Siempre es mejor, si nunca se ha hecho pan en casa, empezar con masas fáciles que suelen salir bien y de las que no esperas grandes migas alveoladas. Una vez que el primer paso ya se ha dado, la evolución por necesidad vendrá sola. Entre esos panes fáciles están los 'airbags' o panes crujientes, los panecillos tipo Kayser, los crumpets ingleses, el pan naan, el pan roti, el pan de pita o o el pan plano de yogur hecho en sartén.

Si quisiéramos avanzar hacia fórmulas un poco más complicadas, pero generalmente muy satisfactorias, se podría probar con el 'pull apart bread', el pan de queso y mostaza, y los panecillos de hamburguesa

Luego, ya se empieza con todo el mundo de las hogazas y de la masa madre, ese ser vivo que hay que alimentar a diario y nos permitirá prescindir de la levadura comercial otorgando a nuestros panes un fondo, una miga y unas características muy especiales. Pero todavía no hemos llegado a ese nivel.

Recomendaciones sobre materiales

Para hacer hogazas de miga alveolada la recomendación siempre será utilizar harinas de fuerza y de gran calidad, mejor de molinos que trabajen trigos 100 % naturales y sin refinar, y también contar con un banetón o un cuenco para fermentar que de forma a nuestro pan y consiga mantenerlo de la forma en la que lo dejamos antes de la última fermentación.

Este pan de chocolate es una buena transición a las hogazas porque nos da una corteza suave, no dura, y la cantidad de hidratación está controlada para que sea manejable pero que permita una expansión de la miga curiosa quedando ésta muy jugosa.

Es un pan que se puede hacer sin amasar mucho, sólo con un poco de tiempo y dando los plegados necesarios dentro del bol, para que vaya cogiendo fuerza la masa. Una vez horneado, se puede consumir tal cual como postre, desayuno o merienda o bañar con un buen chorretón de aceite de oliva virgen extra añadiendo unas escamas de sal para convertirlo en ese postre tan catalán.

Cómo hacer pan de chocolate

Ingredientes

  • Harina de fuerza, 425 g
  • Harina de espelta, 150 g
  • Agua, 390 ml
  • Levadura seca de panadería, 3 g
  • Pepitas de chocolate, 150 g
  • Cacao, 25 g
  • Sal, 10 g
  • Azúcar, 50 g

Paso 1

Mezclar todos los ingredientes del pan y agregar el cacao diluido

Paso 2

Fermentar

Paso 3

Formar y volver a fermentar

Paso 4

Hornear

Paso 1

Mezclar todos los ingredientes del pan menos el cacao y el azúcar en un bol. Sólo mezclar, no amasar, lo justo para que nada de harina quede sin hidratar. Dejar reposar durante 15 minutos. 

Paso 2

En un bol por otro lado, mezclar el cacao con el azúcar y dos cucharadas de agua hasta formar una pasta. Añadir esta mezcla a la anterior del pan y volver a unir todo. Lo ideal es utilizar una espátula de panadero o algún utensilio parecido.

Paso 3

Agregar también las chispas de chocolate y volver a mezclar todo muy bien. Siempre desde fuera hacia dentro, rascando las paredes del bol e intentando estirar un poco la masa desde abajo hacia arriba.

Paso 4

Tapar la masa con film y dejar en un lugar fresco fuera de corrientes de aire. Cada 30 minutos dar unos pliegues cogiendo masa de fuera y abajo hacia el interior, como estirándola para que coja fuerza. Lo tenemos que hacer de forma suave para no machacar el aire de la masa, es un movimiento sutil. Hacerlo así durante cuatro veces y luego dejar fermentar hasta que doble el volumen.

Paso 5

Volcar la masa sobre una superficie enharinada y dividir en dos. Dar forma para que coja fuerza, metiendo de fuera hacia dentro la masa haciendo una bola. Disponer en un bol con un paño de cocina sin olores bien enharinado o en un banetón. Siempre con el cierre hacia arriba y la parte lisa hacia abajo. Tapar con papel film y dejar fermentar de nuevo, aproximadamente una hora.

Paso 6

Precalentar el horno a 250 ºC y, cuando esté listo, volcar la masa del bol o del banetón con cuidado a una bandeja, hacer una greña o raja en la superficie con decisión y hornear unos 20 minutos con cuidado de que el chocolate no se queme. Dejar enfriando sobre una rejilla antes de rebanar.