Otro clásico de la Navidad es el turrón. Ya os enseñamos cómo hacer turrón de chocolate crujiente, cómo preparar mazapanes caseros o cómo hacer unos polvorones caseros bien bonitos. Bien, pues hoy os enseñamos otros clásico entre los clásicos, el turrón de Jijona o turrón blando de almendra. Personalmente, creo que todo lo que lleve almendra es una delicia, pero con ésta versión casera del turrón clásico vais a alucinar.

 Ingredientes

  • 300 g de almendra cruda entera
  • 100 g de azúcar blanco
  • 200 g de miel
  • 1 clara de huevo (unos 30 o 40 g)
  • Esencia de limón
  • Canela

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El sabor es indescriptible. Quizá no sabe tanto a un

Preparación de turrón blando

En primer lugar, debemos poner nuestras almendras cruda en una sartén a fuego medio-bajo durante unos 15 minutos, removiéndolo de vez en cuando. Tened paciencia y no subáis el fuego, porque en cuanto cogen temperatura, tienen a tostarse muy deprisa. Es mejor ir poco a poco y que se tuesten de forma uniforme. El punto de tostado podéis dejarlo a vuestro gusto, pero mucho ojo con pasaros, porque puede amargar.

Mientras se van tostando las almendras, vamos a preparar nuestro molde para el turrón. Yo he utilizado un molde de plum-cake de silicona, pero si no tenéis podéis coger un brick de leche y cortarlo por la mitad en el sentido longitudinal, para que os quede un molde rectangular largo y de poca altura. Tened en cuenta que cuanta más superficie tenga vuestro molde, más finito os quedará el turrón. Cogemos una hoja de papel de horno o papel encerado y cortamos una tira con el ancho de la base de nuestro molde pero más largo para que sobre, y otra tira con el ancho de  la parte más larga del molde (sé que es un poco raro de explicar, en la galería del final hay una imagen que vale más que mil palabras 🙂 )

Cuando tengamos las almendras tostadas, las apartamos y dejamos enfriar. Mientras tanto, montamos las claras a punto de nieve. Lo ideal es hacerlo con una batidora con varillas o con un robot de cocina, pero también podemos hacerlo a mano, es cuestión de hacer movimientos amplios para ir metiendo aire mientras se bate, y un poquito de paciencia. Sabremos que están montadas en su punto cuando le demos la vuelta al recipiente donde lo estemos haciendo y se mantengan firmes y no se caigan (cuidado con voltearlo antes de tiempo, que lo mismo llenamos la cocina de huevo).

Acto seguido, en una sartén antiadherente ponemos el azúcar y la miel. Es interesante utilizar una miel de buena calidad y con una textura densa, pues ayudará a que el resultado final sea óptimo. Lo ponemos a fuego medio y vamos disolviendo el azúcar en la miel poco a poco. Cuando las almendras se hayan enfriado, las molemos al punto que nos gusten. En este caso, yo las he triturado muy finamente porque buscaba un resultado más homogéneo y similar al del turrón comprado.

Cuando el azúcar esté totalmente disuelto, apartamos la sartén del fuego y vamos añadiendo poco a poco las claras montadas removiendo constantemente para que no cuajen. Deberemos obtener una crema suave y esponjosa de color beige. Añadimos entonces media cucharadita de canela y 3 o 4 gotas de esencia de limón y lo mezclaremos todo bien. Acto seguido, incorporamos las almendras molidas y removemos durante unos 3 minutos hasta que esté toda la mezcla bien integrada.

Toca rellenar el molde. Con ayuda de una espátula, vertemos el contenido de la sartén en el molde previamente empapelado y lo extendemos de forma uniforme. Es bastante pegajoso, así que tened paciencia. En cualquier caso, el truco para obtener una buena consistencia y un grosor uniforme viene ahora: cubrimos la superficie de la masa con los extremos del papel de horno que hemos dejado a propósito y colocamos peso encima. Yo he utilizado un brick de leche porque cubría casi a la perfección toda la superficie y es bastante plano. En caso de que lo que coloquéis no se ajuste bien al tamaño del molde, podéis ir moviendo cada cierto tiempo el peso de una zona a otra para que vaya prensando poco a poco todo.

Lo deberemos dejar reposar al menos unas 6 horas, hasta que esté frío, pero os recomiendo que lo dejéis de un día para otro, quedará más compacto. Para desmoldar nuestra tableta de turrón será muy sencillo, porque para eso hemos puesto papel encerado. Retiramos el peso y tiramos del sobrante de papel, colocándolo sobre una fuente adecuada. Queda blandito pero flexible, así que no es demasiado complicado de manipular. Ya sólo el olor de nuestro turrón casero inundará la cocina…

Resultado

Es tan suave y blandito que se os deshará en la boca. Sabe intensamente a almendra y cuanto más aromática sea la miel que utilicéis, más rico quedará. Si queréis hacer alguna variación, os sugiero que sustituyáis parte de la almedra por otro fruto seco, como avellanas. Además, también podréis sustituir el azúcar blanco convencional por azúcar moreno (que le dará un sabor especial como os comentamos aquí). Con todas las recetas que os hemos dado para hacer dulces de Navidad caseros, no tendréis que comprarlos nunca más, ¡y qué satisfactorio es ver cómo le gusta a todo el mundo!

Tiempo: 25 minutos + tiempo de reposo (al menos 6 horas)

Dificultad: 2/5

Digestión: 4/5

Precio: 8 euros

 

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