- Total: 25 min
- Comensales: 1 - 2
Os traigo hoy una receta que, si bien su origen puede no ser italiano, cuando la probé por primera vez estaba en Florencia y por lo visto es un aperitivo o entrante muy común allí. La ensalada de trigo italiana se parece a una ensalada de arroz, pero tiene el toque diferente del cereal, que le da un sabor “como a pan” delicioso, además de ser rico en fibra y vitaminas.
Ingredientes para 3 personas
- 180g de trigo en crudo (o lo que es lo mismo, 60g por persona)
- 40g de queso de cabra o mozzarella fresca
- 15 tomates cherry (al gusto de cada uno)
- Un puñado de canónigos
- 100g de trucha ahumada o salmón ahumado (os enseñamos a hacerlo en casa aquí)
- Crema de vinagre balsámico (o vinagre de Módena)
- Aceite
- Sal
Podéis tomarla tanto fría como templada y hacer las variaciones que más os gusten, pues admite de todo. La original es más sencilla de la que yo os quiero enseñar, pero he querido añadirle mi toque personal que creo que le va muy bien al conjunto. La ensalada de trigo es perfecta para el verano, incluso si comemos fuera de casa, pues para llevara en el tupper es ideal y muy completa. Os advierto que llena bastante por su contenido en fibra, por lo que una ración de ensalada casi es plato único.
Preparación de la ensalada de trigo italiana
Lo primero que debemos hacer es poner a cocer el trigo. En mi caso, utilicé un recipiente apto para microondas, el Rice & Grain Cooker de Lekuè (en la galería os dejo una imagen), aprovechando que me lo acababan de regalar. Por si no lo conocéis, se trata de un recipiente bastante simple de plástico con tapa de silicona que nos permite cocer cereales de todo tipo en el microondas, manchando muy poco y tardando mucho menos que si lo hiciéramos de forma tradicional. Si bien con el arroz el ahorro de tiempo no es especialmente notable, con el trigo es un ahorro brutal. De forma tradicional, y siguiendo las instrucciones del fabricante, tardé en cocer el trigo 40 minutos, mientras que con el Rice & Grain Cooker he tardado unos 16 minutos + 3 minutos de reposo. Si sois arroceros, os lo recomiendo.
Sea como fuere, debemos cocer el trigo hasta que esté tierno pero que no se quede pastoso. El trigo siempre suele tener el centro con una textura más entera que la parte exterior, por lo que cuando notéis que a pesar de tener una textura consistente el grano no ofrece resistencia al masticarlo, lo tendréis listo. Poco a poco le pillaréis el punto, a vuestro gusto.
Mientras se cuece el trigo, vamos troceando el resto de ingredientes. Partimos los tomatitos por la mitad y le quitamos los tallos a los canónigos. Troceamos el queso en taquitos pequeños y cortamos la trucha en cuadraditos similares, para que se mezclen bien al final con todos los ingredientes. Una vez tengamos todos los ingredientes preparados, los reservamos.
Cuando acabe la cocción, echamos el trigo bien escurrido en una ensaladera y con ayuda de una espátula lo vamos removiendo para que se enfríe un poco antes de mezclarlo con el resto de ingredientes. Lo bueno que tiene esta receta es que podéis dejar cocido el trigo de un día para otro en la nevera, pues aguanta perfectamente y, de hecho, fría está incluso más buena. Cuando se haya atemperado, añadimos los tomatitos, los canónigos, el queso y la trucha, añadimos aceite y sal y removemos bien. Finalmente, decoramos la superficie de la ensalada con un chorro de crema de vinagre balsámico y servimos. ¡A comer!.
Resultado
Es fresca y completa, y tiene una combinación de sabores deliciosa. Si no tenéis canónigos, podéis sustituirlos por brotes de espinacas o rúcula, pero en cualquier caso queda mejor con lechugas de hoja pequeña. También podéis cambiar la trucha o el salmón por anchoas o incluso por gulas. Como ya hemos comentado, es perfecta para llevarla en el tupper al trabajo o de picnic, aguanta bien de un día para otro (por supuesto, sin aliñar) y aporta nutrientes esenciales para una dieta completa. ¿Y vosotros, vais a probar la ensalada de trigo italiana?