Que las recetas asiáticas me gustan más que a un niño un caramelo no es ningún secreto, me da igual Tailandia que Japón, China que India. Es que me encantan esos sabores tan potentes que hacen que hasta la verdura más insípida se convierta en una auténtica delicia.

Así es, que estas recetas me parecen geniales para reducir el consumo de carne a la cantidad que realmente necesita nuestro cuerpo y aumentar el consumo de vegetales, con el que siempre vamos por debajo de lo que deberíamos.

Preparación del lomo con salsa de ostras

1: Trocear la carne y saltearla

Cortamos el lomo en tiras finas, lo salteamos durante un  par de minutos en una sartén a fuego vivo hasta que cambie de color. Lo pasamos a un plato y reservamos.

2: Sofreír verduras

En la misma sartén ponemos a calentar el aceite de sésamo a fuego medio-alto. Añadimos primero la cebolla, el ajo y el jengibre para que empiecen a desprender sus aromas. Podemos rallar el jengibre y el ajo y no tenemos intención de retirarlo a la hora de servir, aunque si tenemos queremos quitarlo será más fácil si los echamos en trozos más grandes que sean más fácil de “pescar”.

A continuación añadimos el calabacín bien lavado y cortado en dados y la zanahoria en tiras finas. Salteamos durante 3 o 4 minutos a fuego vivo hasta que empiecen a tomar color.

3: Añadir salsas y cocinar

Añadimos la salsa de ostras, la salsa de soja, la maizena disuelta en el cado de verduras y llevamos a ebullición.

4: Añadir el lomo

Finalmente, añadimos las tiras de carne que teníamos reservadas , mezclamos bien y mantenemos el hervor durante un par de minutos.

5: Servir

Retiramos los trozos de ajo y de jengibre, servimos inmediatemente sobre un bol  con una ración de arroz cocido o de fideos chinos y nos lo comemos antes de que se enfríe.

Notas

La clave está en el toque que le dan al plato la salsa de soja y la salsa de ostras, lo demás es adaptable, en vez de lomo de cerdo, puedes poner carne de ternera o pechuga de pollo, puedes cambiar las verduras o añadir otras que te gusten como pimientos, champiñones, etc… Y en muy poco tiempo tienes una receta rica y equilibrada, que es fabulosa para una comida o cena improvisada, de esas que sirven para hacer limpieza de nevera.

Anímate, prepárala, dinos qué le has echado y cuántanos cómo te ha salido.