Aunque quizá menos conocida que la de cordero, la de cabrito es también una carne muy popular en estas fechas navideñas y para que quede tierno y sabroso no hay que complicarse la vida en absoluto.

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El secreto para que conserve todo su sabor es aplicar la regla de que menos es más, pues aunque el cabrito podría guisarse con vino, coñac o especias, es mejor no pasarse de aderezos para que no se pierda el sabor de la carne.

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El cabrito, ingrediente principal de esta receta que proponemos hoy, es una carne sabrosa, saludable y sostenible cuyos productores atesoran más de 3.000 años de tradición. El pastoreo en España ha demostrado a lo largo de muchos siglos que el consumo de carne de lechal, cordero y cabrito es sostenible y ayuda a preservar el medioambiente. Gracias a su forma de producción natural, hoy en día estas carnes son una opción perfecta para aquellos que buscan un producto saludable y con gran sabor.

El cabrito nutricionalmente hablando

Según la Fundación Española de la Nutrición, «el componente mayoritario de la carne de cabrito es el agua, cuya proporción disminuye ligeramente a medida que aumenta la edad del animal. Al igual que el resto de las carnes, contiene una proteína de alto valor biológico, ya que tiene en su composición alrededor de un 40 % de aminoácidos esenciales».

«Se trata de una carne magra con menos de 5 g de grasa por cada 100 g de alimento destacando los ácidos grasos monoinsaturados. En concreto, la carne de cabrito contiene un 30 % de grasa saturada. El aporte de ácidos grasos omega-3 no se puede considerar cuantitativamente de importancia».

«El aporte calórico por 100 g de porción comestible es comparable al de la carne de cerdo y vacuno magro. El cabrito es fuente de minerales y vitaminas. Destacan el fósforo y el potasio y, entre las vitaminas, la tiamina y la niacina».

Paso 1

Ponemos a calentar el aceite en un cazuela grande.

Paso 2

Salpimentamos el cabrito y lo freímos en la cazuela dándole vueltas para que se dore por todas partes. 

Paso 3

Mientras se fríe el cabrito, pelamos los dientes de ajo y los cortamos en láminas, pelamos y cortamos también las zanahorias y el puerro.

Paso 4

Cuando esté listo el cordero, lo retiramos a una fuente y lo reservamos. Echamos las verduras en la cazuela y las rehogamos en ese mismo aceite durante 8-10 minutos.

Paso 5

Devolvemos el cabrito a la cazuela, echamos el laurel, cubrimos con el caldo de verduras, lo justo para mojar el cabrito, tapamos la cazuela y guisamos a fuego medio-bajo durante 25-30 minutos.

Paso 6

Sacamos los trozos de carne, trituramos la salsa con una batidora y volvemos a echar la carne. Añadimos también los guisantes, tapamos y cocinamos todo junto a fuego lento durante unos 15 minutos.

Paso 7

Repartimos el cabrito en los platos y lo servimos. Podemos acompañarlo con unas patatas fritas en dados o con unas verduras a la plancha.