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Lo más difícil de esta receta de hummus de aceituna negra Cacereña va a ser resistirse a la tentación de comérselo a cucharadas. ¡¿Quién lo diría tratándose de un plato de legumbres, verdad?! El secreto de su éxito está en la acertada combinación de los garbanzos con las aceitunas negras de Aceitunas de España y un sutil toque de especias cuya intensidad puede variarse en función de los gustos del comensal.

El resultado es un untable perfecto para un aperitivo o para resolver en apenas cinco minutos una cena de picoteo, que podrá ser muy saludable si lo acompañamos de unos crudités de verduras cortadas en bastones (zanahoria, apio, pepino e incluso pimientos rojos y verdes cortados en tiras) o algo menos si lo acompañamos de panes, porque es fácil dejarse llevar y ponerse a untar como si no hubiera un mañana.

Además, los garbanzos que lleva la receta convalidan como una de las dos raciones de legumbres semanales que se deben comer y las aceitunas aportan, aparte de un sabor delicioso al plato, las grasas cardiosaludables, vitaminas y minerales que necesita nuestro organismo. Un ejemplo más de que los distintos tipos de aceitunas no son solo un ingrediente más de la ensalada mixta o la ensaladilla rusa, sino que también triunfan como protagonistas de otras muchas recetas y ya era hora de reinventarlas como ingrediente en la cocina y de verlas en platos de grandes chefs.

Cómo hacer hummus de aceituna negra Cacereña

Ingredientes

  • Aceituna negra Cacereña sin hueso, 80 g
  • Garbanzos cocidos, 300 g
  • Ajo, 1 diente
  • Tahini (o mantequilla de cacahuete sin azúcar), 2 cucharadas
  • Comino molido, ½ cucharadita
  • Zumo de medio limón
  • Aceite de oliva virgen extra de sabor suave, 100 ml aproximadamente
  • Aceituna negra Cacereña con hueso, 3 o 4
  • Agua, opcional
  • Sal en escamas
  • Pimentón picante ahumado
  • Semillas de sésamo
  • Pimienta recién molida

Para acompañar

  • Surtido de panes (pan de barco, regañás, picos, pan de pita tostado…)
  • Crudités (zanahoria, apio)

Paso 1

Enjuagamos los garbanzos y los ponemos en el vaso de la batidora, añadimos el diente de ajo pelado y sin el germen, pues así repetirá menos. Reservamos dos aceitunas sin hueso y añadimos el resto al vaso, añadimos el tahini, el comino molido y el zumo de limón.

Paso 2

Trituramos la mezcla mientras vamos añadiendo el aceite de oliva virgen extra hasta tener una mezcla homogénea y emulsionada. Con estas cantidades queda un untable espeso con una textura como de paté, pero si se prefiere una textura algo más líquida puede conseguirse añadiendo más aceite o, si queremos que sea más ligera, podemos ir añadiendo cucharadas de agua mientras seguimos batiendo. Cuando tenga la textura deseada, probamos, rectificamos de sal si fuese necesario y lo pasamos a un cuenco y, con ayuda de una cuchara de postre marcamos un surco a lo largo de todo el perímetro. Espolvoreamos con el pimentón picante ahumado.

Paso 3

Si optamos por servirlo con crudités de zanahoria y apio, los pelamos ambos y los cortamos en bastones finos. El apio no es que tenga una piel como tal, pero sí tiene unas hebras muy fibrosas y desagradables de comer que se retiran muy fácilmente con ayuda de un pelador de verduras.

Paso 4

En el momento de servirlo, damos unas vueltas de pimienta recién molida y de escamas de sal. Picamos finamente las dos aceitunas sin hueso y las echamos por encima. Regamos con un hilo de aceite de oliva virgen extra y decoramos con algunas aceitunas negras con hueso. Servimos con los crudités de verduras y algunos panes crujientes (regañás, pan de barco, picos…)

Paso 1

Enjuagamos los garbanzos y los ponemos en el vaso de la batidora, añadimos el diente de ajo pelado y sin el germen, pues así repetirá menos. Reservamos dos aceitunas sin hueso y añadimos el resto al vaso, añadimos el tahini, el comino molido y el zumo de limón. 

Paso 2

Trituramos la mezcla mientras vamos añadiendo el aceite de oliva virgen extra hasta tener una mezcla homogénea y emulsionada. Con estas cantidades queda un untable espeso con una textura como de paté, pero si se prefiere una textura algo más líquida puede conseguirse añadiendo más aceite o, si queremos que sea más ligera, podemos ir añadiendo cucharadas de agua mientras seguimos batiendo.

Cuando tenga la textura deseada, probamos, rectificamos de sal si fuese necesario y lo pasamos a un cuenco y, con ayuda de una cuchara de postre marcamos un surco a lo largo de todo el perímetro. Espolvoreamos con el pimentón picante ahumado.

Paso 3

Si optamos por servirlo con crudités de zanahoria y apio, los pelamos ambos y los cortamos en bastones finos. El apio no es que tenga una piel como tal, pero sí tiene unas hebras muy fibrosas y desagradables de comer que se retiran muy fácilmente con ayuda de un pelador de verduras.

Paso 4

En el momento de servirlo, damos unas vueltas de pimienta recién molida y de escamas de sal. Picamos finamente las dos aceitunas sin hueso y las echamos por encima. Regamos con un hilo de aceite de oliva virgen extra y decoramos con algunas aceitunas negras con hueso.

Servimos con los crudités de verduras y algunos panes crujientes (regañás, pan de barco, picos…)