Cómo hacer una ensalada de brócoli muy fácil para chuparte los dedos

Cuando pensamos en comida americana, esa que gira alrededor de las hamburguesas y las costillas, y nos preguntan por un acompañamiento clásico la respuesta siempre es rápida: la ensalada de col. La mítica coleslaw ha sabido hacerse un hueco en los paladares de muchos y son legión los que la adoran con no poca razón porque es fresca, fácil de hacer y sus sabores son absolutamente deliciosos. De hecho, es una de las formas de comer col o repollo más fáciles y casi sin darse cuenta porque, al ir en crudo, no hay que sufrir ese tufo invade toda la casa cuando se cocina.

La clásica suele ir con mayonesa, algo de mostaza y más condimentos, pero también se puede optar por la ensalada de col asiática que se condimenta sin mayonesa y con el agregado del sésamo, del cacahuete y del jengibre fresco entre otros. Por supuesto, se podría cambiar el repollo o la col por la lombarda, una col más colorida que en ensaladas como la ensalada de lombarda, ciruelas y requesón queda de maravilla.

Es curioso, pero el brócoli es una de las verduras más queridas por los niños pequeños. Cocinar brócoli para que le guste a todo el mundo es muy sencillo y lo más importante es nunca pasarse de tiempo de cocción, momento en el que se pierden muchas de las vitaminas de esta verdura tan buena para nuestra salud y que empieza a coger un sabor rancio poco agradable. Le pasa un poco como a la coliflor pero sin ser tan dramático.

El cuscús de brócoli se puede comer tanto crudo como después salteado a fuego fuerte y condimentado, nos recordará un poco a la textura del arroz y disimulará lo que se está comiendo. Se le pueden agregar gambas, taquitos de jamón, un huevo frito por encima o incluso una lata de atún. En crudo, como la receta de hoy, queda de maravilla mezclado con los noodles, la zanahoria y el toque de los frutos secos.

Si lo que apetece es integrarlo en platos, la opción imprescindible es la de la pasta salteada con brócoli y langostinos, que también se hace en pocos minutos y triunfa siempre y, para un picoteo, siempre es genial hacer un paté de brócoli con macadamias y queso azul e ir mojando en él crudités o untar unas tostas de pan. Para los más reticentes, lo ideal sería comenzar con unas empanadillas de brócoli y chorizo en las que la verdura apenas se notará y disfrutarán a dos carrillos.

Ensalada de brócoli

Paso 1

Eliminar todas las cortezas del tallo y trocearlo. Trocear también todas las flores del brócoli para que tengan un tamaño adecuado para ser trituradas bien por la máquina.

Paso 2

Introducir el brócoli en el robot de cocina o en un vaso triturador y triturar a velocidad rápida en intervalos cortos de tiempo; lo suficiente para que se quede en grano pero que no se haga una pasta en ningún caso. Si no tenemos máquina, se puede ir rallando.

Paso 3

Hervir los noodles en abundante agua con sal durante un par de minutos. Colar y refrescar con agua fría para cortar la cocción. Picar el perejil y cortar la zanahoria en bastones finos.

Paso 4

Preparar el aliño mezclando en un bol la mahonesa con el vinagre de arroz, la miel, el aceite de sésamo, la sal, la pimienta negra, el aceite de oliva y los frutos secos. Añadir los noodles y trocear con la ayuda de unas tijeras, para hacerlos muy pequeñitos.

Paso 5

Incorporar la zanahoria en bastones, el perejil y también el brócoli y mezclar bien. Poner a punto de sal y dejar macerando durante unos 30 minutos antes de servir.