Hay que ver lo que nos gusta en España un buen picoteo, así que si sois de esos que no perdonáis el aperitivo, que habéis hecho todas las recetas posibles e imposibles de patés o cremas untables, que os enamorasteis del paté de atún y alcaparras o que no podéis dejar de preparar el de bacalao y beicon, esta nueva versión de cebolla caramelizada se convertirá en uno de vuestros éxitos para cualquier momento.

Una de las cosas que más me puede gustar de esta receta es su versatilidad pero también la posibilidad de aprovechar esa cebolla caramelizada en un montón de cosas diferentes. Traducción: si os ponéis a caramelizar cebolla, que es un poco rollo, hacer una buena tanda, bien generosa, para que luego podáis derivar a diferentes recetas o congelar en porciones. 

Por supuesto, esta receta se puede preparar en menos de cinco minutos utilizando cebolla caramelizada de bote, que muchas marcas ofrecen de calidades más que excelentes. Buscad alguna que no lleve guarrerías ni aditivos, porque en esta receta no debería haber más que cebolla, mantequilla y/o aceite, vino (si se quiere), azúcar y sal. Después, con la cebolla ya fría y troceada, el dip se prepara mezclándola con queso crema y algún otro queso al gusto, añadiendo algunas hierbas aromáticas si se desea y nada más. Tan fácil y tan sencillo como eso. 

La cebolla caramelizada también la podréis preparar en el microondas de forma muy fácil, y después emplearla en recetas como unas clásicas salchichas encebolladas típicas de las cocinas populares de España, en canapés de queso de cabra y cebolla caramelizada para el aperitivo, en el popular pepito de ternera pero con cebolla caramelizada o en un sorprendente salmón al horno con beicon y cebolla caramelizada.

Cómo hacer paté de cebolla caramelizada

Ingredientes

Para la cebolla caramelizada

  • Cebolla blanca, 4 ud
  • Mantequilla, 40 g
  • Aceite de oliva, 2 cucharadas
  • Sal, 1 cucharadita
  • Azúcar, 2 cucharaditas
  • Vino de Oporto, 3 cucharadas

Para el dip

  • Queso crema, 3 cucharadas
  • Queso mascarpone, 1 cucharada
  • Tomilllo seco, una pizca
  • Cebolla caramelizada, la mitad de la receta
  • Sal, al gusto
  • Salsa Worcestershire, unas gotas

Paso 1

Caramelizar la cebolla.

Paso 2

Enfriar y trocear.

Paso 3

Batir bien los quesos

Paso 4

Mezclar los quesos con la cebolla y el resto de los condimentos

Paso 1

Pelar las cebollas y cortarlas por la mitad. Después picar cada mitad en juliana fina, transversalmente, consiguiendo lonchitas finas de cebolla.

Paso 2

Disponer toda la cebolla en una olla grande, con el aceite, la mantequilla y un poco de sal y calentar el fuego a nivel medio. Dejar que se empiece a rehogar todo removiendo de vez en cuando. La cebolla empezará a sudar y se comenzará a evaporar su agua.

Paso 3

Cuando empiece a coger color en la base, bajar el fuego y remover constantemente para que el color se vaya homogeneizando. Queremos que la cebolla quede muy hecha, y que haya poco líquido, que el color sea dorado, no excesivamente marrón.

Paso 4

Añadir un chorrito de vino y dejar evaporar completamente, añadir también el azúcar y remover bien, para que ayude a la caramelización en el último momento, no durante todo el proceso porque podría quemarse.

Paso 5

Dejar enfriar completamente la cebolla y cortar con la ayuda de unas tijeras en trozos pequeños.

Paso 6

Batir ligeramente los quesos con unas varillas o con un tenedor, hasta que queden bien cremosos. Añadir las cebollas y mezclar bien. Incorporar también la salsa Worcestershire, el tomillo y, si se quiere, unos pepinillos para darle el contrapunto. Enfriar completamente antes de servir acompañado de unos picos o de unas tostas.

Trucos y sugerencias

Este untable o paté nos puede servir para muchas más cosas que para dipear. Con él podemos montar tostas también con bacalao ahumado o introducirlo en bocadillos con cortes de carne diferentes y la plancha o a la brasa.

Incluso si estiramos más el hilo también podríamos conservarlo como salsa para pasta, sólo habría que añadir un poco de nata líquida a la hora de calentarlo y mezclarlo con la pasta y terminar con alguna hierba fresca como salvia o perejil por encima y algo de queso parmesano rallado. En resumen: esta es la receta perfecta de aprovechamiento no sólo por su versatilidad, sino por los muchos destinos que puede tener la cebolla caramelizada también.