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La cocina catalana es tan variada como su orografía y tan cautivadora como sus paisajes, pero algunos de sus platos siguen siendo bastante desconocidos fuera de sus fronteras. En la mesa, Cataluña combina el mar y la montaña, una mezcla que aúna lo mejor de la cocina de los valles pirenaicos y del Mediterráneo que baña su costa.

Platos contundentes como la escudella i carn d'olla, la butifarra con mongetes o el fricandó conviven con otros más ligeros como la escalivada, el xató o la esqueixada que son ejemplos de manual de la conocida como dieta mediterránea. O dulces, como la famosa crema catalana, el delicioso postre hecho con queso fresco y miel conocido como mel i mató o las galletas 

También otros más conocidos, como los calçots con salsa romesco, que cada vez son más populares fuera de Cataluña, o los canelones, que forman parte de las tradiciones navideñas de la región, pues se comen el 26 de diciembre para celebrar San Esteban.

Pero ninguno de los que hemos mencionado es el que en España se considera la receta catalana más popular. En una encuesta reciente del CIS, a la pregunta de cuál es el plato más típico y representativo de la gastronomía catalana, la respuesta mayoritaria de los españoles fue un tentempié que se prepara en un minuto y que es perfecto para incluirlo en cualquier comida del día: el pa amb tomàquet, porque a todos nos encanta el pan con tomate, pero en Cataluña son maestros en su preparación.

Sencillo, humilde y delicioso

Aunque poco se sabe de su origen, seguramente, el pan con tomate nació como una receta de aprovechamiento para aprovechar el pan que se iba quedando duro, pues antiguamente el pan no se horneaba diario, sino que se hacían hornadas grandes para que durara semanas. Al restregar tomate sobre el pan, los jugos de éste lo ablandaban y le daban sabor.

El tomate, procedente de América, llegó a Europa en el siglo XVI tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, pero no fue hasta pasado unos siglos que se incorporó a la cocina española. En Cataluña, hacia el siglo XVIII, su cultivo ya estaba extendido en la región y empezaba a formar parte de las recetas cotidianas.

Con el paso de los años, el pa amb tomàquet ha pasado de ser un simple alimento de supervivencia a convertirse en un icono cultural y gastronómico de Cataluña. Se fue popularizando no solo entre los campesinos, sino también entre las clases urbanas. Hoy en día es un símbolo de la cocina catalana, se sirve tanto en hogares como en restaurantes de prestigio y es el plato catalán más fácilmente reconocido fuera de Cataluña.

El aceite de oliva catalán

Para preparar el pa amb tomàquet, el aceite de oliva virgen extra es un ingrediente clave que realza el sabor de los otros elementos. En Cataluña, se suelen utilizar variedades de aceite de oliva autóctonas de la región, ya que el aceite es un producto tradicionalmente ligado a la gastronomía catalana. La variedad más habitual y apreciada para esta receta es el aceite de oliva virgen extra de arbequina.

La arbequina es una aceituna que produce un aceite de sabor equilibrado y ligeramente afrutado. En boca resulta ligero, con toques de almendra y manzana, que combinan bien con el pan y el tomate. Comparada con otras variedades más intensas, como la picual o la hojiblanca, el aceite de arbequina tiene un sabor más suave y menos picante, lo que lo convierte en una opción ideal para acompañar un plato tan sencillo como el pa amb tomàquet, sin enmascarar el sabor del resto de los ingredientes.

Aunque la arbequina es la variedad mayoritaria en Cataluña, no es la única, podemos encontrar también aceite de oliva virgen extra de farga, una variedad con un sabor más robusto y afrutado, y aceite de oliva virgen extra de empeltre, una variedad que se produce en el sur de la comunidad autónoma, muy apreciada por su sabor suave y ligeramente dulce.

Los mejores tomates para hacer pa amb tomàquet

La manera de preparar el pan con tomate que tienen en Cataluña, donde el tomate no se ralla primero y se extiende después sobre el pan como hacemos muchos en el resto de España, requiere que los tomates tengan una textura jugosa y con la piel fina, ya que el tomate de frota sobre el pan para que se deshaga sobre éste. El tomate debe, además, tener un sabor dulce y ligeramente ácido para que resulte delicioso.

En Cataluña, para el pa amb tomàquet se utiliza una variedad concreta de tomates que se conoce como tomate de colgar o tomate de racimo. El tomàquet de penjar o de ramallet es la variedad más tradicional para preparar este delicioso tentempié. Son tomates pequeños, redondos, de piel muy fina y con una textura cuando están en su punto óptimo de maduración que es jugosa y casi cremosa. Su acidez es equilibrada y se suelen conservar colgados en racimos, de ahí su nombre, lo que permite que se conservar durante mucho tiempo sin perder calidad. Son perfectos para restregar sobre el pan.

Fuera de Cataluña es complicado encontrar tomates de colgar, pero pueden elegirse otros tomates que estén muy maduros y que tengan bastante cantidad de pulpa. Los tomates pera o los tomates corazón de buey serían buenas opciones, pues ambos son tomates carnosos con una alta proporción de pulpa que, si están suficientemente maduros, se pueden extender con facilidad.

Ingredientes para hacer pan con tomate

  • Pan rústico o de payés
  • Tomates maduros
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal, al gusto
  • 1 diente de ajo

Paso 1

Cortamos el pan rústico o de payés en rebanadas gruesas. Si es posible, y, especialmente, si el pan no es fresco del día, lo tostamos ligeramente en una parrilla o tostadora, para que esté crujiente por fuera y suave por dentro.

Paso 2

Opcionalmente, podemos darle un toque de ajo, para ello, frotamos el diente de ajo cortado por la mitad sobre la superficie del pan tostado. Esto aportará un ligero sabor que combina perfectamente con los otros ingredientes.

Paso 3

Cortamos los tomates maduros por la mitad y los restregamos directamente sobre el pan tostado, asegurándonos de esparcir bien la pulpa. La cantidad de tomate que utilizamos depende de cómo de jugoso y cubierto queramos el pan.

Paso 4

Rociamos el tomate y el pan con aceite de oliva virgen extra. Este ingrediente es clave, así que conviene usar uno de buena calidad.

Paso 5

Finalmente, salamos al gusto para que nuestro pan con tomate quede perfecto.

Un tentempié nutritivo y bajo en calorías

El pa amb tomàquet se elabora, íntegramente, con ingredientes de la dieta mediterránea, cuyos beneficios para la salud están de sobra consensuados. Una ración media de este tentempié, calculada con una rebanada de entre 60 y 80 gramos de pan de payés, aporta entre 200 y 250 kcal, que proceden, mayoritariamente, del aceite de oliva virgen extra.

Aparte de pocas calorías y grasas saludables, esta preparación aporta vitaminas C, E y del grupo B. Es destacable, el poder antioxidante del licopeno del tomate que se absorbe mejor cuando se consume mezclado con aceite de oliva virgen extra.

Un buen desayuno

El pan con tomate es un desayuno que encanta a muchos de los que no somos demasiado amigos de los dulces y, desde el punto de vista nutricional, no parece, para nada, una mala elección. El pan, especialmente si es integral, es una fuente de carbohidratos lentos, esto es, no proporcionan energía de liberación lenta, algo que ayuda a evitarnos los picos de glucosa y a mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Perfecto para mantenernos saciados hasta la hora de comer.

Se le puede añadir algún alimento proteico como jamón, queso fresco o huevo para que el desayuno sea más completo y saciante. 

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