Hoy es viernes y he vuelto del trabajo cansado, pero con ganas de comer algo contundente y sobre todo sabroso. Me apetecía un plato de verdad, rico, después de una semana de ensaladas y sandwiches, porque no he parado ni un momento. He tenido los exámenes finales y en el trabajo ha habido muchísimo lio, era una semana clave. Pero hoy se acaba la semana y me voy a recompensar con un buen plato. Entre unas cosas y otras tampoco he tenido demasiado tiempo, así que la nevera no rebosa precisamente, por lo que vamos a recurrir a los ingredientes que siempre están (esos que hay en los armarios, especias por ejemplo) y unas salchichas de carnicero, muy baratas y que se pueden comprar en cualquier lado. La receta es muy sencilla, se tarda poco y está riquísimo. Si podemos comprar un poco de pan volviendo a casa, ¡os aseguro que no sobrará ni un poco de la salsa que lo acompaña!

Ingredientes

  • Media cebolla.
  • Azúcar moreno (nos sirve blanco sino tenemos).
  • 1 vaso de vino blanco (o tinto o cerveza).
  • Gravy en polvo (o una pastilla de caldo).
  • 6-7 Salchichas de carnicero (que puedes comprar en el supermercado perfectamente).
  • Caldo de pollo o carne (en brick, si no vale agua).
  • Salsa de soja (no es necesaria sino tienes).
  • Maizena.
  • Sal.

salchicha cebolla caramelizada

Preparación

Para simplificar y no llenar la cocina de trastos vamos a cocinar todo en un solo cacharro. Lo ideal es una cazuela ancha y baja, pero sino nos vale una sartén grande.

Primero freímos las salchichas con una gota de aceite, hasta que queden hechas y ligeramente doradas por fuera. Tenemos que usar un fuego medio-alto (6-7/10). Cuando estén hechas las retiramos y dejamos en un plato (yo uso el propio recipiente donde venían) con papel de cocina para quitar la grasa sobrante. La que ha quedado en la cacerola lo dejamos, dará sabor al plato.

paso1

Añadimos un chorrito de aceite, la media cebolla cortada en pequeños cuadraditos, una pizca de sal y una cucharada sopera bien cargada de azúcar moreno, aunque ya os digo que el blanco sirve, pero yo particularmente prefiero el moreno. Cocinamos lentamente a fuego medio (5/10), mientras la cebolla se carameliza, hasta que quede transparente. Habrá cogido color de las salchichas, pero no hay ningún problema, porque también da sabor y hará que quede mucho más saboroso.

paso2

Subimos el fuego al máximo y, cuando esté bien caliente, añadimos el vaso de vino blanco. Queda igual de rico con un vaso de cerveza, y también vale vino tinto, pero da demasiado sabor. Saldrá mucho humo, es el alcohol reduciendo, tenemos que volver a fuego medio pasados unos dos minutos.

Ahora tenemos que añadir una cucharada sopera de gravy en polvo, que se puede sustituir perfectamente por una pastilla de caldo de ternera o cordero, y dejamos que se disuelva ligeramente para añadir un vaso de caldo de pollo o  carne (sino lo tienes a mano puedes echar un vaso de agua sin ningún problema) si notamos que hay poca salsa (más o menos tienen que cubrir las salchichas por encima de la mitad). A continuación añadimos también una cucharada pequeña de maizena y una de salsa de soja. La salsa de soja aporta un ligero toque de sabor, pero sino tienes no es necesaria. Agregamos una pizca de sal.

A continuación añadimos las salchichas a la cazuela y dejamos reducir la salsa a fuego medio (5/10) sin la tapa. Es muy importante que la tapa no esté puesta, porque sino el agua no se evaporará y la salsa no reducirá. Sabremos que está listo cuando la salsa se haya espesado, y todo su sabor estará mucho más concentrado.

paso3

Servir y disfrutar, porque está riquísimo.

Resultado

En un rato y con ingredientes que es fácil tener por casa hemos preparado un plato muy bueno y sabroso. Perfecto para cuando tengas algo más de tiempo de lo normal y necesites algo contundente.

Tiempo: 20 minutos

Dificultad: 3/5

Digestión: 3/5

Precio: 3,5€

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