Cada vez es más habitual que haya personas que se preocupen por su salud y apuesten por disfrutar de postres saludables, donde podemos encontrar una infinidad de opciones interesantes. Entre ellas hay que destacar la gelatina de zanahoria, que es cremosa y rica en colágeno y calcio, además de contener vitamina C, con todos los beneficios que esta aporta.

Esta es una receta que combina sabores tradicionales con una textura cremosa y suave que consigue convertirse en todo un placer para el paladar, además de aportar nutrientes esenciales y siendo un postre perfecto para cualquier ocasión.

La gelatina ha sido relacionada en numerosas ocasiones con la salud de las articulaciones y los huesos, ya que es rica en calcio, además de contribuir a incrementar la secreción de creatina, favoreciendo el aumento de masa muscular sin agregar grasas.

En la receta también se encuentra leche, que es rica en energía, proteínas de fácil absorción, fósforo, calcio, grasas y distintas vitaminas que la hacen especialmente recomendable para lactantes y niños de hasta 4 años de edad, aunque generalmente también es recomendable en otras etapas de la vida.

Ingredientes

  • Dos paquetes de queso crema a temperatura ambiente (190 gramos cada uno)
  • Una lata de leche evaporada
  • Media taza de leche condensada
  • Dos tazas de agua
  • Tres sobres de gelatina (7 gramos cada uno) hidratada en un cuarto de agua y disuelta al baño maría
  • Una taza de zanahoria rallada
  • Cuatro cucharadas de canela molida
  • Media taza de nuez pecana troceada

Paso 1

Licuar el queso crema con la leche evaporada, media taza de leche condensada, agua y canela molida. Con la licuadora encendida, añadir la grenetina.

Paso 2

Verter la mezcla en un molde para gelatina previamente engrasado. Añadir la zanahoria rallada y la nuez pecana.

Paso 3

Refrigerar hasta que cuaje por completo.

Paso 4

Desmoldar la gelatina y disfrutar.

Beneficios de la zanahoria para la salud

La zanahoria es considerada una de las hortalizas más importantes del mundo gracias a su alto valor nutricional, algo que consigue gracias a su contenido en compuestos fenólicos, carotenoides, poliacetilenos y ácido ascórbico (vitamina C), entre otros.

Los polifenoles son sustancias presentes en las plantas que tienen beneficios para la salud por su actividad antioxidante, además de contar con efectos antienvejecimiento, antiproliferativos y antiinflamatorios, que ayudan a mantener los niveles de glucosa y colesterol en sangre, además de favorecer el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Su consumo ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, Alzheimer o diabetes, entre otras.

Dentro de las zanahorias se pueden encontrar algunas variedades que son poco frecuentes en Occidente, como sucede con el caso de las zanahorias negras, una variante que se puede encontrar en países como Pakistán, Turquía, China o India, que son ricas en antocianinas y que poseen propiedades anticancerígenas. De esta forma, reducen el crecimiento de células cancerosas al mismo tiempo que reducen el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer. También ayuda a reducir los niveles de glucosa y de colesterol, contando con efectos antiinflamatorios y antioxidantes que también previenen otras enfermedades cardiovasculares.

Los carotenoides son responsables del color de las zanahorias, apoyando la salud de la piel, el sistema inmunológico, así como la salud de la visión y las membranas mucosas. También hay que destacar que la luteína y zeaxantina presentes en zanahorias amarillas, se acumulan en la retina, mejorando la visión y protegiendo los ojos frente a la luz azul. Y una alta ingesta de luteína reduce el riesgo de degeneración ocular.

Por otro lado, las zanahorias son ricas en poliacetilenos, unas sustancias con excelentes propiedades que ayuda a proteger contra el cáncer, así como a inhibir la resistencia a fármacos en el cáncer de mama, aunque puede llegar a provocar algunos efectos tóxicos y posibles inflamaciones alérgicas. De igual forma, hay que hacer mención a una vitamina C (ácido ascórbico) que es esencial para producir colágeno, así como para la síntesis de carnitina y catecolaminas, y el metabolismo del colesterol.

Además de actuar como antioxidante y ayudar en la absorción de hierro, ayuda a prevenir el escorbuto (enfermedad producida por la escasez de alimentación de vitamina C que provoca hemorragias cutáneas y musculares, y alteraciones en las encías), y mantiene la piel, encías y vasos sanguíneos saludables. Por último, conviene recalcar que mejora el sistema inmunológico y tiene beneficios contra la arteriosclerosis y otras enfermedades cardiovasculares.