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En estos últimos tiempos en los que estoy recopilando las cosas que suelo preparar de cena, me estoy dando cuenta de que las cenas con cuchillo y tenedor tienen lugar en contadas ocasiones. El porcentaje de veces que preparo algo de cuchara, -un puré, una sopa... -, una ensalada para usar solo el tenedor o algo para comer con las manos es, sin duda, mucho más alto que el de platos que requieren utilizar más de un cubierto.

La que os propongo hoy está en el grupo de la mayoría, en el de las recetas sin complicaciones de ningún tipo, ni a la hora de cocinar, ni a la hora de comer. Como decía mi abuelo, sin huesos ni espinas, para que solo tengas que ocuparte de masticar y saborear. Porque de sabor sí va bien servida la receta de hoy.

Sabor y nutrientes para una receta que se tarda en prepararla lo que se tarda en trocear unas hortalizas. En cuestión de pocos minutos tenemos una cena ligera, sabrosa y muy nutritiva con un ingrediente que apenas tiene grasa y sí muchas proteínas de gran calidad.

Si hablamos de marisco, solemos pensar que es caro, pero nos olvidamos de uno de los mariscos más agradecidos y económicos que en estos meses de frío está en plena temporada: los mejillones. La carne de este bivalvo es una fuente excelente de proteínas, hierro, fósforo y cinc que, además, apenas aporta grasas ni carbohidratos. Si no se cocinan con salsas que puedan resultar indigestas, los mejillones son perfectos para preparar una cena sabrosa, ligera y nutritiva.

Según datos de la Fundación Española de la Nutrición, una ración de 250 gramos de carne de mejillón aporta solo 150 calorías y una cantidad de proteínas de alta calidad más que suficiente para una comida completa de una persona adulta, unos 25 gramos. Y no se quedan ahí las bondades de los mejillones, son fuente de hierro, fósforo y selenio -con una ración de esta cena cubrimos sobradamente la cantidad diaria recomendada de todos ellos-. En el apartado de vitaminas, los mejillones aportan vitaminas del grupo B y son una fantástica fuente de vitamina B12.

Ingredientes para hacer mejillones a la vinagreta

  • 2 kg de mejillones frescos
  • 1 pimiento rojo pequeño
  • 1 pimiento verde pequeño
  • 1 cebolla pequeña
  • 1 tomate pequeño
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 2 cucharadas de vinagre de vino blanco
  • Sal
  • Perejil fresco

Paso 1

Limpiamos bien los mejillones bajo un chorro de agua fría, eliminando las barbas y cualquier impureza que tengan en las conchas.

Paso 2

Colocamos los mejillones en una olla grande con medio vaso de agua y los tapamos. Los cocemos a fuego medio hasta que se abran, no deberían tardar más de 5 minutos. Una vez abiertos, los retiramos del fuego y dejamos que se enfríen. Descartamos aquellos que no se hayan abierto.

Paso 3

Mientras los mejillones se enfrían, preparamos la vinagreta. Picamos finamente el pimiento rojo, el pimiento verde, la cebolla y el tomate, y los ponemos en un bol.

Paso 4

Añadimos al bol el aceite de oliva virgen extra, el vinagre y una pizca de sal. Mezclamos bien todos los ingredientes.

Paso 5

Colocamos los mejillones en una fuente, retirando las conchas vacías y dejando solo las mitades que contienen la carne del mejillón.

Paso 6

Repartimos la vinagreta sobre los mejillones de manera uniforme y espolvoreamos el perejil fresco picado por encima.

Paso 7

Refrigeramos durante unos 20-30 minutos antes de servir para que los mejillones absorban bien los sabores de la vinagreta.

Otras ideas de recetas rápidas con mejillones

Los mejillones, desde el punto de vista gastronómico, son también muy versátiles y se prestan a ser utilizados en multitud de recetas tanto frías como calientes, desde patés o cremas para untar hasta deliciosos arroces.

A la hora de comprar mejillones para una receta, hay que tener en cuenta que el peso de las cáscaras representa entre un 50 y un 60 % del peso total -mayor el porcentaje cuanto más pequeños sean los mejillones-, por eso hay que calcular unos 500 gramos por comensal.

Aunque ya los mejillones al vapor pueden ser un plato delicioso y rapidísimo de hacer, os dejamos unas cuantas ideas para disfrutar del marisco más agradecido.

  • Mejillones al vapor con limón y perejil. Cocinamos los mejillones al vapor y los servimos con un poco de zumo de limón, perejil picado y un toque de aceite de oliva virgen extra.

  • Mejillones a la marinera. Salteamos cebolla, ajo y tomate en aceite de oliva para preparar un sofrito. Añadimos vino blanco, laurel, pimentón, esperamos a que se evapore el alcohol y cocemos los mejillones hasta que se abran.

  • Mejillones gratinados. Cocemos los mejillones y retiramos la concha que no contiene al molusco, cubrimos éste con una mezcla de ajo, perejil y pan rallado. Gratinamos al horno hasta que estén dorados.

  • Mejillones en salsa de vino blanco. Cocinamos los mejillones con vino blanco, ajo, mantequilla y nata para que quede una salsa cremosa. Servimos con un poco de perejil picado y pimienta recién molida.

  • Ensalada de mejillones. Mezclamos la carne de los mejillones cocidos con tomate, pepino, cebolla morada, aceite de oliva y vinagre de manzana.

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