0 votos

Los Vinos Monastrell con Denominación de Origen son adecuados para complementar un buen número de recetas. Los tintos son muy expresivos en la nariz, en ellos destacan sus aromas afrutados con presencia de frutos rojos y negros, matices florales y recuerdos a bosque mediterráneo. En boca son equilibrados, tienen estructura y fuerza, con taninos maduros y sabrosos, de gran persistencia y acidez media.

Todas estas características hacen que resulten idóneos para servirlos acompañando a platos elaborados con distintas piezas de carnes rojas, ya sean cocinadas a la plancha o estofadas según sea lo más adecuado para el corte elegido.

Las carnes de cordero, cabrito, conejo y las especies de caza menor también se verán realzadas en compañía de uno de estos vinos. También serán pareja perfecta de platos de casquería, especialmente de aquellos que lleven piezas muy ricas en colágeno, esas de textura gelatinosa que nos proporcionan guisos y salsas densas y bien ligadas como pueden ser, por ejemplo, unas carrilleras de cerdo ibérico o unas manitas de cordero.

Unas gachas, unos gazpachos manchegos o incluso un cocido madrileño tradicional serán otros buenos compañeros de mesa para una botella de vino Monastrell con denominación de origen.

Con todo lo expuesto, podría parecer que estos tintos son para recetas de platos muy contundentes, pero lo cierto es que también maridan muy bien con platos más sencillos: tablas de todo tipo de quesos y, especialmente, con aquellos elaborados con leche de oveja. Por esta razón, son vinos que también funcionan muy bien junto a platos de pasta que lleven salsas en las que el queso es ingrediente clave a la hora de dar sabor o que incorporen ingredientes ricos en grasa como salchichas, jamón ibérico, panceta fresca, beicon o guanciale. Platos como unos espaguetis a la carbonara, unos macarrones a la grigia o esta receta de pasta con setas y beicon al vino tinto que os traemos hoy.

El secreto de un buen plato de pasta

Para hacer un buen plato de pasta sólo es necesario contar con una pasta de calidad, ingredientes de temporada y la delicadeza de saberlos combinar bien. En esta ocasión, los elegidos han sido unos espaguetis de trigo duro al huevo que se mezclan, como manda la tradición, en la propia cazuela en la que se elabora la salsa. La famosa mantecatura que, según dicen los más entendidos, es el secreto de la pasta italiana.

En la que os proponemos hoy, la salsa se hace a partir de un puerro pochado, beicon finamente troceado y setas que podrían unas que estén en temporada o alguna seta en conserva. Se agrega ahí un chorrito de vino tinto Monastrell para que su perfil de sabor ya aparezca en el plato y, de esa manera, haga que el maridaje después sea absolutamente perfecto. Se termina con un poco de nata, una buena cantidad de queso parmesano y perejil picado.

Las variantes podrían ser muchas, desde retirar la nata y añadir un poco de tomate hasta sustituir el beicon por unas salchichas, panceta curada o taquitos de jamón. El parmesano, en caso de no disponer de él, también podría cambiarse por un manchego o, si somos atrevidos, por un queso algo ahumado.

Como mejor está siempre cualquier plato de pasta es elaborado al momento, pero sí que es verdad que se podría dejar hecha la salsa con antelación para luego solamente tener que calentarla y cocer la pasta cuando se quiera disfrutar.

Esta misma base podría utilizarse igual para hacer un risotto o un arroz meloso, sólo habría que agregar el arroz cuando las setas estén ya cocinadas, regar todo con el vino y dejar evaporar y, por último, ir incorporando caldo de pollo o de verdura caliente. Si no se tuviera, se podría hacer con agua, pero perdería sabor el conjunto final. El parmesano y el perejil se agregarían en el último momento para mantecar.

Con el plato ya en la mesa será el momento de servir una copa de vino Monastrell con denominación de origen al lado, debidamente decantado para que el vino se airee y se abra mostrando todos sus aromas. Este vino que hemos elegido ha pasado 14 meses de crianza en barricas nuevas de robles franceses y americanos y está elaborado con una uva que procede de un suelo pedregoso, arenoso y calizo situado a 750 metros de altitud. Un vino elegante, redondo y con estructura que da muchos aromas frutales en la nariz, pero también un largo final en la boca con una acidez media.

Cómo hacer pasta con setas y beicon al vino tinto

Pasta con setas y beicon al vino tinto Cocinillas-EE

Ingredientes

  • Espaguetis al huevo, 320 g
  • Vino tinto Monastrell con denominación de origen, 100 ml
  • Nata para cocinar, 200 ml
  • Bacon ahumado, 150 g
  • Setas variadas (Portobello, shiitake…), 450 g
  • Perejil fresco picado, 4 cucharadas
  • Queso parmesano rallado, 8 cucharadas
  • Puerro, 1 ud
  • Mantequilla, 20 g
  • Sal, c/s
  • Pimienta negra molida, al gusto

Paso 1

Hacer el sofrito

Paso 2

Añadir la nata

Paso 3

Cocer la pasta

Paso 4

Mezclar todo

Paso 1

Picar el puerro finamente y ponerlo a pochar en la sartén o cazuela baja con la mantequilla y un poco de sal a fuego suave. Remover de vez en cuando.

Paso 2

Mientras tanto, trocear el beicon y hacer lo mismo con las setas que deberán estar debidamente limpias previamente.

Paso 3

Añadir al puerro sofrito el beicon y dorarlo bien, removiendo constantemente a fuego medio. Incorporar entonces las setas y rehogar a fuego medio, añadiendo un poco de aceite si hiciera falta, durante 5 minutos.

Paso 4

Cuando las setas ya empiecen a estar tiernas, incorporar el vino, subir el fuego y dejar evaporar casi completamente. Agregar entonces la nata, bajar el fuego al mínimo y sazonar con sal y pimienta negra. Reservar.

Paso 5

Cocer la pasta en abundante agua hirviendo con sal el tiempo que marque el fabricante y, cuando esté lista, sacarla del agua directamente a la cazuela con la salsa y remover bien.

Paso 6

Picar el perejil y añadírselo a la pasta, incorporar también queso parmesano rallado y mezclar muy bien.

Paso 7

Servir la pasta con más perejil y queso por encima y acompañar con una copa de vino Monastrell para disfrutar de un maridaje perfecto.