El mueble bar. Durante años el epicentro de los guateques. El hogar del vermut y las botellas musicales de anís. El culpable de las primeras moñas de toda una generación que lo atracaba con la esperanza de que no hubiera marcas en las botellas. Una despensa espirituosa que, en sólo una generación, ha caído en el olvido.
No hay estudios que lo relacionen, pero la caída de tan amado aparador ha ocurrido al mismo tiempo que el desarrollo incontrolado de los llamados “botellones”. ¿Coincidencia? No lo creo. Por suerte, todavía estamos a tiempo de salvar esta joya del interiorismo y demostráis que hay vida más allá del garrafón y los gintonics ensalada. Es hora de recuperar el viejo mueble bar.
¿De dónde saco un mueble bar?
Hay casi tantos tipos de mueble bar como cócteles. Algunos están a plena vista y otros se esconden cual tesoros. Los hay que ocupan una sola balda y los que se apropian de un buen trozo del salón. Todo depende del espacio que le quieras dedicar, las ganas que tengas de cambiar o lo mucho que tengas pensado usarlo.
Si sólo tienes pensado preparar un par de gintonics los sábados y el vermut de los domingos quizás quizás te baste con hacer un pequeño hueco en el mueble del salón. Así sólo te tienes que preocupar de hacerte con las bebidas y algún que otro accesorio.
Aunque si eres un manitas no es mala idea hacer este DIY que han montado en The Debrief. Con un viejo palet y algunos accesorios de Ikea puedes tener un mueble bar colgante que, además de barato, ocupa muy poco espacio.
Otra opción es hacerte con un carrito que haga las veces de mueble bar portátil. Hay opciones para todos los bolsillos. El de la izquierda es el Ikea Raskog de 39,99€ y el de la derecha es The Madison Mixer Bar Cart que se va hasta los 625$.
Si quieres montar un mueble bar completo, con todo tipo de bebidas y vasos, quizás la opción más adecuada se hacerte con un armario dedicado como este. En este no sólo hay espacio para las botellas de licor si no también para las de vino, la vajilla y todos los accesorios que te puedas imaginar.
Por último, puedes montar un espacio para guateques de primera división como este Surf Cottage que diseño Antony Carrino. Hay espacio de sobra para dártelas de profesional de la coctelería, pero ten en cuenta que después de toda fiesta siempre hay que recoger.
Sea lo que sea que elijas, por favor que no sea el globo terráqueo.
¿Cómo llenar el mueble bar?
Aunque no lo creas, un mueble bar no sólo se construye a base de bebidas y un carrito. Como buen profesional de la coctelería casera necesitas las herramientas adecuadas para que tus copas no parezcan salidas de un botellón. No hace falta que te hagas con todo, pero en la guía de coctelería en casa de mi compañera Mer puedes encontrar todo lo que puedes llegar a necesitar.
Eso si, antes de lanzarte a añadir cosas al carro de la compra piensa muy bien qué tipo de bebidas quieres preparar. La cubitera y las pinzas para hielo son indispensables pero quizás prefieras hacerte con unas buenas piedras para Whisky en vez de comprar una coctelera. Lo mismo ocurre con los vasos y copas.
No se suele tener en cuenta, pero un buen hielo es la base de un cóctel perfecto. Con un kit como este de Studio Neat puedes conseguir un hielo totalmente transparente en tu propia casa. Viene con las herramientas necesarias para crear una gran piedra, cubitos o hielo machacado.
Por último, no te olvides de las bebidas. Sin ellas no hay fiesta que valga. ¿Mi recomendación? Mejor calidad que cantidad. Es mejor tener un par de buenas botellas de algo que te encante que una colección de bebidas mediocres. Tampoco te dejes engañar, la mejor calidad no siempre se esconde detrás del precio más alto.