Intentando desbancar a las míticas patatas bravas, las patatas al Cabrales buscan hacerse hueco entre los aperitivos de las mesas de Asturias y algunas zonas de Cantabria. Qué bonito es España que con unas simples patatas se hace feliz a tanta gente.

Y si no, que se lo digan a la ensaladilla rusa, a la tortilla de patatas, a las patatas revueltas con huevo y chorizo, al pastel de patata y col (trinxat de la Cerdaña), a la ensalada campera, a las patatas a la riojana, a las patatas con costilla, a los huevos rotos con patatas o al mítico marmitako de bonito.

Efectivamente, una de las cosas buenas de la patata es su versatilidad - aunque también hay que saber elegir el tipo de patata para cada uso y receta - y otra es su coste económico aparejado a que aporta gran saciedad.

A la hora de hacer patatas fritas crujientes, muchas son las técnicas, pero hoy vamos a recurrir a las siempre socorridas patatas cocifritas, por lo tanto, con menos carga de grasa en su interior. Que tenga algo de agua dentro la propia patata, gracias a la cocción, aunque siempre se hará con la piel de la patata incluida y se pelarán después, hará que al freír se genere ese efecto rebote de expulsión del aceite y la patata quede más ligera. Cremosa en su interior, pero muy crujiente en el exterior. 

La preparación de la salsa es tremendamente fácil, pues lleva sólo cuatro ingredientes: el queso de Cabrales, la nata, la sidra y la pimienta negra. Todo junto y bien mezclado en un cacillo a fuego suave hasta que la cremosidad sea la óptima. Si no queremos que la mezcla reduzca mucho para que no tenga un sabor muy potente siempre se puede espesar la salsa con la ayuda de un poco de fécula de maíz diluida en nata fría. La salsa hay que conservarla caliente, pero con cuidado porque se quemará muy fácil si la dejamos en el fuego.

Receta de patatas al Cabrales

Patatas al Cabrales Clara Villalón

Ingredientes

  • Patatas agrias, 4 ud
  • Aceite de oliva, abundante para freír
  • Queso cabrales, 100 g
  • Nata, 50 ml
  • Sidra, 20 ml
  • Sal, c/s

Paso 1

Cocer las patatas

Paso 2

Preparar la salsa de cabrales

Paso 3

Freír las patatas

Paso 4

Terminar las patatas con la salsa

Paso 1

Introducir las patatas con piel en una olla con abundante agua hirviendo y dejar cocer durante unos veinte minutos. El tiempo dependerá del tamaño de las patatas y también de la altura donde nos situemos y del tipo de agua. Lo mejor es ir pinchándolas poco a poco. Una vez que el agua vuelve a hervir habrá que bajar el fuego y cocinar a fuego suave para que no se pelen ni rompan las patatas.

Paso 2

Cuando las patatas estén listas, escurrir y dejar atemperar unos minutos. Con ellas todavía calientes, pelarlas y cortarlas en trozos de bocado, al gusto de cada uno. Dejar enfriar completamente.

Paso 3

Para preparar la salsa de Cabrales, cortar el queso en trozos pequeños y disponerlo en un cazo junto con la nata. Mezclar con la ayuda de unas varillas e incorporar también la sidra. Ir cociendo a fuego suave, removiendo sin parar, para que el queso se mezcle bien. Condimentar con pimienta negra. Una vez que el queso esté completamente diluido seguiremos removiendo hasta conseguir la textura deseada. Si no queremos que condense mucho, éste será el momento de añadir la fécula de maíz diluida y remover bien hasta que espese.

Paso 4

Calentar abundante aceite muy bien en una sartén honda o freidora y freír las patatas cocidas hasta que estén bien doradas. Retirar a un plato con papel de cocina y servir inmediatamente. Añadir un poco de sal por encima y regar con abundante salsa de Cabrales. Esta salsa se puede utilizar después para acompañar cualquier carne o una pasta o lo que se desee.