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Durante el mes de diciembre, el marisco puede llegar a incrementar su precio más de un 60 % y los hogares no siempre disponen del presupuesto necesario para hacer frente a semejantes dispendios.
Para los que buscamos algo bueno, rico y que no sea caro, existe una opción de marisco que en esta época del año está en su mejor momento para disfrutarlo fresco y cuyo precio es siempre muy contenido: los mejillones.
A los mejillones se les suele llamar "el marisco de los pobres", un calificativo quizá un poco injusto teniendo en cuenta que se trata de un alimento con unas propiedades nutricionales fabulosas, pues tienen gran cantidad de proteínas, ácidos grasos omega-3 y fibra. Como si no fuera bastante, son muy versátiles en la cocina y permiten preparar suculentas recetas como estos mejillones en salsa marinera.
El mejillón es el molusco más popular en España, no en vano, nuestro país es una de las primeras potencias productoras mundiales. La mayor producción de este bivalvo está en las Rías Baixas, aunque en el Mediterráneo se produce otro, de menor tamaño y también de excelente calidad.
El mejillón, desde hace muchos años, procede de la acuicultura, de cultivos que se hacen por el sistema de bateas, que son unas plataformas flotantes ancladas en fondo del mar, de las que cuelgan las cuerdas a las que se adhieren las semillas o crías del mejillón. Estas tardarán aproximadamente un año en adquirir un tamaño adecuado para su venta y distribución.
De manera natural, el mejillón vive fijo al sustrato rocoso en las zonas litorales -de ahí que se conozcan como mejillones de roca-, tanto en mar abierto como en desembocaduras de ríos, siempre que existan movimientos de aguas significativos como es el caso de las rías gallegas.
Proteínas de buena calidad y pocas grasas
Según la Fundación Española de la Nutrición, del mejillón «destaca el aporte de proteínas de buena calidad, aunque en cantidad algo inferior a las del resto de los moluscos. Posee un bajo contenido en grasa por lo que su valor calórico no es muy elevado (100 g de porción comestible de mejillones aporta 60 Kcal). Aun con esto, el mejillón es fuente de ácidos grasos omega-3».
En cuanto al contenido en minerales «el selenio es el más destacado, siendo los aportes de una ración casi suficientes como para cubrir el total de las ingestas recomendadas al día para mujeres en edades comprendidas entre los 20 y 39 años y actividad física moderada. En segundo lugar, destacan los aportes de hierro, fósforo, yodo y zinc. El hierro que contienen —4,5 g por 100 g de carne de mejillón— es superior incluso al de muchas carnes como la de cerdo o ternera, si bien hay que tener en cuenta que los mejillones se consumen en cantidades inferiores a las carnes, y con menos frecuencia».
En el apartado de vitaminas, es destacable el aporte de algunas del grupo B, vitamina B12, folatos y niacina. Las dos primeras contribuyen al proceso de división celular mientras que la niacina contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Cómo hacer mejillones a la marinera
Ingredientes para hacer unos mejillones a la marinera muy fáciles
- Mejillones, 2 kg
- Ajo, 2 dientes
- Cebollas, 2
- Salsa de tomate, 2 cucharadas
- Pimentón de la Vera dulce, 1 cucharada
- Harina de trigo, 2 cucharadas
- Vino blanco, 200 ml
- Agua de cocer los mejillones, 200 ml (o caldo de pescado)
- Sal, al gusto
- Aceite de oliva virgen extra, 3 cucharadas
- Perejil, 3 o 4 ramitas
Los pasos que debes seguir para cocinar en casa estos mejillones en salsa marinera son los siguientes, toma nota de ellos y no volverás a querer comprar ni una lata más.
Paso 1: Limpiar los mejillones
Los mejillones pueden traer restos de cuerda, algas y diversas conchas de adheridas, por eso lo primero que debemos hacer es limpiarlos bien.
Para ello los ponemos en el fregadero limpio, les vamos rascando la concha y los enjuagamos bien bajo el chorro de agua fría. Si alguno tiene la concha rota o está abierto, lo tiramos.
Paso 2: Cocer los mejillones y retirar las conchas
Ponemos a calentar una olla, preferiblemente de hierro y, cuando esté tan caliente que veamos que empieza a echar humo. En ese momento, echamos los mejillones y tapamos la olla. La humedad de los mejillones hará que se genere vapor y con él se cocerán.
Los dejamos cocer un par de minutos hasta que se abran y, cuando lo hagan, los sacamos de la olla y reservamos por un lado los mejillones y, por el otro, el caldo que quedará en la olla que no es más que el agua que han soltado los mejillones. Puro sabor a mar.
Paso 3: Preparar la salsa marinera para los mejillones
En una sartén o cazuela baja -queda genial en una cazuela de barro- ponemos a calentar el aceite de oliva virgen extra en el que empezaremos por sofreír los dientes de ajo pelados y bien picados hasta que empiecen a bailar y a desprender todos sus aromas.
A continuación, añadimos las cebollas picadas muy finas y las dejamos sofreír hasta que estén doradas.
Cuando la cebolla esté dorada añadimos el perejil picado y la harina, que cocinaremos durante un par de minutos para que pierda el sabor a crudo.
Añadimos el vino blanco y dejamos hervir hasta que evapore el alcohol.
Añadimos el caldo que teníamos reservado de los mejillones y, si la cantidad de este último no es suficiente, podemos añadir un poco de agua o caldo de pescado.
Añadimos también la salsa de tomate y mezclamos todo bien.
Incorporamos el pimentón y dejamos cocer a fuego medio bajo durante unos cinco minutos removiendo de vez en cuando para que nuestra salsa marinera para mejillones no se agarre al fondo.
Finalmente, añadimos los mejillones que tenemos reservados y dejamos cocinar un par de minutos para que tomen temperatura.
Paso 4: Servir los mejillones a la marinera
Antes de servir nuestros mejillones en salsa marinera los dejamos reposar unos minutos en la cazuela para que se asienten bien los sabores. Podemos presentarlos en la mesa en la propia cazuela como entrante para que cada uno se sirva a gusto o bien podemos emplatarlos acompañados de una ración de arroz blanco o de patatas cocidas para tener un plato único la mar de sencillo y delicioso.
Trucos Cocinillas
Para darle más "chispa" a la receta se puede poner una parte de pimentón picante o añadir alguna guindilla o cayena al sofrito. El picante le va genial a este molusco.
Si tuviéramos que preparar la receta en una sartén o en una cazuela que no sea muy amplia, una vez cocidos los mejillones se pueden retirar las conchas vacías y dejar solo las que contienen la carne, así resultará más fácil removerlos cuando los incorporemos a la salsa.
Esta misma salsa marinera también es un escándalo si en vez de mejillones utilizamos unas buenas almejas. En ambos casos, conviene preparar el pan para mojar la salsa, o esconderlo bien si no queremos caer en esa tentación.
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