Se dice que lo mejor de las almejas a la sartén es su salsa y es totalmente cierto. Así pues, para saborear este plato siempre tendremos que estar preparados e ir acompañados de un buen pan (si es casero, mucho mejor, como siempre).
La salsa clásica de las almejas a la sartén cuenta con muy pocos ingredientes: ajo, guindilla, aceite de oliva, vino y perejil. No suele llevar harinas ni caldos ya que nos iríamos más a una salsa verde si fuéramos por esos derroteros.
Por supuesto, la calidad de las almejas influye en el resultado, pero es importante remarcar que hasta con las más económicas - como es nuestro caso - se consigue un plato delicioso. Almejas frescas y bien limpias y un punto de cocción controlado son lo suficiente. Para esto último, el fuego siempre debe ser alto, para que las almejas se abran rápidamente pero no se cocinen mucho en su interior que es cuando quedarían resecas. Eso sí, un truco importante, cuanto mayor calibre y mejor sea la almeja necesitará un poco más de cocción, las más pequeñitas (como las nuestras) tienen un punto de cocción mucho más corto.
Una opción perfectamente válida si no queremos arriesgarnos de que las almejas se pasen y la salsa no esté lista es cocinar las almejas al vapor e incorporarlas en la salsa ya terminada justo cuando se vayan a disfrutar. Por supuesto, las almejas se deben cocinar justo al momento de ser disfrutadas, pierden muchísimo y se quedan tiesas si se cocinan con antelación.
Si sois amantes de este bivalvo, podréis hacer un monográfico de almejas haciéndolas también en salsa verde, cocinando una sopa típica de Nueva Inglaterra, el clam chowder, haciendo un arroz cremoso con almejas, unas alubias blancas con almejas o un guiso de pollo y almejas.
Esta misma forma de preparar las almejas puede valer para navajas, mejillones o berberechos.
Receta de almejas al ajillo
Paso 1
Poner las almejas a remojo en agua muy fría con sal (hay que probar el agua y que esté igual de salada que el mar) durante 15 minutos para que se depuren bien por si tuvieran algo de arena.
Paso 2
Pelar los dientes de ajo y laminarlos finamente. Lavar el perejil y picarlo muy bien también.
Paso 3
En una sartén grande o cazuela baja y ancha poner aceite de oliva y dorar en él, a fuego medio, el ajo y la guindilla. Cuando esté dorado, añadir las almejas subiendo el fuego al máximo.
Paso 4
Verter entonces el vino (originalmente blanco, pero también puede ser txakoli, generoso o rosado) y dejar que las almejas se abran mientras el alcohol evapora y la salsa se traba ligeramente.
Paso 5
Terminar con el perejil picado por encima y con un chorro de aceite de oliva virgen extra en crudo para rematar.