¡Hola Cocinillas! Antes de empezar con mi primera colaboración en el blog, me gustaría agradecer la oportunidad que se me ha brindado participando en Cocinillas. Con mucha alegría e ilusión empiezo a dar rienda suelta a esta pasión que tengo por la cocina, ¡y qué gran lugar para hacerlo!

Ingredientes (para 4 personas)

  • Azúcar
  • Mermelada de frambuesa o de fresa.
  • 4 orejones
  • 2 paraguayos
  • 2 nectarinas
  • 1 plátano
  • 600mL de zumo de piña
  • 200mL de zumo de naranja
  • Sirope de granadina 

Como primer post y nueva incorporación a esta maravillosa plantilla, mi idea original era tratar un tema que a mi parecer es bastante importante: la decoración en la mesa. Pero, desarrollando el tema, decidí que la combinación perfecta sería completarlo con una receta sencilla y elegante.

En la mesa hay muchos elementos a tener en cuenta, sobre todo si se quiere preparar para un evento o celebración. Para este post, me centraré en un elemento esencial de la mesa: el vaso. Intentaré darle personalidad y encanto de una manera sencilla y rápida.

El objetivo primordial es hacer una combinación agradable de colores para que alegre a la vista y junto con el batido, al paladar.

Preparación

  1. Poner en un plato pequeño plano 6 cucharadas soperas de azúcar, aproximadamente. En otro plato del mismo tamaño, echar 3 cucharadas de mermelada y esparcirlas hasta que quede estirada de manera uniforme sobre la superficie.
  2. El procedimiento es el siguiente: teniendo el vaso boca abajo, mojar la parte del borde con mermelada y una vez visto que se ha empapado, hacer lo mismo en la parte del azúcar. Es muy importante que no se gire el vaso hasta que no se haya recubierto la mermelada con azúcar. De esta manera se evitará que la mermelada caiga para abajo y deje una forma desigual el borde del vaso. Se repite el mismo proceso con los otros 3 vasos.
  3. Una vez decorado el borde de todos los vasos, rellenamos el fondo de cada uno de ellos con dos cucharadas soperas de sirope de granadina.
  4. Uno a uno, realizamos un corte desde el centro hasta el extremo (radio del orejón), tal como se muestra en la foto. La apertura que le hemos hecho nos permitirá engancharlo al borde del vaso sin que se caiga.
  5. Listos los vasos, los dejamos apartados hasta nuevo aviso.
  6. Procedemos a preparar el batido. Pelamos la fruta, la troceamos y la colocamos en la batidora. Echamos el zumo para facilitar el proceso de trituración y añadimos 3 cucharadas soperas de azúcar. Le damos al botón de On y dejamos que triture.
  7. Cuando veamos que la mezcla se ha homogeneizado, añadimos el vaso de zumo de naranja. Esta elección es para que aparezca en el batido un toque de acidez que contraste con la dulzura de la mezcla.
  8. Una vez que esté listo, lo dejamos reposar para que se quite la espuma generada por el zumo. Si no acaba de desaparecer, retirarla con una cuchara.
  9. Finalmente, para echar el batido sobre los vasos se pueden seguir varias estrategias. Si se vierte desde el centro, el efecto de la granadina con el zumo da una fusión de color explosiva de manera uniforme. Si se echa desde un extremo, sin tocar siempre el vaso, se obtiene un color menos homogéneo.

Resultado

La intención de preparar este batido no es la de comprar las frutas adrede, sino de emplear lo que se encuentre por casa. Tanto son paraguayos, como son unos melocotones. El objetivo es aprovechar lo que haya por la nevera y preparar una bebida refrescante y que acompañe una picada, un postre,…

Asimismo, me gustaría remarcar algunos aspectos en el procedimiento de preparación.

Como se puede ver, he empleado una batidora de vaso. Si no se dispone de la misma, que no cunda el pánico: sin ningún problema se puede emplear la batidora de mano eléctrica. Habrá de tenerse en cuenta que los trozos se han de cortar más pequeños para que la batidora los pueda triturar con facilidad.

El último detalle que me gustaría destacar es la elección del zumo de piña. Algun@s se preguntarán el porqué de esta elección. Pues bien, ante mi experiencia personal preparando batidos, este zumo permite que el paladar perciba mejor las frutas que se incorporan al mismo. Si se desea cambiar el zumo de piña por otro, ¡no hay problema! Eso sí, habrá de tenerse en cuenta que el zumo que se escoja como base influirá en el sabor final.

Hasta aquí mi intervención en Cocinillas. Espero que hayáis disfrutado con el post tanto como yo y que me vayáis contando vuestras experiencias y sugerencias. Hasta pronto et bon appétit!!!

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