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Dicen que la pasta es el plato favorito en todo el mundo. Y no es de extrañar, un ingrediente tan barato, tan sencillo de elaborar y tan versátil (combina prácticamente con cualquier tipo de ingredientes) es lógico que sea un must have en los recetarios de todas las casas, incluso en las que se come siempre cosas preelaboradas o procesadas.
Ingredientes
- Pasta (radiatori), 200 g
- Espinacas frescas, 250 g
- Queso Brie, 120 g
- Agua
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra recién molida
Para el pollo al curry
- Pechuga de pollo, 200 g
- 1 cebolleta
- 2 dientes de ajo
- 1 tomate
- Yogur, 125 g
- Caldo de pollo, 200-250 ml
- 1 hoja de laurel
- 2 clavos de olor
- Comino, 15 g
- Pimentón dulce, 15 g
- Cúrcuma, 10 g
- Coriandro, 10 g
- Jengibre, 8 g
- Canela en polvo, 6 g
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra recién molida
En esta receta vamos a preparar un plato de pasta diferente, con una rica, sana y sabrosísima salsa de curry con su correspondiente pollo, a la que le daremos un aire de frescura con unas espinacas frescas que cocinaremos brevemente y a la que, como no, le aportaremos el toque indispensable del gratinado, en esta ocasión añadiendo un espectacular queso Brie.
Cómo hacer una pasta gratinada con espinacas, pollo y queso Brie
01: Marcamos el pollo y preparamos la base del pollo al curry
Fileteamos la pechuga de pollo en filetes de cierto grosor, para evitar que se sequen con demasiada rapidez.
Salpimentamos los filetes y los marcamos por ambas caras en una sartén con unas gotas de aceite, para que se doren por fuera pero permanezcan muy rosados en su interior. Una vez hayamos dorado rápidamente la pechuga de pollo por ambas caras, retiramos y reservamos.
En esa misma sartén, que habrá recogido los caramelizados del sellado de la carne, comenzamos a elaborar el sofrito que formará la base de nuestra salsa de curry.
Picamos los dientes de ajo y los añadimos a la sartén, junto con las cebolletas picadas en juliana. Añadimos también al sofrito los clavos de olor y la hoja de laurel.
Cocinamos en blanco la cebolla a fuego lento de modo que se poche y quede traslúcida pero sin llegar a coger color y caramelizarse. Llegado ese momento, añadimos los tomates troceados y sofreímos todo unos pocos minutos más.
Una vez esté la base de ajo, cebolla y tomate cocinada, es el momento de añadir buena parte de las especias de nuestra salsa de curry. Añadimos el jengibre (rallado o en polvo), el comino, el coriandro, la cúrcuma, la canela en polvo y el pimentón (dulce, picante o mezclado, según el grado de intensidad que queramos en la salsa). Salpimentamos también.
Rehogamos un instante la verdura con todas las especias y mojamos con el caldo. Cocinamos a fuego suave alrededor de 10 minutos, tiempo en el cual las especias soltarán toda su fragancia y nos llenarán la cocina con todo su aroma.
02: Terminamos de preparar la salsa de curry
Una vez hayamos cocido la salsa de curry durante 10 minutos a fuego pausado, retiramos el laurel y los clavos de olor, ya que de triturar la salsa con cualquiera de estos ingredientes el sabor que darían sería demasiado pronunciado.
Añadimos el yogur a la salsa y mezclamos, cociendo a fuego muy lento tan solo unos instantes. Retiramos del fuego y trituramos. Podemos colar la salsa de curry para que quede más fina si así lo deseamos.
Una vez tenemos la salsa de curry preparada y lista, volvemos a incorporar el pollo, que habremos cortado en tiras finas y no demasiado grandes. Terminamos de cocinar el pollo en la salsa de curry, cociendo el conjunto un par de minutos.
La textura de la salsa debe ser cremosa y con cuerpo pero sin ser excesivamente densa ni pastosa. Podemos rectificarla añadiendo un poco de agua o caldo si está muy espesa o reduciéndola antes de reincorporar el pollo (ya que si no se sobrecocería el pollo mientras reduce la salsa) si la encontramos excesivamente líquida.
03: Cocemos la pasta
Ponemos al fuego una olla llena de agua y la salamos alegremente. Una vez rompa a hervir, añadimos la pasta radiatori y removemos. Cocemos a fuego moderado removiendo de vez en cuando, especialmente al inicio de la cocción de la pasta.
Antes de retirar la pasta, guardaremos en una jarra un poco del agua de su cocción para alargar y estirar la salsa de curry si fuese necesario. Cocemos la pasta un par de minutos menos de lo habitual, cuando aún esté muy al dente y con un punto crudo en el interior, ya que la pasta terminará de hacerse al gratinarla. Escurrimos la pasta, sin remojarla ni enfriarla, y reservamos.
04: Añadimos las espinacas frescas y la pasta cocida al pollo al curry
Volvemos a llevar al fuego el pollo al curry y añadimos las espinacas frescas. Mezclamos bien y cocinamos unos instantes para que las espinacas empiecen a entregarse y a ablandarse por el calor. Añadimos la pasta recién cocida y escurrida y mezclamos de nuevo todo muy bien.
Si vemos que es necesario, añadimos un poco del agua de cocción de la pasta para que la salsa impregne bien toda la preparación y nuestra pasta con espinacas y pollo al curry no quede excesivamente espesa.
05: Añadimos el queso Brie a la pasta, gratinamos y servimos
Por último, rompemos unos trozos desiguales de queso Brie y los disponemos sobre la pasta desordenadamente.
Introducimos la pasta en un horno previamente precalentado a toda pastilla y con el grill encendido. Retiramos una vez el queso se haya fundido y haya cogido un ligero color dorado.
Servimos nuestra pasta gratinada con espinacas, pollo y queso Brie.
Resultado final
Un plato sencillo y que demuestra que se puede comer sano pero sin renunciar al sabor, siempre y cuando nos remanguemos un poco y elaboremos las recetas y las preparemos con un poco de mimo.
Este pollo al curry es también una preparación muy versátil, ya que admite comerlo por sí solo acompañado de un poco de arroz blanco o unas patatas fritas o, si nos sobra una pequeña cantidad y no sabemos qué hacer con ella, preparar multitud de preparaciones como rellenos, fajitas o, como no, esta misma pasta gratinada con espinacas, pollo al curry y queso Brie.