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Hazme caso, incluso si no te gusta nada el pepino, dale una oportunidad a este Tzatziki casero para cuya preparación te voy a sugerir diferentes opciones para que puedas prepararlo según tus gustos. Y es que esta salsa griega de yogur, no solo es típica de Grecia, sino que también es muy habitual, con pequeñas variantes, en la cocina turca, en la búlgara y, en general, la cocina de todos los países balcánicos. Con semejante extensión geográfica no es de extrañar que existan versiones para todos los gustos.
Ingredientes para hacer Tzatziki, salsa griega de yogur
- Yogur griego natural sin azúcar, 250 g (2 yogures)
- Pepino, 1 grande (unos 350-400 g)
- Ajo, 1 diente (**)
- Lima, 1 (***)
- Sal
- Pimienta molida
- Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE), 2 cucharadas
- Panes de pita o cualquier otro pan plano para acompañar, opcional
- Eneldo, perejil, menta, orégano, comino… (****)
(*) Si vamos a servir la salsa como guarnición dentro de un plato de carne, pescado o huevos, tendremos suficiente para unas 5 o 6 raciones. Si es para servirlo como untable y de único entrante acompañado de uno o varios tipos de pan, entonces nos dará para dos personas. Y si además de pan, lo acompañamos de unos crudités de verduras, puede ser una cena estupenda como plato único para una sola persona.
(**) Lo habitual es que el ajo vaya crudo, pero si nos sienta mal bien porque nos repite o por el motivo que sea, o si simplemente nos parece demasiado fuerte, también queda buenísimo si le ponemos un diente de ajo asado. Al final del artículo te cuento cómo prepararlo.
(***) Como elemento ácido podemos usar prácticamente cualquier cítrico o un poco de vinagre. Yo suelo ponerle el zumo de una lima y el resultado es muy equilibrado, pues tened en cuenta que el yogur también aporta acidez y la acidez se compensa con el aceite, por lo que cuanto más suave sea el ácido que añadimos, menos aceite necesitaremos para tener un tzatziki delicioso y por tanto será más ligero.
Preparación del Tzatziki, salsa griega de yogur
01: Rallar el pepino
Lo primero que haremos será lavar muy bien el pepino, pues lo usaremos con la piel. Después, con ayuda de un rallador grueso, rallarémos el pepino sobre una estameña, gasa o mismo sobre un paño de cocina limpio y sin perfumes de suavizantes o detergentes.
Dejamos reposar un par de minutos para que el pepino rallado suelte el agua de vegetación y la eliminamos retorciendo la estameña con el pepino dentro. El agua resultante no la tiréis, en los consejos finales os cuento varias cosas interesantes que podéis hacer con ella.
Una vez escurrido bien el pepino, lo reservamos.
Nota: El Tzatziki debe tener una textura cremosa y untuosa. La forma de conseguirla es rallando y escurriendo bien el pepino, de manera que no nos agüe la mezcla. Además, rallando el pepino se rompen gran cantidad de las semillas que contiene en su interior, que si se consumen enteras resultan ser la parte más indigesta del pepino.
Aún así, si preferís una textura un poco más rústica, con tropezones de pepino, os recomiendo retirar las semillas, cortarlo en cubos del tamaño que os parezca bien, salarlos y dejarlos reposar unos minutos para que suelten parte del agua.
02: Mezclar los ingredientes del tzatziki
En un bol ponemos el yogur griego natural. Recuerda que no puede ser de los que vienen azucarados.
Añadimos el pepino rallado que tenemos reservado, unas vueltas de pimienta, un diente de ajo asado y triturado y una cucharadita de eneldo. Mezclamos bien.
Finalmente añadimos el zumo de una lima, el aceite de oliva virgen extra y rectificamos de sal.
Si no lo vamos a consumir inmediatamente, tapamos con papel film y guardamos en la nevera.
03: Servir el Tzatziki
Como os comentaba más arriba, esta salsa griega de yogur es realmente versátil, pues es perfecta para dar un toque especial en platos de carne, de pescado, de verduras o de huevos. Piensa en esta salsa como sustituta de la mayonesa a la hora de preparar unos huevos rellenos, o en vez de la salsa tártara en un plato de pescado o de verduras, o como sustituto de la crema agria en un plato con carne.
Asimismo, también es un dip o untable fabuloso como aperitivo, que puedes servir acompañado de crudités de verduras, nachos de maíz, algún pan plano tipo pan de pita o focaccia o unas simples tostadas hechas con pan que se haya quedado duro. Será un entrante fantástico, porque ya os digo que está tan rico que os entrarán ganas de comerlo a cucharadas.
No en vano, si añadís un vaso de agua para tener una textura mucho más líquida, añadís un puñado de nueces picadas y rectificáis de sal estaréis ante un plato típico de Bulgaria que es la sopa que se conoce como tarator.
Para hacer cacik, que es la salsa de yogur típica de Turquía, solo tenéis que cambiar el eneldo por una mezcla de comino y orégano.
Bonus: ¿Qué hacer con el jugo de pepino?
Como os decía al principio, el jugo de pepino que obtengáis al escurrir bien el pepino rallado no lo tiréis, podeís aprovecharlo para varias cosas, desde añadírselo a un gazpacho o a un zumo verde multivitaminas o, el truco estrella, dejarlo en la nevera -que aguanta 3 o 4 días- y aplicártelo con ayuda de un algodón para reducir las ojeras. Eso sí, asegúrate de que no le has puesto sal.
¿Cómo hacer ajo asado en un momento?
Lo habitual es asar ajos en el horno, pero también se puede hacer de forma muy sencilla en el microondas y así, en vez de una hora, tardamos solo unos minutos.
Os expliqué en su día cómo hacerlo cuando preparamos la famosa salsa Jack Daniels para las costillas como las del Fridays.
Aunque, para la receta de tzatziki que nos ocupa, si no te importa el sabor potente a ajo, puedes ponerlo crudo o crudo retirando el germen.