Con tanto cocinar me estoy convirtiendo en una maruja.  La semana pasada incluso me compré una revista de cocina. Me hicieron falta tres visitas al súper para decidirme. ¿Sabéis los productos trampa que están situados estratégicamente justo donde estás haciendo cola para la caja? Pues cada vez que iba  a hacer la compra veía la revista de las narices, con aquella tarta en la portada, y me decía a mi misma: “Pero Marta, ¿estás de coña o qué? Esto es para las marujas inglesas que viven de ayudas del estado y tienen tiempo y dinero para comprar chorradas”. Pero la revista seguía ahí cada semana y la tarta me ponía ojitos de cómeme. Claro, al final caí y la compré, y tengo que decir que fue bastante decepcionante. Había pocas recetas y en su mayoría eran muy largas y complicadas. Aún así encontré ésta que os traigo hoy, perfecta para rematar una comida de domingo.

Ingredientes

  • 175g de chocolate negro
  • 75g de avellanas blancas (no llevan la piel)
  • 80g de azúcar
  • 2 cucharadas soperas de polvo de cacao (no colacao)
  • 2 cucharadas soperas de mantequilla
  • 2 huevos
  • 1 ó 2 tapones de ron oscuro, tipo Brugal, Negrita, etc (opcional)
  • 1 paquete de hojaldre ya preparado

Preparación

Ponemos las avellanas y el chocolate troceado en una batidora de vaso o picadora y trituramos bien. Si no tenéis batidora de vaso o picadora tendréis que machacarlas con un mortero y derretir el chocolate en el microondas.

Ponemos todo lo anterior en un bol y lo mezclamos con el azúcar, la mantequilla derretida en el microondas, las yemas de los huevos (reservar las claras para el final) y el ron. Podemos sustituir el ron por agua. Nos ayudamos de una cuchara para mezclar todo bien hasta que quede una pasta consistente.

Extendemos el hojaldre y cortamos un círculo que sea un poco más grande que un plato. Extendemos la mezcla dejando un par de centímetros libres desde el borde.

Recortamos otro círculo de tamaño más pequeño y lo ponemos encima. Doblamos los bordes y los pegamos bien, pellizcando la masa.

Dibujamos unas líneas curvas con un cuchillo (o lo que queramos), y lo pintamos todo con la clara de huevo. Si no tenéis una brocha, hacedlo con los dedos.

Lo metemos todo en el horno, precalentado a 220º, hasta que esté bien dorado.

Servimos caliente, con nata o helado.

Resultado

Produce el mismo efecto de chocolate caliente-seco del brownie, por lo que queda genial con nata (o con helado también), y es perfecto como postre para una comida a base de carne. Eso sí, ¡llena muchísimo!

Se conserva muy bien los días siguientes y si se ha quedado frío simplemente podemos calentarlo 30 segundos en el microondas antes de comerlo.

Tiempo: 30 minutos + horneado

Dificultad: 2/5

Digestión: 4/5

Precio: 6€

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