Esta receta, como todas, tiene historia, y ha ido pasando de boca en boca y ahora, vía internet irá también expandiéndose por la red. A si que dedico esta receta a mi tía Rosa, que es quien me la contó 🙂 Basicamente es conseguir del conocido queso cremoso Philadelphia o parecidos, una variante menos cremosa y por tanto más fácil de manejar, y con un sabor propio que os encantará. ¿Os apetece?
Ingredientes
- 1 Tarrina de Queso Cremoso para untar (Philadelphia u otros, a ser posible Light)
- 2 Cucharadas de aceite de oliva
- Una docena o puñado de nueces
- Perejil
- Una lámina de gelatina neutra
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Preparación
Primer paso: Trocear las nueces pero sin machacarlas del todo y ponerlas en una olla o sartén antihaderente, añadir también las dos cucharadas de aceite (yo en la receta que veis en las fotos se me fue la mano de más, pero no pasa nada) y a fuego lento dejar que empiece a soltar el aroma de la nuez, es decir, justo cuando empiece a chisporrotear levemente el aceite, en ese momento, añadir toda la tarrina de queso Philadelphia, teniendo cuidado porque puede saltar, pero con calma, seguir removiendo todo para que se mezcle con el aceite y las nueces.
Cuando empiece a hacerse una mezcla homegénea, añadir el perejil picado y seguir remiviendo a fuego lento. No mantener más de 3 minutos. Retirar del fuego y poner la lámina de gelatina, para seguir removiendo y deshaciendo la gelatina completamente en la crema de queso que se ha formado.
Por otro lado, en la misma tarrina del queso, poner plástico film transparente en el fondo de la tarrina (se puede decorar en el fondo con una hoja de perejil para que al sacarlo cuando esté frío, corone el quesito) Echar el queso caliente sobre la tarrina, dejar reposar y meter al frigorífico para que se termine de enfriar.
Una vez frío, se desmoldará facilmente por el plástico que hemos puesto. Y ya lo tendremos listo para servir y cortar en trozos o porciones en forma de quesitos y con un sabor espectacular.
Resultado
Como veis, se puede cortar en trocitos, y para servir en la mesa es mucho más cómodo de servir. Sirve para ensaladas, canapés, para comer solo como snack. Pero el sabor es lo mejor, muy muy rico, y no sólo eso, si que que podeís variar la receta y añadir otras cosas que no sean nueces y perejil, opciones hay muchas. La base es el aceite, el queso y la gelatina, lo demás puede variar. A disfrutar de la receta y ya sabéis, experimentad en la cocina.
Tiempo: 12 minutos de preparación y 6 horas de enfriado
Dificultad: 3/10
Digestión: 6/10
Precio: 3€ en total