Además de rápida, esta receta de cerdo caramelizado con miel y ajo es realmente sabrosa y también algo adictiva. Su preparación sólo conlleva un salteado, porciones de cerdo fileteadas finamente y el sabor final del ajo para que el dulce de la miel no se haga pesado. Se podrá servir junto a una ensalada, un poco de arroz basmati cocido o de unos tallarines levemente salteados. Un chorrete de zumo de lima por encima siempre le vendrá de maravilla para refrescar aún más.

La recomendación es siempre utilizar cerdo ibérico, pero se podría hacer también con cerdo blanco. ¿Qué corte? Es ideal el solomillo, pero también la presa, con un extra de grasa infiltrada que le dará al conjunto más jugosidad. Siempre, y es importantísimo, el cerdo se tendrá que saltear a máxima temperatura para que no se seque demasiado por dentro y que no quede duro.

Tras saltear a fuego máximo el cerdo, será el momento de reducir la salsa cuya preparación no tiene más misterio que mezclar la salsa de soja con la miel, algo de aceite de sésamo y, si se quiere, un toque picante. Por otro lado, el ajo se sofreirá en el aceite donde se saltee el cerdo y se incorporará al final al plato de nuevo. Eso sí, es muy importante reducir la salsa al máximo para que quede casi con una textura de melaza.

Esta receta nos llevará, indudablemente, a sabores asiáticos. Si quisiéramos completar el menú, al lado podríamos servir una ensalada de col asiática o una ensalada de pomelo vietnamita. También unos tallarines chinos fritos con pollo, unos rollitos vietnamitas o un pan plano relleno de panceta y verduras para acompañar perfectamente. Si se quiere hacer una oda al cerdo, al lado siempre estará bien un poco de cerdo agridulce casero crujiente por fuera y tiernísimo por dentro.

Receta de cerdo con ajo y miel

Ingredientes

  • Solomillo de cerdo ibérico, 1 ud
  • Dientes de ajo, 3 ud
  • Cebollino picado, 3 cucharadas
  • Sal, c/s
  • Aceite de oliva, 4 cucharadas

Para la salsa

  • Salsa de soja, 120 ml
  • Miel, 2 cucharadas
  • Aceite de sésamo, unas gotas
  • Pimienta negra molida, al gusto
  • Vinagre, 1 cucharadita

Paso 1

Preparar la salsa

Paso 2

Cortar el cerdo, el ajo y el cebollino

Paso 3

Saltear el cerdo y dorar el ajo

Paso 4

Mezclar el cerdo con la salsa

Paso 1

En un vaso o en un bol mezclar todos los ingredientes de la salsa hasta que estén bien integrados. Con la ayuda de unas varillas o de una batidora será más fácil siempre, pero lo podríamos hacer directamente con una cucharilla.

Paso 2

Limpiar el solomillo de cerdo quitando las posibles ternillas exteriores que luego generan tirantez en la carne y la grasa que no se quiera. Cortar en tiras finas.

Paso 3

Pelar los dientes de ajo y cortarlos finamente. Picar también el cebollino.

Paso 4

En una sartén tipo wok calentar el aceite y dorar en él los dientes de ajo. Cuidado, porque el ajo se quema muy rápido y amarga mucho así que lo ideal es ponerlo con el aceite todavía frío y que se vaya calentando a medida que los ajos se doran. Retirar a un plato cuando ya estén crujientes y dorados.

Paso 5

En esa misma sartén, o también se puede hacer en orden inverso (primero la carne y luego los ajos), añadir un poco más de aceite y saltear a fuego máximo las tiras de cerdo. Hay que esperar a que el aceite esté muy caliente para añadir la carne. Agregar sal y pimienta negra y saltear hasta que esté dorado por fuera. Retirar entonces a un plato y bajar el fuego.

Paso 6

Agregar la salsa y dejar que se cocine a fuego suave hasta que quede con textura de melaza, bien densa.

Paso 7

Incorporar entonces el cerdo y dejar que se cocine en la salsa apenas unos minutos, para que quede muy pegajoso.

Paso 8

Servir poniendo por encima las láminas de ajo crujientes y un poco de cebollino picado. Al lado, poner un trozo de lima por si alguien quiere añadir unas gotas de su zumo.