- Total: 40 min
- Comensales: 1
Hoy es 1 de septiembre y a muchos de vosotros os habrá tocado enfrentaros de nuevo con la dura realidad: el trabajo, las obligaciones diarias… y algún kilillo de más, que lo se yo!! Las tapitas, los helados y esos caprichos bajo la frase-trampa “que estamos de vacaciones!” habrán hecho estragos en más de uno.
Ingredientes
- 2 pechugas de pollo deshuesadas
- 50 ó 70 gr. de pan rallado (lo que veas que necesitas)
- 30 gr. de queso parmesano rallado
- 1 cucharadita de perejil picado
- 2 claras de huevo
- 2 cucharaditas de margarina light
- Sal, pimienta y hierbas aromáticas
Para hacer dieta y rebajar lo que hayamos podido engordar hay muchas técnicas, pero en Cocinillas desde luego apostamos por el sentido común y la dieta equilibrada, nada de dietas milagro, que lo que te quitan un mes te lo ponen con propina al mes siguiente.
Mi teoría es que la prohibición de algo sólo vale para crearse una obsesión por saltársela, así que si te apetece algo símplemente cómetelo, pero modérate. Por ejemplo, la sensación que te deja en el paladar una onza de chocolate es la misma que la que te deja una tableta entera, pero una sola onza no hará estragos en tu figura, así que no hace falta que te niegues nada, símplemente usa la cabeza y no te atiborres.
Además de la moderación, es importante encontrar alternativas menos calóricas de aquellas cosas que nos gustan. Y ese es precisamente el propósito de esta receta; ya que hoy os traigo una alternativa a los fritos.
Seguramente ya sabíais que las empanadillas, las croquetas e incluso las patatas chips, pueden hacerse al horno en vez de fritas con excelentes resultados… pero si eres como yo y te mueres por un buen filete de pollo o una chuleta de cerdo con un empanado crujiente, seguramente pensarías que no se podía hacer sin freirlo. Meeec! Error! Se puede hacer y no sólo eso, me atrevo a decir que el resultado es incluso mejor!!
La primera vez que hice esta receta no las tenía todas conmigo, “seguro que no puede ser” pensaba yo mientras experimentaba en mi cocina, pero para mi sorpresa el resultado fue buenísimo. El rebozado queda super-crujiente y la carne queda tierna y esponjosa (cosa que muchas veces no pasa si lo fríes). Y ese saborcillo a queso… mmmm!
Tienes que probar esta manera de preparar tus empanados. ¡No te defraudará!
Preparación
Empezamos echando las 2 claras de huevo en un plato. Yo sugiero que useis esas claras pasteurizadas que venden en botellitas. Aguantan bastante tiempo y así no tienes que dejar 2 yemas perdidas por la nevera, que seguramente acabarán días más tarde en el cubo de la basura.
En otro plato, mezclaremos el pan rallado con el parmesano rallado y el perejil (en esta ocasión yo ya tenía el pan rallado con perejil incluído así que no le puse más)
Adobamos las pechugas de pollo a nuestro gusto (sal, pimienta y hierbitas según nos plazca) y a continuación las pasamos primero por el plato con las claras de huevo y luego, rebozamos por la mezcla de pan, queso y perejil. Repetimos la operación, pasando las pechugas por las claras y luego por el pan.
Finalmente, ponemos las pechugas en una fuente apta para horno y ponemos encima de cada una, una cucharadita de margarina.
Horneamos a 180º durante unos 35 ó 40 minutos, a media altura y con calor tanto arriba como abajo.
Con las pechugas enteras estas condiciones son perfectas, quedan estupendas. Pero adecúa tu horno según lo que vayas a preparar; si son filetes en vez de pechugas enteras, en ese caso tendrás que reducir el tiempo de horneado a sólo 20 minutos y deberás poner la bandeja del horno un poco más arriba para que el empanado se dore, o quizá que los últimos minutos lleven grill además de horno. Eso es ir probando.
Con esta técnica he preparado, pechugas y filetes de pollo, chuletas de cerdo y filetes de ternera empanados, siempre con el mismo buen resultado.
Resultado
¿Quién dijo que unos filetes empanados no podían ser sanos?