La receta fácil con salmón que parece de restaurante y se hace sin encender el fuego
- Resulta un aperitivo perfecto que aguanta en la nevera y puedes tener siempre a mano.
- Más información: 5 técnicas que necesitas saber ya para cocinar el salmón más jugoso que hayas probado nunca
La historia detrás del gravlax
El término gravlax proviene del sueco grav, que significa “enterrar”, y laks, que significa “salmón”. Su origen se remonta a la Suecia medieval, cuando los pescadores salaban el salmón y lo enterraban bajo tierra durante el invierno. Este método de conservación permitía al pescado perder humedad y adquirir un sabor intenso y característico que se volvió un emblema culinario de la región.
Hoy en día, el gravlax se prepara en cámaras de frío, y su receta ha evolucionado para adaptarse a las cocinas contemporáneas. Sin embargo, su esencia permanece intacta: un salmón marinado que se transforma gracias a la interacción de ingredientes simples pero cuidadosamente seleccionados. La receta no es más que un recordatorio de cómo los métodos tradicionales pueden integrarse en nuestras cocinas, elevando ingredientes cotidianos a platos que sorprenden y deleitan.
Cómo hacer salmón a la escandinava o gravlax
Preparar gravlax es sorprendentemente fácil, y su proceso tiene algo de ritual. La base de la marinada es una mezcla de azúcar, sal y eneldo fresco, aunque tu creatividad no aquí no debería tener límites. Puedes personalizar tu gravlax añadiendo ralladura de limón, granos de pimienta, vodka, coñac, remolacha o bayas frescas.
Como salmón marinado que es puede servirse como entrante o como canapé para un aperitivo. Sin bien se trata de una elaboración versátil y se presta para múltiples preparaciones, puedes servirlo en finas láminas sobre blinis, tostadas de pan rústico o incluso como acompañamiento de una ensalada fresca. Su textura sedosa y sabor delicado se combinan a la perfección con cremas ácidas, mostazas suaves y un toque de cítrico.
Elegante, fresco y fácil de preparar, este salmón marinado demuestra que no hace falta encender el fuego para deslumbrar en la mesa y es todo un plato digno de restaurante.
Ingredientes para 4 personas
- Filete de salmón noruego sin piel ni espinas, 1 kg
- Ginebra, 10 cl
- Azúcar moreno, 450 gr
- Sal, 350 gr
- Naranja, 1
- Limones, 2
- Ramitas de romero, 2
- Cucharadas de sésamo dorado, 4
- Cucharaditas de pimienta Timut, 2
Para la nata
- Nata espesa, 100 gr
- Manojo de cebollino
- Cucharada de alcaparras
Paso 1
Mezclar el azúcar y la sal, picar el romero, añadir la pimienta triturada y mezclar todo.
Paso 2
Lavar los cítricos y rallar la piel. Añadir a la mezcla junto con la ginebra y el zumo de limón.
Paso 3
En un trozo de papel film, esparcir la mitad de la mezcla, poner encima el filete de salmón y poner la mezcla restante encima del salmón.
Paso 4
Envolver bien el salmón con el papel film y refrigerar de 48 a 72 horas, dándole la vuelta cada 12 horas.
Paso 5
Justo antes de servir, retirar toda la mezcla bajo un grifo con agua fría.
Paso 6
Limpiar, escurrir y secar con un paño limpio o papel de cocina.
Paso 7
Esparcir por encima del filete de salmón una mezcla de pimienta de Timut molida, las semillas de sésamo y ralladura de la piel de cítricos.
Paso 8
Para la salsa, mezclar la nata con medio limón exprimido y el cebollino picado.
Paso 9
Triturar finamente las alcaparras, añadirlas a la nata y sazonar con sal y pimienta.
Paso 10
Servir el gravlax en finas rebanadas con la salsa.
El salmón, una fuente de nutrientes
Este pescado es uno de los más completos a nivel nutricional. Según explica la Fundación Española de la Nutrición el salmón contiene altas cantidades de ácidos grasos monoinsaturados y omega-3, lo que lo convierte en un aliado para la salud del cerebro y el corazón. Rico en minerales como el potasio y el magnesio, es también saciante y antioxidante y una fuente de proteínas y de algunas vitaminas (entre otras, del grupo B, A, D y E).
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