La pasta rellena es uno de los clásicos de la gastronomía italiana con muchísimas posibilidades. Esta deliciosa creación culinaria combina la suavidad de la pasta con un sabroso y cremoso relleno: estas son las claves que debe tener. Entre las diversas opciones de rellenos, uno que destaca por su sabor y versatilidad es el relleno de calabaza, es uno de los grandes clásicos italianos.

Clave es hacer la masa de pasta, que tiene que ser un poco más gruesa que la de la pasta, de forma casera para que quede tiernísima. El relleno tiene que ser también suave y jugoso, casi para que a los raviolis no les haga falta ningún tipo de salsa. ¡El protagonista debe ser el relleno!

Lo mejor es asar la calabaza, aunque también se podría cocinar en la freidora de aire. Cocida queda con demasiada agua que podría estropear el relleno. Se mezcla únicamente con parmesano, sal y pimienta negra aunque podría añadirse también un poco de queso ricotta o requesón. Si no te gusta el queso ricotta, se puede usar queso crema o queso de cabra suave como sustitutos. Por supuesto, siempre se aconseja agregar las propias especias y condimentos al relleno para personalizar el sabor. También queda muy parecido si se hace con boniato o con zanahoria. Eso sí, la calabaza es una excelente fuente de vitamina A, vitamina C, fibra y antioxidantes.

A lo largo de la historia, esta deliciosa preparación ha evolucionado y se ha adaptado a diferentes culturas, cada una dejando su huella única en la tradición culinaria. Los orígenes de la pasta rellena se remontan a tiempos ancestrales. Se cree que los etruscos, un antiguo pueblo italiano, fueron los primeros en experimentar con el relleno de pasta. Utilizando trigo duro como base para la masa, crearon una delicada envoltura que rellenaron con una mezcla de queso, hierbas y carne.

Durante la Edad Media, la pasta rellena se convirtió en una manifestación de la diversidad y las influencias culturales. En Italia, surgieron diferentes variantes regionales con rellenos que reflejaban los ingredientes disponibles localmente. En el norte de Italia, los tortellini adquirieron fama, con su forma característica que evoca la imagen de un ombligo doblado. Por otro lado, en el sur de Italia, los raviolis se volvieron populares, rellenos de sabores mediterráneos como ricotta, espinacas y tomates. Rellenos innovadores como calabaza asada con queso de cabra, o peras caramelizadas con gorgonzola (la combinación de la pera y el gorgonzola funciona de maravilla), han llevado esta preparación clásica a nuevas alturas gastronómicas.

Cómo hacer pasta rellena de calabaza

Paso 1

Lo primero será pelar la calabaza, quitar las semillas de dentro y trocearla en cuadraditos. Regar con aceite de oliva, sal y pimienta negra y hornear durante 35 minutos a 180 ºC o hasta que quede bien tierna. También se puede hacer en la freidora de aire de la misma manera. 

Paso 2

Mientras tanto, hacer la masa de la pasta. Poner un volcán de harina en el bol, hacer un hueco en el centro y poner los huevos, el aceite y la sal. Ir mezclando poco a poco hasta conseguir una masa densa, que no se pegue en las manos pero que sea elástica. Reposar.

Paso 3

Cuando la calabaza esté asada, machacarla muy bien y mezclarla con el queso, la sal y la pimienta negra. Dejar enfriar completamente antes de rellenar la pasta.

Paso 4

Dividir la masa de pasta en dos y hacerla fina por tandas. Pasar primero la masa lo más gruesa posible, doblar un par de veces en sí misma y repetirlo por ese grosor dos veces más. Luego, ir reduciendo el grosor hasta llegar al nivel 3 o 4. Si se ve que la pasta se pega, se podría añadir un poquito de harina por fuera.

Paso 5

Poner una lámina de pasta y prociones de relleno encima. Cubrir con otra lámina y apretar el relleno para que no quede nada de aire. Recortar el ravioli. Y repetir con todo el relleno. Los sobrantes de la masa se pueden volver a hacer una bola y repetir el proceso.

Paso 6

Poner en un cazo abundante agua con sal y llevar a hervir. Cuando hierva, añadir la pasta rellena y dejar cocer hasta que empiecen a flotar.

Paso 7

En una sartén, derretir la mantequilla y añadir el orégano. Poner los ravioli y regar con la mantequilla. Añadir un poco del caldo de cocción y dar un meneo. Terminar con pimienta negra y parmesano rallado.