Si en los últimos tiempos ha habido un electrodoméstico que nos ha enamorado en Cocinillas es, sin lugar a dudas, la Crock-Pot. A estas alturas pocos son nuestros allegados que aún no se han sumado a las ventajas de la olla de cocción lenta, pero si ha habido una pregunta que se repetía una y otra vez antes de que se decidiesen a hacerse con la suya esa era la de: ¿pero eso no tira mucho de corriente? ¿eso no gasta mucha luz?

Y como estos últimos días, el tema del precio de la luz ha estado calentito y estamos seguros de que esas mismas preguntas os están rondando por la cabeza, hoy os vamos a contar por qué no solo no consume mucho, sino que además se puede ahorrar en la factura de la luz con la Crock-Pot.

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Cómo es posible ahorrar en la factura de la luz con la Crock-Pot

Lo primero que tendremos que saber es cuánto consume una Crock-Pot, para ello, no nos hemos conformado con creernos los datos del fabricante que asegura que la potencia en baja temperatura es de 160 W y en alta llega a los 210 W y los hemos medido utilizando la olla de 4,7 litros que veis en la imagen superior conectada a un enchufe inteligente que mide la potencia consumida durante todo el tiempo que está conectada la olla y envía los datos a nuestro smartphone.

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El resultado, es el que podéis ver en la gráfica superior y, como se puede comprobar, los datos medidos se aproximan bastante a los que da el fabricante, de hecho en baja temperatura la media es de 160 W y en alta se mantiene -en el caso de nuestra olla, por debajo de los 200 W y, en este modelo concreto que posee además una función para mantener caliente, la potencia consumida en esta opción resulta ser de 58.15 W.

Pero como para la mayoría eso de la potencia en watios no aclara gran cosa, vamos a ver cómo traducir eso a euros para que nos entendamos mejor.

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El consumo de luz, que solo representa un 35% de la factura -el resto es lo que nos cobran por la potencia contratada y el peaje de acceso a la energía-, nos lo cobran por kWh consumidos, y el precio del kWh va variando a lo largo del día en función de la demanda energética. Estos precios por hora pueden consultarse, por ejemplo, en la página de la Red Eléctrica Española.

Como es obvio, durante la noche disminuye la demanda y baja el precio, por lo que si dejas tu Crock-Pot cocinando mientras duermes podrás ahorrar aún más, pero eso no es lo que más nos interesa ahora.

Ahora lo que vamos a ver es cuánto nos cuesta usar la Crock-Pot por término medio y para eso, viendo los precios de la imagen superior que corresponden al día de hoy, vamos a redondear el coste medio para dejarlo en los 0,15€/kWh y calcular cuánto nos cuesta tener encendida la olla de cocción lenta durante una hora.

  Potencia (W) Consumo (1 hora) Coste (€)
Temperatura baja 160 0,16 kWh 0,024
Temperatura alta 190 0,19 hWh 0,0285
Mantener caliente 58,15 0,058 kWh 0,0087

Esto quiere decir que la Crock-Pot en una hora a temperatura baja gasta 2,4 céntimos de euro y en alta, redondeando, 2,9 céntimos de euro.

¿Por qué decimos que se puede ahorrar en la factura de la luz con la Crock-Pot?

Pues es fácil, solo tenemos que comparar lo que nos costaría cocinar algunos platos en la Crock-Pot y cocinarlos a fuego lento en una vitrocerámica normal o de inducción, pues la potencia mínima de ambas suele estar en torno a los 1200 W (equivalente a un gasto de 0,18 € por hora). Ni siquiera vamos a comparar con el horno, porque la potencia de estos suele estar por los 2000 W y solo en el precalentamiento que puede durar unos 15 minutos, el consumo se dispararía hasta los 0,5 kWh que equivaldrían a un coste de 7,5 céntimos antes de empezar a cocinar.

Por ejemplo, si queremos hacer una fabada en la vitrocerámica o un asado de carne que, cocinando a fuego lento -para que los resultados sean los más parecidos a los que se obtienen en la Crock-Pot- tendremos que tenerlos al fuego durante unas 3 horas, nos supondría un gasto de luz de 54 céntimos de euro. Esa misma fabada cocinada durante 8 horas en la Crock-Pot a temperatura baja supondría un gasto de 19,2 céntimos -menos de la mitad- y cocinada durante 4 horas en temperatura alta, el gasto descendería hasta los 11,4 céntimos -menos de la quinta parte que en vitrocerámica-.

En resumen, cocinar en la Crock-Pot te sale más barato que cocinar en una olla convencional sobre la vitrocerámica y, apurando gastas menos haciendo un asado en la Crock-Pot de lo que gastas recalentando una pizza en el horno.

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