Hoy quería comer algo bueno, pero muy muy fácil, porque estaba recién levantado y no me apetecía ponerme a hacer nada elaborado, pero no quería perder el punto de originalidad y por supuesto que fuera algo que alimentara.

Ayer salí por lo que me apetece algo que me quite todos los males de una, y con cosas que todos podamos encontrar en nuestra nevera. Y dí con la clave: saltear pollo con cebolla y pimiento (siempre muy socorrido) pero darle un toque especial, así que me decidí a darle contraste con un poco de miel y mostaza.

Muy sencillo de hacer ya digo, y dificilmente os quite más de 15 minutos de vuestro tiempo. Lo primero de todo es cortar el pimiento y la cebolla. En mi caso el pimiento ha sido directamente salido de una bolsa de pimiento congelado de tres colores, porque no tenía un pimiento hoy, pero vamos, siempre recomiendo utilizar la versión natural, aunque hay que reconocer que estas soluciones son muy cómodas y te sacan de más de un apuro.

Después de cortadas las hortalizas, vamos ya a cortar el pollo en tiras (tampoco muy finas). Nuestro siguiente paso será mezclar la miel y la mostaza, removed bien hasta que el mejunje sea lo más homogéneo posible. En mi caso he utilizado una mostaza que no es la normal, por así decirlo, pero es que no tenía a mano la de toda la vida, pero está igual de buena 😉

Calentáis un chorrito de aceite en la sartén y os disponéis a ir echando los ingredientes, pero en orden. Primero la cebolla, para que se vaya pochando (fuego bajo), en cuanto esté translucida le sigue el pimiento, y cuando lo veáis ya más “hecho”, será el turno del pollo.

Cuando esté marcado el pollo (simplemente que cambie de color por todas partes), echáis directamente la salsa de miel y mostaza sobre la sartén y removéis bien, y seguís salteando. En 4-5 minutos lo tenéis listo para servir. Apetece, ¿eh?

Tiempo: 15-20 minutos

Dificultad: 2/10

Digestión: 6/10

Precio: 2,5€