¿No lo notais? Ya va oliendo a Navidad!! Las calles se han llenado de luces, de mercadillos…  los establecimientos recurren a sus CD’s con villancicos guardados durante todo el año y la gente, por un momento parece que piensa en los demás y no sólo en si mismos.

Ingredientes

  • 1 plancha de hojaldre
  • 1 solomillo
  • 1 cebolla
  • aceite
  • 4 cucharadas de azúcar moreno + un chorrito de agua (o directamente un chorrito de caramelo líquido)
  • 1 lata de paté (cuanto más rico, mejor, pero el foie grass de toda la vida vale)
  • sal y pimienta al gusto
  • 1 huevo batido para pincelar

Es momento de celebraciones, de reuniones con los amigos y seres más queridos. Momento de compartir, de disfrutar frente a una buena mesa.

La receta que os traigo hoy es ideal para estas fecha; bueno, en realidad para cualquier fecha porque está buenísimo, pero particularmente útil en estas fechas digo, porque además de estar riquísimo, es un plato muy  “aparente”, con un nombre pomposo que da la idea de una gran dedicación, pero que en realidad es muy fácil de hacer, lo cual nos permite tener tiempo para dedicarnos a otras cosas, sobretodo en estos días que hay tantos preparativos y cosas que hacer antes de que lleguen los invitados.

Este nombre tan rimbombante parece ser que proviene del primer Duque de Wellington, Arthur Wellesley, conocido por derrotar a Napoleón en la batalla de Waterloo. Parece ser que el origen del plato es francés pero el Duque de Wellington (a quien le encantaba este plato) ordenó cambiarle el nombre como una muestra más de su victoria sobre los franceses. En cualquier caso, tampoco este origen parece muy claro y probado, pero os servirá para dar una contestación convincente en caso de que os pregunten por el nombre (que lo harán)  😛

No me enrollo más y os pongo cómo se hace. En un pis pas tendreis un plato digno de un Lord.

 

(para 4 personas)

 

Preparación

El plato original lleva simplemente el solomillo y el paté envueltos en hojaldre, pero yo además quise darle un toque más y añadirle cebolla caramelizada (si no tienes tiempo prescinde de este paso,  porque estará rico igual)

Para caramelizar cebolla, necesitaremos una cebolla  partida en juliana muy fina. La pondremos a pochar en una sartén con aceite hasta que quede tierna y transparente.

Una vez pochada, añadimos las cuatro cucharadas de azúcar moreno y el chorrito de agua y removemos bien hasta que el azúcar se caramelice. Para atajar, podemos sustituir el azúcar y el agua por un chorrito generoso de caramelo líquido (sí, de ese que se usa para el flan), removemos bien y ya estaría.

El siguiente paso será  salpimentar y sellar la carne. Sellar la carne significa pasar la carne por la plancha o la sartén a fuego fuerte, durante un escaso período de tiempo con la intención de cerrar los poros y que mantenga sus jugos naturales. Normalmente, la cocción de esa carne se termina con otro método como el horneado o la brasa.  En este caso, la cocción de nuestro solomillo será en el horno envuelto en hojaldre.

Es importante que tanto el sellado del solomillo como la caramelización de la cebolla si lo haceis, lo hagais bastante antes, al menos una hora antes, para que al ponerlo en el hojaldre ya esté frío y este no se nos rompa ni agriete.  Así que haceis estos pequeños preparativos y los apartais hasta el momento de su uso.

Cuando vayamos a hacer el plato propiamente dicho, precalentaremos el horno a 190º.

Extendemos la plancha de hojaldre y sobre más o menos el centro, disponemos el paté, extendiéndolo como unos 3 ó 4 centímetros (más o menos lo que tenga de extensión el solomillo). Sobre el paté colocamos la cebolla caramelizada y sobre esta disponemos el solomillo.

Envolvemos bien con el hojaldre y una vez envuelto cortamos un poquito del hojaldre, que nos sobrará. Con esta masa hacemos las decoraciones sobre el solomillo envuelto.

Pintamos toda la masa con el huevo batido y pinchamos con un tenedor por varios sitios para que la masa no suba demasiado.

Horneamos a 190º durante unos 20 ó 30 minutos (cuando veas que está doradito y apetecible sácalo)

Listo para deslumbrar a tus invitados!

Solomillo Wellington

Como acompañamiento, puedes recurrir a las típicas patatas fritas, puré de patatas, o bien verduras salteadas. En este caso yo recurrí a una guarnición de champiñones a la crema (salteamos los champiñones frescos, añadimos unas gotas de limón, sal y pimienta y finalmente un brick pequeño de nata líquida para cocinar, una pizca de nuez moscada y dejamos reducir la salsa)

 

Resultado

Una receta deliciosa, fácil y rápida de preparar que sorprenderá a todos.

Tiempo: 10 minutos de preparación + 20 minutos de  horneado

Dificultad: 2/5

Digestión: 3/5

Precio: 6 €

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