Más que tacos dorados, podríamos llamarlos tostadas. Aunque bien es cierto que en muchas partes de México los tacos dorados no están enrollados y se presentan así; depende mucho de las zonas. Normalmente, cuando hablamos de tacos dorados pensamos en tortillas de maíz rellenas de pollo deshebrado y fritas, luego cubiertas con algún topping por encima. En esta ocasión, lo primero que haremos será freír las tortillas de maíz para tacos para conseguir que se queden doradas y crujientes y luego, a partir de ellas, formaremos nuestras tostadas. 

Encima pondremos una mezcla de aguacate, tirando a durito para que queden los mordiscos consistentes, con queso crema, lima, sal y pimienta negra y después también la sardina, previamente frita para conseguir un exterior crujiente y un interior jugoso. Os recomiendo siempre que congeléis las sardinas, ya limpias de tripas y cabeza, durante una semana antes de hacer este proceso. Así os aseguraréis de que si freís para dejar jugoso en el centro no hay riesgos con el endemoniado anisakis. 

Luego, para terminar toda la mezcla, utilizo un poco de salsa chipotle. Me gusta la que tiene trozos de tomate, no es una salsa líquida sino una salsa roja mexicana. En muchísimos supermercados las podréis encontrar tanto firmadas como de marca blanca pero cuidado porque hay algunas que pican muchísimo y te enchilarán seguro. Para rematar, como no podría ser de otra manera, unas hojas de cilantro fresco y también el último chorretón de lima por encima, siempre al gusto de cada uno. De hecho, en México tienen la costumbre de poner siempre una lima cerca para que cada cual se lo condimente como desee. 

Los tacos dorados no son tan famosos como los míticos tacos normales como los tacos al pastor pero se comen en muchísimas cantinas y son una verdadera delicia junto con, por ejemplo, los huevos a la mexicana. Esas recetas que no se han hecho tan famosas fuera del país pero que cuando vas allí te enamoras de ellas. Propongo freír las sardinas pero estos tacos quedarán estupendos también si utilizamos sardinas al ajillo, o sardinillas en tomate, o sardinas en escabeche; al gusto de cada uno. 

Cómo hacer tacos dorados de sardina

Ingredientes

  • Tortillas de maíz, 4 ud
  • Aceite de oliva para freír, abundante
  • Sardinas grandes, 4 ud
  • Harina de trigo, 150 g
  • Sal, c/s
  • Queso crema, 3 cucharadas
  • Aguacate, 1/2 ud
  • Zumo de lima o limón, 1 cucharadita
  • Pimienta negra molida, c/s
  • Salsa Chipotle (o alguna salsa de tomate picantona), 4 cucharadas
  • Cilantro fresco, unas hojas
  • Lima, 1 ud

Paso 1

Freír las tortillas hasta que queden crujientes.

Paso 2

Preparar el queso con el aguacate.

Paso 3

Freír las sardinas.

Paso 4

Montar los tacos

Paso 1

Calentar abundante aceite de oliva suave en la sartén y freír, una a una, las tortillas de maíz por los dos lados. Primero por uno y luego por el otro. Escurrir en un plato con papel de cocina para que se elimine el exceso de grasa. 

Paso 2

Cortar el aguacate a la mitad, quitar el pipo y pelar. Con cuidado de no machacarlo mucho si está muy tierno cortarlo en daditos pequeños.

Paso 3

Mezclar el aguacate con el queso crema y también con el zumo de lima, sal y pimienta negra molida. Reservar.

Paso 4

Limpiar muy bien las sardinas, quitándoles la cabeza y también los intestinos. Pasar las sardinas por abundante harina y escurrir bien para que no haya excesos de harina a la hora de freír. 

Paso 5

Freír las sardinas en abundante aceite de oliva bien caliente, que se doren rápido por fuera para que queden jugosas por dentro. Habrá que darles la vuelta cuando se considere necesario. Terminar con un poco de sal por encima cuando las hayamos puesto ya sobre el papel absorbente para que chupe el exceso de grasa. 

Paso 6

Montar los tacos dorados. Encima de la tortilla crujiente poner una capa de queso con aguacate, encima situar la sardina frita y terminar con la salsa de tomate y chipotle, un poco de cilantro fresco y también un chorrito de zumo de lima. Lo aconsejable para comer es que cada uno quite la carne de la sardina, eliminando la espina, y la dejen encima del taco dorado. ¡Y a comer!