Tal y como está la situación sanitaria en España debido a la pandemia y teniendo en cuenta lo poquito que falta para terminar el año es muy posible que las próximas fiestas navideñas tengan que ser muy diferentes a todas las que hemos vivido hasta la fecha.

Pero una cosa os digo, independientemente de cómo sean, lo más importante es celebrarlas aunque tenga que ser a golpe de esas videollamadas que tanto nos han acercado a los que queremos en los últimos meses.

A la hora de cocinar, es probable que este año no seamos tantos en casa como otros años y nos dé cierta pereza meternos a preparar platos muy complejos, pero eso no debería ser motivo para no preparar cosas ricas como las que te vamos a ir proponiendo en Cocinillas, platos resultones, fáciles de cocinar para cualquiera, incluso para aquellos que este año se verán obligados a cocinar la cena de Nochebuena por primera vez, y que no requieran hacer grandes esfuerzos enconómicos, como este codillo al horno glaseado con vino tinto que prácticamente se hace solo y está para chuparse los dedos.

Propiedades nutricionales de la carne de cerdo

Según la Fundacion Española de la Nutrición "la carne de cerdo tiene un contenido en macronutrientes diferente en función de la edad de sacrificio, el tipo de alimentación y la pieza de consumo. Las partes más magras tienen alrededor de 8 g de grasa por 100 g de alimento completo, mientras que las de más contenido lipídico llegan casi a los 30 g por 100 g de alimento.

La carne semigrasa contiene un 17% de proteínas, algo inferior al contenido medio del grupo de las carnes. Estas proteínas se consideran de alto valor biológico pues contiene aminoácidos esenciales en cantidades equivalentes a las necesidades del hombre. Independientemente de la pieza de consumo, la carne de cerdo no contiene hidratos de carbono. Aunque el músculo del animal vivo contiene una pequeña cantidad de este nutriente en forma de glucógeno, éste se destruye en los procesos postmórtem.

En promedio, la carne de cerdo contiene aproximadamente un 23% de grasa. Como cualquier alimento que procede de un animal terrestre, el cerdo contiene grasa saturada y colesterol. Sin embargo, la proporción de grasa monoinsaturada (42%), representada por el ácido oleico es mayor que la de la grasa saturada, presente en un 32% aproximadamente (ácido esteárico). Incluso contiene más cantidad de grasa insaturada que la carne de ternera. Esto justificaría la expresión que se oye en determinados círculos de que el cerdo es «un olivo con patas».

En el cerdo de raza ibérica la proporción de grasa monoinsaturada es mayor todavía, debido principalmente a la alimentación del animal, y supera el 50% del total.

La carne de cerdo es fuente de minerales como el zinc con una biodisponibilidad notable respecto a la de este mineral en alimentos de origen vegetal. Destaca también el contenido en potasio, fósforo y selenio.

En cuanto a su contenido de vitaminas, es de las carnes con mayor cantidad de tiamina y constituye también una buena fuente de vitamina B12, vitamina B6 y niacina.

Para mejorar el perfil calórico de nuestra dieta actual se recomienda que a la hora de elegir la carne de cerdo que vamos a comer, se opten por los tipos y piezas más magras, relegando las carnes grasas a un consumo más esporádico."

Cómo hacer codillo al horno

Ingredientes

  • Codillos de lacón de cerdo sin piel, 4
  • Aceite de oliva virgen extra, 100 ml
  • Cebollas, 2 grandes
  • Ajo, 4 dientes
  • Pimienta en grano, 1 cucharada
  • Vino tinto, 200 ml
  • Caldo de carne, 200 ml
  • Anís estrellado, 1 estrella
  • Mantequilla, 1 cucharada
  • Sal
  • Pimienta molida

Paso 1

Limpiamos los codillos retirando cualquier trozo visible de grasa y lo salpimentamos.

Paso 2

En una cazuela, preferiblemente si es apta para horno -una cocotte sería lo ideal-, ponemos a calentar el aceite y doramos los codillos. Añadimos los dientes de ajo ligeramente aplastados y sin pelar. Añadimos también las cebollas sin piel y troceadas en rodajas finas, la pimienta en grano, el tomillo y la estrella de anís. Regamos con el vino tinto, subimos un poco el fuego y dejamos reducir el alcohol.

Paso 3

Calentamos el horno a 160ºC. Si la cazuela no es apta para horno, colocamos los codillos junto con el resto de la preparación en una fuente que sí lo sea, regamos con el caldo de carne e introducimos en el horno.

Paso 4

Cocinamos durante una hora por cada lado hasta que la carne esté tierna. Durante la cocción debemos regar la carne con los jugos de la bandeja cada 30 minutos y si fuese necesario añadiremos un poco más de caldo.

Paso 5

Cuando la carne esté tierna, sacamos del horno, colamos los jugos de la bandeja y los ponemos a reducir en un cazo hasta que tengamos una salsa densa de color marrón. En ese momento, añadimos la mantequilla, que le dará brillo. Inmediatamente bañamos con ella los codillos y los servimos.

El codillo de cerdo, al igual que el de otros animales, es una carne de contenido graso medio y muy rica en colágeno por lo que se trata de una pieza que necesita cocciones largas, pero que nos regala texturas tiernas y melosas que se deshacen en la boca.

Paso 1

Limpiamos los codillos retirando cualquier trozo visible de grasa y lo salpimentamos. 

Paso 2

En una cazuela, preferiblemente si es apta para horno -una cocotte sería lo ideal-, ponemos a calentar el aceite y doramos los codillos. Añadimos los dientes de ajo ligeramente aplastados y sin pelar. Añadimos también las cebollas sin piel y troceadas en rodajas finas, la pimienta en grano, el tomillo y la estrella de anís. Regamos con el vino tinto, subimos un poco el fuego y dejamos reducir el alcohol.

Paso 3

Calentamos el horno a 160ºC. Si la cazuela no es apta para horno, colocamos los codillos junto con el resto de la preparación en una fuente que sí lo sea, regamos con el caldo de carne e introducimos en el horno.

Paso 4

Cocinamos durante una hora por cada lado hasta que la carne esté tierna. Durante la cocción debemos regar la carne con los jugos de la bandeja cada 30 minutos y si fuese necesario añadiremos un poco más de caldo.

Paso 5

Cuando la carne esté tierna, sacamos del horno, colamos los jugos de la bandeja y los ponemos a reducir en un cazo hasta que tengamos una salsa densa de color marrón. En ese momento, añadimos la mantequilla, que le dará brillo. Inmediatamente bañamos con ella los codillos y los servimos.

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