Los montaditos son bocadillos de reducido tamaño muy populares en nuestro país. Además de dar nombre a una conocida franquicia de locales de restauración, la cultura española de pisar la calle y tapear hacen de las pulgas o montaditos un bocado y aperitivo perfecto a modo de tentempié o de acompañamiento a la bebida.

Ingredientes

  • 6 panecillos de montadito
  • 1 solomillo de cerdo pequeño (de unos 400 g)
  • 1 tomate pera
  • 1 pimiento verde italiano
  • 1 cebolleta
  • 1 diente de ajo
  • Queso Brie o queso Brie con azul, 150 g
  • Orégano
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Aceite de oliva virgen extra

Los bocadillos, además, suponen el triunfo de la sencillez: no hay cosa más versátil, barata, rápida y fácil que nos podamos preparar obteniendo un resultado tan sabroso. Como muestra, esta receta de montaditos de solomillo de cerdo y queso Brie, una combinación brutal para cualquier bocata.

Cómo hacer unos pequeños pero sabrosos montaditos de solomillo de cerdo y queso Brie

01: Preparamos la base de puré de tomate

A nuestro montadito le vamos a preparar una base de puré de tomate. Hay varias maneras de obtenerlo. Una, rallando el tomate hasta obtener toda la pulpa y que solo quede la piel. Otra, trocear el tomate y triturarlo con la batidora. Como en este caso nos quedarán restillos de piel, podemos colarlo una vez triturado o pelarlo antes de pasarlo por la batidora o por el procesador de alimentos.

En todo caso, es conveniente utilizar para este menester tomates bien maduros, llenos de pulpa y con dulzor. En este caso, podemos restregar el tomate en el pan sin necesidad de triturarlo o hacerlo puré si, por ejemplo, utilizamos unos buenos tomates de colgar.

Una vez tengamos el puré de tomate listo, lo vamos a condimentar, salpimentando ligeramente y añadiendo unas gotas del mejor aceite crudo. Además, yo añado orégano, una hierba aromática que además de congeniar a la perfección con el tomate le va genial a la combinación del solomillo de cerdo y del queso Brie. Otras hierbas aromáticas seguro que también funcionarían.

02: Pochamos la cebolleta el pimiento verde

Como aporte de jugosidad y sabor, vamos a preparar un sofrito muy pochado de cebolla y pimiento verde.

En primer lugar, cortamos la cebolleta a la mitad para así tener una base, y colocamos el nudo hacia un lado para practicar cortes en juliana lo más finos posibles. También podríamos realizar el corte perpendicularmente a este, colocando el nudo arriba o abajo, corte muy similar a la juliana de cebolla que en la jerga de cocina se denomina corte pluma.

Cortamos también en tiras muy finas el pimiento. Para ello, retiramos el pedúnculo y las pepitas, partimos en dos a lo largo y retiramos los ‘nervios’ o membranas internas. Ya podremos cortar el pimiento a lo ancho (horizontalmente) o a lo largo (verticalmente, siguiendo la longitud natural del pimiento). Yo prefiero esta última opción, aunque como queremos unas tiras finas pero sin demasiada longitud habrá que practicar antes uno o dos cortes para que las tiras se adecuen al tamaño que queremos.

Pochamos tanto la cebolleta como el pimiento verde en juliana a fuego lento en un poco de aceite de oliva. Como hemos cortado ambos tan finamente, tardarán poco en pocharse y caramelizarse.

03: Tostamos el pan y empezamos a montar

Cortamos el pan a la mitad y lo tostamos, tanto por la parte de la miga como por la corteza.

Cortamos un diente de ajo y lo restregamos por la miga tostada del pan ligeramente, para así aromatizarlo sin que prevalezca su presencia.

Untamos la base con un poco del puré de tomate aliñado con el orégano y colocamos una pequeña cama de la verdura pochada, bien escurrida del aceite.

04: Cortamos el solomillo de cerdo y lo cocinamos

Disponemos el solomillo de cerdo y lo limpiamos un poco superficialmente del exceso de grasa que pueda contener. Hay que tener en cuenta que lo vamos a meter entre pan y pan, así que no queremos medallones muy gruesos, pero tampoco muy finos que quedarían muy secos. Cortamos el solomillo en medallones regulares, de aproximadamente 1 cm de grosor, y los chafamos un poco con la ayuda de la palma de la mano.

Salpimentamos y cocinamos a fuego fuerte en una plancha o sartén, hasta que estén hechos a nuestro gusto y bien doraditos.

05: Terminamos de montar los montaditos y gratinamos el queso Brie

Sobre la base de pan con el tomate y la cebolleta y pimientos pochados, colocamos dos medallones de solomillo de cerdo, o los necesarios para cubrir nuestro pan de montadito. Colocamos encima en buen trozo de queso Brie (en este caso un maravilloso Brie con azul) e introducimos al horno con calor a tope y con el grill puesto, de modo que sólo caliente por arriba y dore y derrita el queso rápidamente, sin sobrecocer demasiado el resto del montadito.

Cuando esté ligeramente derretido y/o dorado, tapamos con la parte superior del pan y dejamos que el montadito termine de calentarse un par de minutos ya con el horno apagado.

06: Servimos nuestros montaditos

Sacamos los montaditos del horno y los comemos de inmediato.

Resultado final

El queso Brie es un queso tierno de origen francés  que es característico por su cremosidad y suavidad. Este queso de pasta blanda se elabora a partir de leche cruda de vaca en forma de rueda y está considerado como el rey de los quesos en Francia.

Como ocurre con la práctica totalidad de las distintas variedades de quesos existentes, en el mercado podemos encontrar distintas calidades. En el caso del queso Brie vale la pena gastar un poquito más (este queso es bastante económico, aun cuando hablamos de los de gran calidad) y adquirir un queso Brie en condiciones, porque de uno a otro hay mucha diferencia tanto en textura y en sabor.

Cuando elaboramos bocadillos, solemos tender a meterles carne en forma de embutido o, en todo caso, en filetes, como pueden ser los filetes de un pepito de ternera o el lomo de cerdo de un serranito. El solomillo de cerdo es un producto que en muy rara ocasión va a parar entre dos trozos de pan, pero cortado adecuadamente da un resultado fabuloso.

Estos originales montaditos de solomillo de cerdo y queso Brie son un piscolabis genial para darnos un capricho entre horas o como desayuno, cena, aperitivo… Un gran sabor concentrado en unos pocos bocados que conseguirá que os relamáis todos con algo tan sencillo.