Cocinillas sigue imparable, cada día más visitas y gente comentando, cada día, con cada nuevo apoyo en twitter o visita, se me renuevan las ilusiones por este proyecto, que junto a Juanma se nos ocurrió mientras, día tras día al verle llegar a la oficina y ponernos a comer tristemente en una sala, le decía: Eso que, te lo ha hecho mami? Y siempre me decía, no, que va, yo miraba mi plato, y como recién independizado, tampoco era un plato de mami. Así nació cocinillas, y hoy, aunque me salga el trabajo por los oídos, quiero dedicarme un hueco para traeros algunas de mis recetillas, por si somos cocinillas, hacemos recetillas, se trata de una versión modificada de la salsa carbonara con unos macarrones, hay mil versiones de la carbonara, aunque sólo una original que ya contaré, esta es sólo una de las variantes de las casi-carbonaras. Espero que os guste 😉

Preparación

Ponemos abundante agua a calentar, que hierva, luego la sal (siempre después o el punto de ebullición será más alto y tardará más) echamos los macarrones y listo el tema de la pasta, durante los 10 min que tarden, en los que haremos el resto.

En una sartén con aceite, echamos la carne picada y la dejamos que se fría, removiéndola y dejándola dorarse y hacerse por completo, sin temor a que quede seca porque luego el huevo hará jugoso el plato.

En un bol, ponemos los dos huevos, una buena cantidad de pimienta (es uno de los sellos propios junto al huevo de la salsa carbonara) la sal, y el chorro de nata líquida. Lo batimos todo bien, hasta que quede ligado, como una tortilla, y lo vertemos sobre la carne picada, removiéndolo bien y dejando que se haga todo el huevo, pero sin dejarlo muy seco ni completamente cuajado.

Una vez esté listo, vertemos el huevo y la carne sobre los macarrones ya escurridos, y remover todo aún en el fuego para terminar de hacer el huevo que no se haya hecho.

Hecho esto, ya tendremos nuestros macarrones casi carbonara, sólo falta ponerlos en un plato, decorar con un poco de quedo y pimienta y listo, en menos de 15 min los tienes, ¿a que pensabas que sería más difícil? Pues no 🙂