¿Qué abuela no ha hecho nunca carne con tomate? ¿O quién no la ha comido alguna vez bajo cualquier otro nombre? Este plato es un clásico de la gastronomía de España, típico en el día a día de muchas casas, pero también en las tapas de muchos bares y restaurantes. Muy popular en ciertas zonas de La Mancha. Lo clásico es hacerlo con cerdo, pero también se podría plantear con ternera, cordero o incluso con pollo. Es fácil, es cercano y a todo el mundo le gusta. 

Quizás la versión más clásica sea la que lleva dentro también un poco de pimiento verde, pero, en esta ocasión, hemos prescindido de él en favor de todos a los que les repite esta hortaliza. 

A los que les sorprenda, esta receta también se puede encontrar en femenino como 'magras con tomate' y su preparación es facilísima: cocer la carne a fuego suave en una buena salsa de tomate. Que sí, puede ser comprada si se quiere acortar los tiempos y elaboraciones. Si se hace la salsa casera, el tiempo y el chup, chup serán los mejores aliados. 

Como cualquier guiso, gana enteros si se deja hecho de un día para el otro, para que todo repose. El truco de incorporar una cucharadita de azúcar al final ayudará a contrarrestar la posible acidez del tomate. 

Como acompañamiento, se puede cocer un poco de arroz blanco, asar unas patatas con toque crujiente o freír unos boniatos. También hay a quien le gusta incorporar un huevo frito y servir cerca unos pimientos verdes fritos. Otro de los secretos, sin duda, es que la carne quede absolutamente tierna, aunque no se espere de ella que se deshilache como las carrilleras o como el morcillo. 

Si sobra magro con tomate y se quiere reutilizar, será perfecto troceado pequeñito para rellenar una lasaña o también queda fenomenal en un pastel de patata tipo Shepherd's Pie. Si queremos darle una segunda vida, en cambio, se podía aumentar su condimentación agregando un toque picante, algo de comino o incluso meter un punto de mole mexicano en la mezcla de la salsa. 

Cómo hacer magro con tomate

Magro con tomate Clara Villalón

Ingredientes

  • Magro de cerdo en tacos, 600 g
  • Cebolla blanca, 1 ud
  • Cebolla morada, 1 ud
  • Diente de ajo, 1 ud
  • Orégano seco, 1 cucharada
  • Perejil seco, 1 cucharada
  • Azúcar, 1 cucharadita
  • Sal, c/s
  • Vino blanco o manzanilla, 200 ml
  • Pimienta negra molida, al gusto
  • Tomates enteros pelados en conserva, 500 ml
  • Aceite de oliva virgen extra, 6 cucharadas

Paso 1

Saltear el magro de cerdo y añadir el vino

Paso 2

Preparar la salsa de tomate

Paso 3

Mezclar el magro con la salsa de tomate y cocinar a fuego lento

Paso 1

Si no se compra el magro troceado habrá que trocearlo. Dorar el magro en un poco de aceite de oliva a fuego fuerte y, cuando esté bien dorado, añadir el vino y dejar evaporar hasta que haya desaparecido casi por completo. Retirar entonces la carne a un plato. 

Paso 2

Pelar el diente de ajo. Pelar las cebollas y picarlas finamente. En la misma olla, disponer el aceite de oliva con el ajo y las cebollas picadas, añadir un poco de sal y rehogar a fuego suave hasta que se pochen bien pero sin llegar a dorarse. Siempre es bueno tapar la sartén para que las cebollas se pochen en su propio jugo. Sería estupendo dorar ligeramente la cebolla porque así el guiso tendrá un sabor caramelizado especial.

Paso 3

Cuando ya esté todo pochado, agregar el orégano y el perejil y añadir los tomates pelados con su jugo. Ir machacándolos poco a poco y dejar que la salsa de tomate se cocine durante aproximadamente 40 minutos, hasta que se reduzca bien. Para terminar, añadir el azúcar y poner al gusto de sal y de pimienta negra. 

Paso 4

Cuando la salsa de tomate esté lista, añadir la carne, tapar y cocinar a fuego suave durante 40 minutos o hasta que la carne esté completamente tierna. Apagar el fuego y dejar la carne reposando allí mismo