La salsa de tomate es imprescindible en la gastronomía española, siendo utilizada en una infinidad de platos para mejorar distintas recetas de pasta, carne o pescados, en los que aporta una mayor jugosidad y sabor. En el mercado podemos encontrar una gran cantidad de opciones entre las que elegir, pero no hay nada como preparar una salsa de tomate casera.

Sin embargo, un problema frecuente que sufren quienes la preparan en su propio hogar, es tener que hacer frente a la acidez natural de la salsa de tomate, lo que implica tener que actuar para corregirla. El tomate, que es una fruta ácida, puede llegar a dar origen a una salsa con un sabor que no todos consiguen disfrutar por este motivo, razón por la que habitualmente se ha optado por añadir azúcar para contrarrestar esa acidez, si bien no es el mejor método dado que aumenta de forma innecesaria la cantidad de calorías.

Más allá del azúcar y la leche, existe un truco perfecto para reducir la acidez de una salsa de tomate casera sin cambiar su sabor y haciendo que continúe siendo un alimento saludable. Para que sea menos ácida también será recomendable elegir el tomate apropiado, siendo las variedades San Marzano o tipo Roma son menos ácidas. Además, cuánto más maduros estén los tomates, menor será la acidez percibida.

Reducir la acidez de la salsa de tomate

Más allá de elegir una variedad de tomate adecuada y que tenga suficiente grado de madurez, cabe hablar del truco perfecto para corregir la acidez de la salsa de tomate casera, que pasa por utilizar bicarbonato de sodio, un versátil ingrediente que la gran mayoría de personas tienen en su despensa.

Este compuesto químico consigue alterar el pH de la salsa, haciendo que sea menos ácida sin modificar su sabor. La forma de utilizarlo es muy sencilla, siendo necesario solo agregar pequeñas cantidades de bicarbonato en la salsa mientras se cocina, asegurándose de remover bien y permitiendo que se mezcle durante varios minutos. Se trata de un método que además de ser sencillo, es muy económico, de forma que puedas llegar a disfrutar de una salsa de sabor excepcional.

Otros métodos para reducir la acidez

Aunque el bicarbonato de sodio es la mejor opción para poder conseguir una salsa de tomate menos ácida cuando se prepara de forma casera, existen otras opciones y recomendaciones que se pueden utilizar para reducir su acidez. Entre ellas se encuentran las siguientes:

  • Azúcar: como hemos comentado, el azúcar es uno de los ingredientes más utilizados para la reducción de la acidez. Aunque no reduce la acidez en lo que se refiere al pH, sí que contribuye a conseguir que se enmascare el sabor ácido, resultando en una receta más agradable en el paladar. Para usar este método tan solo hay que agregar media cucharadita de azúcar por cada kilo de tomates para así poder apreciar la diferencia.
  • Lácteos: los ingredientes lácteos como la nata, la leche o la mantequilla también ayudan a conseguir un mayor equilibrio de los sabores, todo ello al mismo tiempo que aportan cremosidad a la salsa.
  • Verduras dulces: para poder combatir la acidez de la salsa de tomate casera también es posible añadir algunas verduras dulces, como son las calabazas o las zanahorias, las cuales, además de agregar dulzor, también contribuyen a conseguir una salsa más saludable al aportar nutrientes adicionales beneficiosos para el organismo.
  • Usa variedades de tomate más dulces: optar por preparar la salsa casera usando tomates de variedades más dulces, como los cherry o de rama, son una buena opción para poder mejorar la sensación en el paladar, además de ser opciones que aportan dulzor natural que contribuye a equilibrar la salsa.
  • Asar los tomates: más allá de los ingredientes que se pueden utilizar para reducir su acidez, hay algunas técnicas que se pueden aplicar para conseguir este mismo efecto. Una de ellas pasa por asar los tomates antes de incorporarlos a la salsa, de forma que el proceso de caramelización se encargue de potenciar los azúcares naturales del tomate y, por tanto, se consiga una reducción de la acidez.
  • Cocinar a fuego lento: si se cocina la salsa de tomate durante un tiempo prolongado a fuego lento, también se ayuda a reducir la acidez, haciendo que los sabores de la misma se mezclen y suavicen de una forma natural.
  • Caramelizar cebollas: caramelizar cebollas antes de agregar los tomates a la sartén permite modificar la salsa para hacer que esta tenga un dulzor natural que se enfrenta a la acidez, sin necesidad de hacer uso de otros ingredientes adicionales.

De esta manera, es posible recurrir a diferentes trucos para poder reducir la acidez de la salsa de tomate casera, todos ellos de una manera muy cómoda y sencilla, pero además de conseguir este objetivo principal, también podrán servir para poder experimentar con diferentes sabores y texturas, lo que a su vez de pie a poder crear platos llenos de sabor y con un toque único.

De hecho, para poder comprobar cuál es el método que mejor resultado te da y más encaja en tus gustos y preferencias, se recomienda ir probando las diferentes formas de reducir su acidez hasta poder encontrar aquella que te resulte más agradable para tu paladar.