Al probar esta receta me dieron ganas de empezar el ciclo, “Italia, qué buena estás tú también!!” pero me parecía ya un exceso de monográficos. De hecho ni siquiera tengo muy claro el que esta receta sea italiana; porque sí, es de pasta, pero que yo sepa no tiene nombre ni origen italiano (y mira que lo he buscado! de hecho, si alguien sabe algo sobre el asunto, que hable ahora y nos saque a todos de esta ignorancia gastronómica en la que nos encontramos)
Ingredientes
- 180 ó 200 gr. de pasta (en este caso utilicé mafaldine)
- 6 ó 7 pimientos del piquillo + su caldo (el contenido entero de una lata o un bote pequeño)
- 1 brick de nata para cocinar
- 1 cebolla
- 1 latita de champiñones en conserva
- Aceite
- 200 gr. de carne picada (en mi caso era de pollo)
- Sal
- Orégano
- Perejil picado
A lo mejor es una receta ancestral de vete tú a saber qué zona de la Toscana (por decir algo), pero a mi me llegó como me llegan muchas cosas: con el cotilleo. De esto que estás marujeando con tu tía y en una de esas dice “pues sabes lo que está muy bueno con la pasta? una salsita de piquillos trituraos con nata”.
Y aquí podría ya despedirme porque prácticamente ya os he contado la receta. No hay más misterio. Sencillísimo sí, pero qué buena está!
(para 2 personas)
Preparación
La salsa no tiene ningún misterio, como os he dicho, simplemente trituramos los pimientos del piquillo, incluyendo el aceite con el que vienen junto con un brick de nata para cocinar. Introducimos todos los ingredientes en el vaso de la batidora o nuestro robot de cocina y le damos rock’n’roll. Reservamos hasta el momento de usarlo.
Seguidamente preparamos el aderezo de la pasta. En este caso yo hice un sofrito de cebolla y carne picada, pero ni la pasta ni esta salsa saben rechazar a ningún ingrediente. Si te apetece bacon, puedes, si te apetece hacerla marinera con mejillones por ejemplo, también puedes. Échale lo que quieras o lo que tengas.
En este caso, como digo, puse a calentar aceite en una sartén, puse a pochar cebolla que previamente había picado y cuando estaba pochadita, añadí los champis de bote y la carne picada y rehogué hasta que la carne se hizo. Finalmente añadí el orégano y reservé.
Lo que sí es importante, y cualquier italiano te lo dirá, es que la pasta nunca espera. Son el aderezo y la salsa los que deben esperar a que la pasta esté lista, si quieres comerla al dente. Por eso, aunque nos coordinemos para hacer varias cosas a la vez, hay que calcular que la pasta deber ser lo último que termine de hacerse. Con esta salsa que puede esperar perfectamente su turno, no tendrás ningún problema en cumplir esta norma.
Una vez hemos cocido la pasta según las instrucciones del paquete, la escurrimos y mezclamos nuestro aderezo y la salsa, removemos bien y dejamos que esta última reduzca un poco.
Servimos decorando con un poco de perejil picado y listo para devorar!
Resultado
Mira que me gusta la pasta!! pero lo que más lo que más me gusta es que no siempre hay que comerla con tomate. Viva la variedad!
Tiempo: 20 minutos
Dificultad: 1/5
Digestión: 3/5
Precio: 3€