Mer Bonilla Agencias

Las carnes de pollo, pavo y codorniz, las carnes blancas en general, son unas de las carnes más saludables y nutritivas que hay. Son, además, carnes ligeras y fáciles de digerir que resultan muy adecuadas para toda la familia.

Al combinarlas con otros alimentos ricos en nutrientes, como frutas y verduras, se pueden crear comidas deliciosas y equilibradas que contribuyan a mantener la salud y el bienestar de las personas.

Razones para consumir carnes de ave

Con cualquiera de las tres aves que acabamos de mencionar pueden prepararse platos saludables y sabrosos y, desde Avianza, nos dan cinco razones para que te entren ganas de cocinarlas:

  • La carne de ave es fácil de digerir y muy económica. Estas carnes, sobre todo la de pollo, además de su versatilidad y de sus propiedades nutricionales, es una de las preferidas de los más pequeños. Un valor añadido a la hora de cocinar para los pequeños de la casa.

  • Las carnes de aves tienen como principal aporte de nutrientes las proteínas, ya que es una buena fuente de aminoácidos esenciales, aquellos que nuestro organismo no sintetiza y que deben consumirse para que sea una dieta sana. Una ración de 100 gramos puede presentar entre 110 y 215 calorías. Destaca por tratarse de una buena fuente de proteínas y ácidos grasos monoinsaturados.

  • Con el gran número de proteínas que tiene la carne de ave, ayuda en la lucha contra la pérdida ósea y aporta a nuestro organismo una gran cantidad de fósforo, un mineral esencial que nutre a los dientes y huesos, así como a los riñones y el hígado.

  • Es, precisamente, por los altos niveles proteicos por lo que aportan mucha energía. Además, el metabolismo quema calorías para que pueda manejar un peso saludable y un buen nivel de actividad. Es fácil de digerir y es bien tolerado por quienes sufren trastornos digestivos ya que su tejido conectivo es más fácil de desintegrar.

  • La carne de ave ayuda al crecimiento y el desarrollo muscular. Por eso esta carne es muy recomendable para los más jóvenes. Y, además, la facilidad de digestión de la carne de pollo se combina con su efecto saciante, lo que nos ayuda a no picar entre horas.

Lo que hay que saber sobre el pollo

El pollo es un ave de corral muy valorada por su alto contenido de proteínas de excelente calidad, el alto nivel de grasas insaturadas y su bajo contenido calórico. A nivel alimenticio es un animal del que se pueden aprovechar la gran mayoría de sus partes en distintos tipos de elaboraciones (menudos, cuartos delanteros y traseros, pechugas e incluso carcasas).

[Cómo ahorrar comprando un pollo entero]

En general, el pollo es un animal que acepta multitud de tipos de cocinado, desde horno, plancha, cocido, guisado, estofado, en papillote... con sal y pimienta o hierbas aromáticas, por ejemplo. Sí es importante tener en cuenta la edad del pollo para determinar el tipo de cocción. Cuanto más jóvenes sean las piezas es más recomendable la preparación en horno mientras que los más añejos necesitan cocciones más largas como los guisos y los estofados.

¿Cómo cocinar el pollo?

Alitas de pollo picantes

Los menudos o menudillos son un claro ejemplo de parte de aprovechamiento del pollo. Lo conforman el hígado, la cresta o el cuello y se utilizan para elaborar fondos y caldos que, posteriormente, servirán para realizar sopas y bases de salsas en las que queremos que haya un sabor ligero.

Los cuartos delanteros los conforman la suprema de pollo, la pechuga y las alas de pollo. La suprema de pollo, que corresponde al pecho del ave, es la zona con mayor cantidad de carne. Este corte es muy recomendable para cocinarlo asado acompañado de verduras o a la plancha con salsa y ensaladas o patatas fritas.

La pechuga de pollo se trabaja, normalmente, en dos formatos, trozos o filetes. Los trozos son más utilizados en la preparación de arroces, salsas o salteados con verduras mientras que, el filete de pechuga, que se obtiene abriendo la pechuga por la mitad como si fuera un libro, se suele cocinar a la plancha, rebozado o empanado. Por último, las alas de pollo se consumen, en su mayoría, fritas o con salsa barbacoa.

Los cuartos traseros corresponden a la parte inferior del pollo y están formados por los muslos y los contramuslos. Los muslos o jamoncitos son una parte muy apreciada por los consumidores por su gran sabor y, una manera sencilla de cocinarlos es bien salpimentados al horno durante un tiempo y grados medios y servidos con verduras. El contramuslo, por su parte, es una pieza bastante versátil y se puede disfrutar en diferentes preparaciones como frito, en salsa, horneado, salteado o deshuesado a modo de filete.

[Pollo en salsa de manzana facilísimo con solo dos ingredientes]

Una receta con pollo de la nutricionista campeona MasterChef 6

Marta Verona, la chef y nutricionista ganadora de la sexta edición de MasterChef,  y AVIANZA, la Asociación Interprofesional Española de Carne Avícola, se han unido para fomentar el aprovechamiento alimentario y la alimentación saludable con la carne de ave como protagonista. Fruto de esa unión han salido una serie de recetas como la de estos tacos vegetales de pollo al vino tinto.

Ingredientes

  • Pechuga de pollo, 1 ud
  • Zanahorias baby, 40 g
  • Puerro, 1 ud
  • Champiñones, 200 g
  • Ajo, 1 diente
  • Laurel, 2 hojas
  • Vino tinto, 600 ml
  • Cebollino
  • Lechuga, 8 hojas

Paso 1

En una olla ancha, doramos las pechugas de pollo y las reservamos.

Paso 2

En el mismo aceite, doramos el puerro, el diente de ajo, las zanahorias y los champiñones laminados.

Paso 3

Incorporamos de nuevo las pechugas de pollo, el laurel y cubrimos con el vino tinto.

Paso 4

Incorporamos de nuevo las pechugas de pollo, el laurel y cubrimos con el vino tinto.

Paso 5

Para montar nuestros tacos vegetales, sobre las hojas de lechuga disponemos el pollo al vino tinto y el cebollino picado.