Es ahora, con las altas temperaturas de verano, cuando nuestro cuerpo pide una hidratación extra aunque la realidad es que no le damos la importancia debida a nuestro recetario de bebidas pese a ser una labor sencilla y altamente gratificante. Preparar nuestra propia bebida en casa nos ahorra calorías vacías y nos permite adaptarlas a nuestro gusto, pudiendo crear un sinfín de combinaciones.

Y aunque es cierto que, cada vez más, se ven alternativas a los típicos refrescos, en los supermercados en forma de aguas con sabores y que algunos los restaurantes se han puesto las pilas elaborando sus propias bebidas caseras, como la combucha y el kéfir, haciendo incluso maridajes no alcohólicos a base de licuados y fermentados, aún nos queda un largo camino por recorrer.

Limón, agua, sandía y edulcorante al gusto (o sin él, que la sandía ya es dulce, pero si queremos añadir edulcorante que sea uno de calidad y que no haga que suba nuestra glucosa) es lo único que necesitamos para refrescarnos de una manera saludable.

A una limonada tradicional, como pueda ser esta, le añadiremos la fruta estrella de la temporada veraniega, la sandía, que además de un apetecible color rosado, aportará el dulzor necesario para contrarrestar, al menos en parte, el ácido del limón. Para endulzar, basta un azúcar común, el que más os guste o tengáis a mano, o bien puede ser miel, o cualquier tipo de sirope como el de arce o el de arroz.

La elección de la sandía es un tema importante. Buscamos una que esté en su punto óptimo de maduración, pues será más sabrosa y dulce y, de esta manera, necesitaremos menos azúcar o edulcorante. Para asegurarnos el acierto se deben seguir estos consejos para elegir sandías en su punto. Para facilitarnos además la labor, sería conveniente, escoger además una sandía sin pepitas y evitarnos así estar rebuscando y quitando las semillas una a una.

A partir de aquí, podremos jugar, dándole un toque diferente con infinitas combinaciones. Le irían bien unas hojitas de hierbabuena o, si os gustan las bebidas gaseosas, añadirle agua con gas. Se puede hacer igualmente en versión espirituosa, añadiendo un chorrito de vodka, o con un toque más exótico y especial que nos llevará casi a un cóctel sin alcohol, aunque a priori pueda parecer una mezcla algo excéntrica, con un chorrito de salsa de soja (probad si no la sandía, tal cual, con un chorrito de esta salsa y veréis qué sorpresa tan fabulosa) y el puntito divertido de la picante pasta de wasabi.

Y si os animáis con las bebidas refrescantes, hay más alternativas que pueden llenar vuestras neveras de alegría y color como el granizado de menta y lima, la horchata casera o el mojito de ruibarbo y fresa.

Receta de limonada de sandía

Ingredientes

  • Sandía sin pepitas, 1/2 ud
  • Agua, 500 ml
  • Limón, 2 ud
  • Azúcar moreno (o edulcorante al gusto), 2 cucharadas

Paso 1

Limpiar la carne de la sandía

Paso 2

Poner todo en un vaso triturador

Paso 3

Triturar

Paso 4

Colar si fuese necesario

Paso 1

Cortar la sandía en rodajas, para que sea más manejable. Después, quitar la cáscara de la sandía y, si tuviera, quitar también las pepitas de la carne de la sandía.

Paso 2

Meter los trozos de sandía no muy grandes en una batidora de vaso. Regar con el agua y el zumo de limón y, si se quiere, incorporar un poco de azúcar moreno.

Paso 3

Triturar muy bien hasta conseguir una bebida líquida sin tropezones. Si es necesario, añadir más agua.

Paso 4

Cuando ya esté la bebida lista, se podrá condimentar al gusto de cada uno. Se puede añadir un poco de hierbabuena, también unas gotas de soja o un toque picante de wasabi que le va fenomenal.

Paso 5

Servir con unos hielos para que esté bien fría. Se puede meter dentro también unas rodajas de limón. Si se quiere sin ningún grumo habrá que colarla.