Cuando llega la hora de la cena, muchas veces caemos en la tentación de optar por platos poco saludables o ya preparados. Esto ocurre especialmente porque, después de una jornada larga y agotadora, no solemos tener ganas de cocinar algo elaborado. Sin embargo, no siempre es necesario recurrir a esas opciones rápidas y poco nutritivas. Existen recetas sencillas y saludables que se pueden preparar en pocos minutos y sin mayor esfuerzo.

Hoy te traemos una opción perfecta para una cena ligera, nutritiva y alta en proteínas que podrás preparar en 5 minutos. Además de ser muy fácil, está repleta de grasas saludables como los ácidos grasos Omega-3, perfectos para cuidar de tu salud. Esta receta se prepara prácticamente con un solo ingrediente y es ideal para quienes buscan algo rápido, pero nutritivo.

Hablamos del salmón al microondas, una forma sencilla y rápida de disfrutar de este pescado tan beneficioso para la salud. Solo necesitas unos lomos de salmón fresco, un poco de sal y las especias de tu preferencia para tener una cena deliciosa en cuestión de minutos.

Ingredientes de salmón al microondas

  • 2 lomos frescos de salmón sin espinas (150 g por persona)
  • 1 cucharadita de sal
  • Especias al gusto (opcional)
  • Agua (250 ml)

Paso 1

Seca los lomos de salmón con papel de cocina.

Paso 2

Llena un recipiente apto para microondas con unos 250 ml de agua. Añade la cucharadita de sal y remueve hasta que se disuelva.

Paso 3

Coloca los lomos de salmón en el agua, asegurándote de que no queden completamente sumergidos.

Paso 4

Cubre el recipiente con una tapa apta para microondas y cocina a máxima potencia durante 3 minutos.

Paso 5

Deja reposar un minuto y comprueba si el salmón está cocido. Si no, calienta un minuto más.

Paso 6

Deja reposar el salmón tapado por 5 minutos. Luego, escurre el agua y sirve.

Paso 7

Acompaña con vegetales frescos o guarniciones como guisantes o cereales integrales, según tu preferencia.

¿Cómo debe ser una cena saludable?

Por todos es sabido que las cenas deben ser ligeras y, sobre todo, estar basada en la ingesta de alimentos como frutas, verduras, productos integrales, frutos secos y de semilla o legumbres, así como pescado, que es un gran tesoro de nutrientes saludables, siendo una fuente rica en vitamina D y ácidos grasos Omega-3. Algunas consideraciones básicas para elaborar una cena saludable son:

  • Cuidado con la carne roja: en principio, no se conviene incluir carne roja en la cena, pues es un tipo de alimento que, aunque puede tener presencia en la dieta, algunos estudios relacionan su elevado consumo con algunas patologías, por lo que no se trata de un alimento muy recomendable para los ciudadanos. Aunque no es perjudicial ingerir carne para la salud, sí que sería conveniente reducir su consumo.
  • La fruta es ideal para una cena sana: las frutas son una parte importante de lo que se considera una cena saludable, llegando hasta el punto que hay personas que incluso terminan el día ingiriendo solo frutas. En este sentido, no existe ningún tipo de contraindicación de tomar 5-6 piezas de fruta diarias, por lo que cualquier persona sana podrá tomar todas las que quiera, aunque quienes padezcan de problemas como diabetes sí que podrían tener algunos problemas con este alimento.
  • Evitar los suplementos nutritivos: los suplementos nutritivos como la vitamina C es mejor ingerirlos por la mañana que por la noche, por lo que convendría evitar la toma de complementos multivitamínicos, salvo que haya una carencia diagnosticada en una analítica de sangre. Es importante seguir una dieta variada en alimentos de origen vegetal que ofrezcan micronutrientes necesarios para el organismo como son las vitaminas.
  • No añadas embutidos a la cena: al igual que sucede con las carnes rojas, no se recomienda integrar los embutidos en la última comida del día, aunque realmente estos productos, como el chorizo, el salchichón o el fuet no deberían ser parte de la dieta habitual en ningún otro momento de la jornada, siendo reservados para momentos esporádicos. Ante este tipo de productos hay que ser precavidos por sus consecuencias para la salud, y en todo caso convendría consumirlo una vez cada una o dos semanas a la hora de la cena, y siempre en una cantidad moderada.
  • Evita los carbohidratos: una máxima de los expertos en salud y nutrición es la de evitar el consumo de hidratos de carbono a la hora de la cena, debiendo reservar los alimentos más energéticos para por la mañana o el almuerzo, que es cuando más se necesitan para poder continuar con la actividad física diaria. Dado que su función principal es proporcionar energía y proteínas, no conviene su ingesta a la hora de la cena.
  • Cuidado con los lácteos: aunque no se trata de eliminarlos por completo de las cenas, conviene consumir solo aquellos lácteos que sean adecuados para este momento del día, evitando los procesados por tener, en su mayoría, una elevada cantidad de azúcar. Sí podría tomarse un yogur natural o un queso fresco de cabra o mozzarella.