Siempre he dicho que los sándwiches, bocadillos y demás tienen una muy mala prensa que no se merecen. Y es que no siempre comer de bocadillo significa comer mal, comer de bocadillo no siempre es comer pan untado de mil salsas grasientas, relleno de cosas hipercalóricas y acompañado de una montaña considerable de patatas fritas.

Ingredientes

  • Pulled pork o restos de cualquier asado de carne, 75 g
  • Pan de hogaza con cereales integrales, 2 rebanadas
  • Pepinillos en vinagre, 2
  • Queso Camembert, 3 tiras (o una loncha de cualquier otro queso que os guste)
  • Tomate, 1 pequeño
  • Sal
  • Aceite, solo si es necesario

No es demasiado difícil hacerse un bocadillo con cierto sentido que te sirva como plato único y sea bastante equilibrado.

En mi caso, ya os he contado en alguna ocasión que desde hace algún tiempo intento huir de todo tipo de fiambres cocidos procesados, por poner un ejemplo, me sabe más rico y creo que es mucho más sano preparar un sándwich con pechuga de pollo asada por mí que con una pechuga de pollo o de pavo industrial que viene con mil aditivos. Y como también os he contado en otras ocasiones, el pulled pork debería ser un imprescindible en todas las neveras, pues es una maravilla como base para preparar muchos platos rápidos.

Preparación del sándwich de pulled pork

01: Calentar la carne

Ponemos a calentar la carne en una sartén a fuego medio-alto. Si la carne suelta grasa, la aprovechamos para engrasar la sartén y retiramos el exceso. Si la carne está muy seca, pincelamos ligeramente la sartén con un poco de aceite.

02: Tostar el pan y montar el sándwich

En la misma sartén colocamos una de las rebanadas de pan y colocamos la carne ya caliente sobre ella.

Sobre la carne colocamos un par de pepinillos cortados en láminas a lo largo. Al final, el sándwich resulta más fácil de comer si los pepinillos se cortan a lo largo, pues si los cortamos en rodajas tienden a escaparse con mucha facilidad.

Cubrimos los pepinillos con el queso, en esta ocasión yo he puesto un Camembert bajo en grasa, pero podéis poner el queso que más os guste, aunque es preferible que sea un queso tierno y poco grasiento.

Terminamos colocando una capa de tomate bien lavado y cortado en rodajas finas que salaremos ligeramente. Ya falta poco para tener listo nuestro sándwich.

03: Terminar de preparar el sándwich de pulled pork

Colocamos la otra rebanada de pan en la sartén, la tapamos -preferiblemente con una tapa del tamaño de la sartén, aunque si no tenemos podemos taparla con un trozo de papel de aluminio- y dejamos que se vaya tostando ligeramente con la sartén al mínimo durante unos 8 o 10 minutos hasta que el pan esté dorado y crujiente y el queso bien fundido.

04: Servir

Cuando esté listo nuestro sándwich de pulled pork, simplemente tapamos lo con la rebanada de pan que se ha ido tostando sola y lo sacamos con cuidado de la sartén. Lo ponemos sobre un plato o sobre una servilleta y ya solo nos quedará disfrutarlo calentito.

Resultado

Este sándwich de pulled pork es un plato que aporta una ración completa de carbohidratos (tomate, pepinillos y pan integral), proteínas (carne y queso) y cuyo contenido graso es fácilmente modulable, ya que se puede reducir casi al mínimo si en vez de pulled pork se utiliza pechuga de pollo asada y en vez del Camembert se elige un queso fresco bajo en grasas. Si se quiere untar alguna salsa en el pan, recordad que opciones como la mostaza o el kétchup son bastante menos calóricas que otras como la salsa rosa, la mayonesa o la salsa tártara.

Personalmente pienso, que con el queso fundido y el tomate ya queda jugosísimo, por eso no le pongo más aderezos. Pero con salsas o sin ellas, lo que os recomiendo es que hagáis el pulled pork y que probéis este sándwich, porque es muy posible que después de descubrirlo os ahorréis muchas visitas a la charcutería.