Engañados. Así es como hemos crecido toda una generación de españoles por culpa de unas madres que no paraban de meternos prisa para bebernos el zumo de naranja. “Corre que se le van las vitaminas” decían. ¡Mentira! Resulta que es uno de los mayores hoax (o bulos) de los últimos años junto con el “estudia y tendrás un buen trabajo” o la supuesta utilidad del álgebra en el día a día.
Como con todos los bulos no está muy claro quien fue el que incendió semejante fuego, pero gracias a la ciencia por fin hemos podido descubrir que a los zumos de naranja no sólo no se les va la vitamina C nada más exprimirlos si no que tiene que pasar horas en condiciones extremas para que desaparezca.
La ciencia tras las vitaminas del zumo de naranja
Así lo asegura un grupo de 22 científicos que publicó en la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética un estudio que aseguraba que “existe la falsa creencia de que la vitamina C del zumo de naranja casero es poco estable, cuando solo condiciones extremas (ejemplo: calentarlo a 120ºC) disminuyen de forma considerable dicha vitamina, que se conserva perfectamente en el zumo hasta 12 horas después, aunque el sabor puede volverse mas amargo”.
Aunque no son los únicos valientes que se han atrevido a destapar la mentira. En su programa “Mitos de los alimentos”, el chef Alberto Chicote fue al Laboratorio Echevarne para analizar la cantidad de vitamina C de un zumo de naranja recién exprimido y su evolución al cabo de tres, seis y doce horas. Los resultados fueron esclarecedores: la cantidad de vitamina C se mantuvo inamovible.
Madres y abuelas, está bien que os hayáis preocupado tanto por nuestro bien pero a partir de ahora podéis dejarnos desayunar con más calma y de paso evitamos que se nos vaya el zumo por el otro lado.