados, y mientras calienta, puedes ir colocando una rejilla sobre una bandeja de horno, la cual tendrá que ser usada para permitir que el aire circule alrededor de las alitas mientras estas se hornean. Ayudará a conseguir un cocinado uniforme y que estén crujientes por todos los lados.
Dado el caso de que no dispongas de una rejilla, también tendrás la posibilidad de colocar las alitas de forma directa sobre la bandeja, si bien la rejilla es la mejor opción porque ofrece un mejor resultado.
Antes de pasar a colocar las alitas en el horno, rocía con un poco de aceite de oliva para conseguir que se doren más durante el horneado, dándoles ese color tan apetecible y la textura crujiente que siempre se busca cuando se trata de preparar unas buenas alitas.
Una vez hecho esto, habrá que ir colocándolas en la rejilla, de forma que se evite que estén en contacto entre ellas, para favorecer que se puedan cocinar de manera uniforme. A partir de ahí, habrá que tener mucho cuidado con el tiempo de horneado, ya que para que salgan unas alitas perfectas es fundamental hacer un buen ajuste.
En este sentido, una vez precalentado el horno, se recomienda colocar la bandeja en el horno y hornear durante 35 a 40 minutos. A mitad de la cocción, sería conveniente darle la vuelta a las alitas para que se doren de la misma forma por los dos lados. Si te gustan aún más crujientes, podrás dejarlas durante unos minutos más en el horno, con cuidado de que no lleguen a cocinarse en exceso.
De esta manera, podemos preparar unas deliciosas alitas de pollo que serán perfectas para disfrutar en un encuentro con familiares o amigos, o simplemente para disfrutar uno mismo en aquellos días en los que se busca algo sencillo que llevarse a la boca y con una textura que resulta irresistible.
Las alitas de pollo son un alimento muy versátil que hace que encajen a la perfección en distintas preparaciones y con muchos ingredientes diferentes, consiguiendo de esta manera que puedas optar por unas u otras opciones según tus preferencias, además de ser un alimento económico. No obstante, como sucede con prácticamente cualquier alimento, no deberías excederte en su consumo o podría ser perjudicial.