Mejillones en salsa picante y patatas paja, de tapas y sin salir de casa
Estos mejillones en salsa picante son un clásico del tapeo en los bares y del picoteo casero. Y con las patatas fritas son un must de tu recetario.
26 febrero, 2019 20:59- Total: 45 min
- Comensales: 4
Vamos a preparar un clásico de clásicos que todo bar o local digno de ser referente del tapeo: los mejillones en salsa picante.
Ingredientes
- Mejillones frescos, 1 kg
- Cebollas, 2
- Dientes de ajo, 4
- Harina, 2 cda. sop.
- Guindilla cayena seca, 2-3*
- Tomate frito, 60 g
- Kétchup, 25 g
- Comino en grano, 2 cda. sop.
- Vino blanco, 80 ml
- Perejil picado
- Laurel, 1 hoja
- Patata agria mediana, 2
- Sal
- Pimienta negra
- Aceite de oliva virgen extra
*Adaptar al gusto de picante de cada uno.
Receta de mejillones en salsa picante con un toque diferente
01: Cortamos y remojamos las patatas paja
Colocamos en la mandolina la cuchilla lisa cortapatatas que realiza cortes en juliana.
Pelamos y lavamos bien las patatas en agua fría. Cortamos las patatas paja con la ayuda de la mandolina, ayudándonos del protector para evitar accidentes, sobre todo una vez llegamos al final de la patata.
Una vez cortadas todas las patatas paja las separamos con los dedos y las cubrimos de agua muy fría.
Remojamos las patatas paja al menos media hora, cambiando el agua un par de veces para que la patata al lavarse pierda la mayor parte de su almidón, lo que facilitará que nuestras patatas paja queden mucho más crujientes una vez fritas.
02: Pochamos la cebolla con los ajos y las cayenas
En una cazuela añadimos una cantidad generosa de aceite de oliva virgen extra (unas 5 cda. sop. aproximadamente).
Retiramos el germen de los ajos y los laminamos. Añadimos los ajos laminados al aceite junto con las cayenas desmenuzadas con los dedos. Rehogamos los ajos hasta que esté cocinado pero aún no haya comenzado a coger coloración.
Cortamos las cebollas en juliana muy fina y las añadimos a la cazuela donde estamos rehogando el ajo. Pochamos a fuego lento para que la cebolla se ablande y caramelice poco a poco y suelte todos sus azúcares. Salamos ligeramente.
03: Abrimos los mejillones
Limpiamos muy bien los mejillones exteriormente y verificamos que estén muy frescos y que no haya ninguno muerto o en mal estado.
Ponemos una cazuela ancha al fuego con unas gotas de aceite. Cuando la cazuela esté bien caliente y empiece a humear echamos los mejillones de golpe y añadimos un chorro de vino blanco y una hoja de laurel. Cerramos la cazuela rápidamente con la tapa para que se cree vapor inmediatamente.
En 2-3 minutos los mejillones se habrán abierto gracias al vapor. Una vez abiertos los retiramos uno a uno a un cuenco, desechando los que no se hayan abierto. Colamos y reservamos el líquido resultante.
04: Terminamos de preparar la salsa picante
Tostamos ligeramente el comino en grano introduciéndolo en el microondas durante 45 segundos a máxima potencia. A continuación introducimos el comino en grano en un mortero y majamos los granos de comino con paciencia y persistencia. Moler así el comino es un poco costoso, pero el pequeño esfuerzo vale la pena cuando se descubre el aroma y el sabor que gana la especia al ser tratada de este modo.
Cuando la cebolla y el ajo estén cocinados, lo primero que debemos hacer es retirar el exceso de grasa para que esta no vaya a parar a nuestra salsa. Una vez retirada parte de la grasa, añadimos a la cazuela la harina y el comino molido. Cocinamos brevemente y añadimos el tomate frito y el ketchup. Mezclamos y añadimos el jugo que han soltado los mejillones al abrirlos con el vino blanco.
Cocinamos la salsa picante durante 10 minutos a fuego suave. A continuación trituramos la salsa y la colamos por un chino o un colador fino, para retirar los restos del comino en grano y de las cayenas y que así la salsa picante quede bien fina.
Retiramos la concha de los mejillones para dejarlos en la 1/2 concha en la que el mejillón está sujeto. Introducimos los mejillones en la salsa picante cuando esta esté en el punto de sabor y espesor deseado. Añadimos un poco de perejil fresco picado y calentamos los mejillones en el interior de la salsa unos instantes, evitando su sobrecocción.
05: Freímos las patatas paja
Una vez lavadas las patatas paja procedemos a escurrirlas y a secarlas muy bien con un paño seco y limpio. Freímos las patatas pajas en abundante aceite de oliva virgen extra a fuego medio-alto. Al ser tan finas este tipo de patatas un fuego demasiado alto las churruscaría enseguida, mientras que un fuego demasiado suave no permitiría freír bien las patatas.
Una vez fritas las patatas paja, retiramos a un papel absorbente y salpimentamos.
06: Servimos los mejillones en salsa picante con un toque diferente junto con las patatas paja a modo de guarnición
Servimos los mejillones con su salsa picante y junto con las patatas paja de guarnición.
Resultado final
Estos mejillones en salsa picante con un toque diferente son muy fáciles de preparar y tiene un toque muy peculiar, con un sabor muy distinto al habitual. Sin embargo, pese a no estar acostumbrados a esa asociación de sabores solo bastará probarlos para darse cuenta de lo bien que funciona y lo ricos que están.
Como siempre que preparamos mejillones o cualquier tipo de marisco es fundamental no cocinar estos productos más de lo necesario, solo lo justo para que estén hecho. Si los mejillones se cuecen en exceso se encogerán y adquirirán una textura gomosa y desagradable.
Si podéis encontrar comino en grano os invito a probar a tostar y moler vosotros mismos la especia como queda descrito en el paso a paso de la receta, veréis qué diferencia y cómo se potencia el sabor y el aroma del comino siguiendo esos sencillos pasos. Si no lo encontráis no pasa nada, poséis sustituirlo perfectamente por comino en polvo. De todas maneras es importante que en nuestra salsa picante el comino esté muy presente, por lo que quizás debáis añadir un poco más de cantidad para que sepa lo suficiente.
Para preparar las patatas paja es prácticamente indispensable disponer de una mandolina con una cuchilla apropiada. Si no contáis con una y queréis que el resultado final sean unas patatas paja como mandan los cánones os aconsejaría o bien que os compraseis una (son baratas y terminan resultando bastante útiles para un sinfín de preparaciones), o bien cocinar las patatas fritas de otro modo y/o con un corte distinto.