Las patatas son uno de los ingredientes imprescindibles en las cocinas de todo el planeta, si bien la forma en la que se deben conservar es un asunto que siempre ha dado mucho que hablar. Durante mucho tiempo se ha creído que el lugar perfecto para guardarlas es un sitio fresco y oscuro, que esté alejado de la incidencia directa de los rayos del sol y de la humedad, pero recientes estudios han podido conocer cuál es el mejor lugar para guardar las patatas y que se conserven mejor, pudiendo llegar a duplicar su vida útil.

Tradicionalmente, se ha aconsejado el almacenamiento de patatas en armarios o despensas frescas, pero la fundadora de The Full Freezer, Kate Hall, va en contra de esta creencia popular y ha confirmado cuál es la mejor forma de conservarlas para que se mantengan frescas durante más tiempo. Según sus estudios, el frigorífico es el lugar idóneo para su almacenamiento, pues puede prolongar su frescura de tres a cuatro semanas, superando así en dos semanas el periodo que ofrecen otros métodos convencionales.

Una de las principales preocupaciones acerca del almacenamiento en frío de este tubérculo ha tenido que ver con el riesgo de que se formen azúcares, que se convierten en acrilamida al cocinarse, siendo esta una sustancia potencialmente cancerígena. Sin embargo, investigaciones recientes de la Agencia de Normas Alimentarias (FSA) han desmentido que esto suceda, confirmando que refrigerar las patatas no supone un riesgo adicional para la salud.

Cuidado con la humedad

Más allá de saber que el frigorífico es el lugar idóneo para almacenar las patatas y que estas se mantengan frescas durante más tiempo, es importante el control de la humedad, pues una humedad excesiva puede provocar un aceleramiento del deterioro de las patatas. Por este motivo, es necesario mantenerlas secas y evitar lavarlas antes de su almacenamiento.

Un truco útil que se puede poner en funcionamiento pasa por envolverlas en una toalla de papel dentro del frigorífico, lo que ayuda a absorber cualquier exceso de humedad y hace que las patatas se mantengan frescas durante más tiempo. Asimismo, es imprescindible que las patatas estén separadas de otros alimentos como las cebollas, pues estos tubérculos emiten gas etileno, lo que puede acelerar la maduración y descomposición de otras frutas y verduras.

Así pues, lo más conveniente es almacenar estos alimentos diferentes en compartimentos distintos del frigorífico o en recipientes cerrados, de manera que puedan estar debidamente protegidos y evitando así cualquier efecto indeseado.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, siguiendo las recomendaciones de Kate Hall, nos encontramos con que el frigorífico es el mejor lugar para conservar las patatas, siempre y cuando se tomen las medidas de precaución necesarias para evitar la humedad en las mismas y que se mantengan alejadas de otros productos que puedan afectar a su proceso de maduración. Hecho esto, se podrá disfrutar de las patatas durante más tiempo y en las mejores condiciones.

Cómo conservar las patatas ya peladas

Es habitual que, a la hora de cocinar, muchas veces no se acierte con la cantidad de ellas a preparar, haciendo que en ocasiones haya que pelar más para la elaboración que se desea preparar y, en otras, sobre comida. Si se da este último caso, puede haber dudas de la mejor forma de conservarlas para evitar que se pierdan y acabe siendo necesario desecharlas.

Tanto si se da este caso como si lo que se busca es dejar preparada parte de la receta para ganar tiempo en la preparación, conviene saber una serie de trucos para conservar mejor la patata una vez pelada o cocinada.

Si se han pelado demasiadas patatas, se puede pensar que lo mejor es introducirlas en el frigorífico, donde se conservarán sin problema. Aunque esta decisión es acertada, no lo es del todo, ya que, aunque podrá ser una solución, no conservará de una forma adecuada el estado de estos tubérculos. Por lo tanto, será necesario ir un paso más allá para evitar que se oxiden y pierdan propiedades y textura, siendo recomendable introducirlas en un recipiente lleno de agua con un chorrito de limón o vinagre. Una vez hecho esto, se podrán conservar en el frigorífico hasta el momento de su consumo, siendo recomendable no mantenerlas más de un par de días.

Otra opción pasa por envolverlas en papel film o introducirlas en bolsas de congelación, vaciando bien el aire antes de cerrarlas. En ambos casos será imprescindible secar bien las patatas usando papel de cocina o una servilleta.

Si además de pelarlas, las patatas están troceadas, se seguirá el mismo procedimiento que en el caso anterior, si bien habrá una diferencia en el tiempo de conservación, que se acortará para ser aconsejable mantenerlas así un día o máximo dos. De igual modo, habrá que cambiarles el agua dos veces al día para conseguir que se mantengan en el mejor estado posible.

Si se trata de patatas cocidas, lo más recomendable es cocinarlas con su piel y que esta se retire en el momento de su consumición, de manera que se podrán mantener mejor al frío y conservando mejor sus propiedades. Si ya se han cocinado peladas, habrá que esperar a que se enfríen para poder meterlas en la nevera, para que una vez que lo estén, secarlas bien con un papel antes de introducirlas en un recipiente hermético, lo que hará que estén protegidas en el interior del frigorífico.