Los bocaditos de pescado rebozado siempre me han parecido adictivos. Me da igual el pescado que sea y la receta con la que se prepare, soldaditos de Pavía, cazón en adobo... siempre y cuando el pescado esté jugoso, pero al morder resulte bien crujiente y nada aceitoso. Con esta receta de hoy, vais a poder olvidar el pescado rebozado congelado para siempre, pues queda de lujo incluso con pescados económicos como el fogonero noruego de esta ocasión.

Ingredientes

  • Fogonero noruego sin piel ni espinas, 400 g
  • Yemas de huevo, 2
  • Harina de trigo, 200 g + cantidad necesaria para enharinar
  • Agua con gas, 200 ml
  • Sal, al gusto
  • Pimienta molida, al gusto

Paso 1

Preparar el pescado

Paso 2

Preparar el rebozado

Paso 3

Rebozar el pescado y freír

Paso 4

Servir

Paso 1

Pedimos al pescadero que nos retire la piel y las espinas del fogonero. En casa lo cortamos en trozos de unos dos o tres centímetros -de bocado-. Salpimentamos al gusto y reservamos.

Paso 2

Para preparar el rebozado, en un bol ponemos el agua con gas, y añadimos las yemas de los huevos, añadimos la harina y mezclamos bien con ayuda de unas varillas.

Paso 3

Para rebozar el pescado, primero lo enharinamos. Como tendremos bastantes trocitos y puede ser un poco engorroso pasarlos por harina uno por uno, lo más cómodo es meternos en una bolsa con harina, cerrarla, agitar un poco para que todo el pescado esté en contacto con la harina y, finalmente, retirar la harina pasando el contenido de la bolsa por un tamiz o un colador grande.

Después, pasamos los bocaditos de pescado por la masa de harina y los freímos a fuego fuerte -170-180ºC- hasta que estén dorados. En ese momento los sacamos del aceite con ayuda de una espumadera y los dejamos sobre un colador para que escurran el exceso de aceite. Es importante no freír muchos trozos de una vez para que no baje la temperatura del aceite, pero tranquilos, que se fríen en un momento y en unos diez minutos habéis terminado con todos.

Paso 4

Servimos los bocaditos de pescado rebozado inmediatamente, pues a medida que se enfrían van perdiendo ese punto crujiente tan rico. Los podemos acompañar de una buena ensalada y de una o varias salsas como mayonesa, salsa tártara, alioli, mil islas, salsa agridulce o incluso, si os gustan las emociones fuertes, una salsa de chile dulce.