Ingredientes (para 4 personas)

  • 1/2 kg de garbanzos crudos
  • 1/2 cebolla
  • 4 ajos
  • Perejil y Cilantro
  • 1 pimiento verde
  • Pimienta negra
  • Comino
  • Sal
Assalamo alaikom Cocinillas! De nuevo, os presento en este post una receta oriental, de las que ya os comenté que había elegido de mi recetario para compartir con vosotros. En esta ocasión no es una receta marroquí sino una egipcia: el Falafel.

La historia de esta receta no tiene su origen en algún restaurante egipcio sino en uno libanés (se ve que lo comen más que los propios egipcios!). Y no hace mucho, una queridísima amiga mía me recordó su existencia. Por otro lado, una de mis tías me indicó añadirle un ingrediente a la receta para hacerla más sabrosa. Así pues, entre una aportación y otra, y mis toques personales, han dado lugar a esta magnífica receta. Ahí van los ingredientes.

Preparación de Falafel

  1. La noche anterior a la elaboración del falafel, dejamos en remojo con bicarbonato el medio kilo de garbanzos. Al día siguiente, escurrimos y dejamos apartados los garbanzos.
  2. Cortamos la cebolla en cuadrados, y hacemos lo mismo con los ajos y el pimiento. Los dejamos separados hasta nuevo aviso.
  3. Picamos un puñado de cilantro y de perejil, y los dejamos aparte, separado de los ingredientes anteriores.
  4. Tomamos una picadora, y vamos mezclando un puñado de garbanzos, un poco de cebolla, un poco de ajo y un poco de pimiento verde. Y empezamos a picar hasta ver que los trocitos tienen un tamaño como el de la foto. No queremos que la mezcla se convierta en una masa pastosa.
  5. Si ya no nos queda más ajo/cebolla/pimiento para picar con los garbanzos, no hay que preocuparse, seguimos triturando los garbanzos hasta tener todo molido.
  6. Triturado todo, mezclamos de nuevo lo triturado y añadimos las especies: 1 cucharada pequeña y media de pimienta negra, 1 y media de comino, 1 y media de sal. Y de nuevo, mezclamos.
  7. Repartidas las especies, tomamos entre nuestras manos un puñado de mezcla y le vamos dando forma redondeada. Hay que asegurarse que conseguimos que la mezcla se una entre ella. Si no es así, meter en el frigorífico durante una media hora y probar si se pueden hacer las bolas. Hacer bolas de masa de garbanzo hasta agotarla.
  8. Para freírla poner en una sartén una abundante cantidad de aceite (aquella que cubra más de la mitad del grosor del falafel) y calentarla. Una vez que el aceite esté muy caliente, colocar las bolas de masa de garbanzo en la sartén y dejar que se doren por el lado colocado. Habiéndose dorado, las giramos, y dejamos que se doren por el otro lado. Finalmente, tener un plato con una servilleta para que absorba el exceso de aceite.

Resultado

Antes de empezar a detallar y a hacer observaciones sobre las posibles combinaciones de cómo comer el Falafel, me gustaría puntualizar un par de aspectos sobre el proceso de elaboración.

Cuando estéis triturando los garbanzos y tengáis todo mezclado junto con las especies, removed la mezcla muy bien. Notaréis que cuando estáis haciendo las bolas puede ser que no tomen forma o que se os deshagan mientras las hacéis. Que no cunda el pánico. Al haber cebolla y pimiento triturado, añadido al agua contenido en los garbanzos, la masa está más húmeda. Ahora bien, hay que aprovecharlo. Mientras este más empapada la masa, mejor es hacer una bola y más rápido acabamos. Pero si no es así, hay que tener un poco de paciencia y cogerle el truco a la masa. No os desesperéis!!!

Luego, el dato indicado en el punto 8 es muy importante. El aceite debe estar muy caliente, ya que si no es así, la masa se deshace sobre la sartén y acaba esto siendo una fritura de garbanzos quemados.

Y ahora dando paso a cómo comer el Falafel, personalmente, lo suelo comer acompañado de una ensalada o algo ligero. Oh si! Un punto muy importante ya se me olvidaba! Esta es una de las recetas que más me fascinan dado que el Falafel es un manjar que recuerda al sabor de la carne. Cuando pruebas un bocado sientes que lo que comes no es garbanzo sino algo similar a la carne. Entre mis análisis, he llegado a la conclusión de que este regusto viene dado por el toque de comino que lleva la masa.

Recordando mientras os escribo, alguno me preguntará si no hay alguna salsa con la que acompañarlo (sí, para todos aquellos salseros). La respuesta es sí. No la he añadido para no mezclar la receta con otra. Si tenéis alguna salsa de pimienta, finas hierbas o yogur, pueden combinar perfectamente con el Falafel.

Hasta aquí mi aportación y como siempre, espero que disfrutéis con la receta y me contéis qué tal vuestra experiencia. Hasta pronto y Bi saha!