Partiendo del bizcocho de yogur que preparé, tenía como objetivo conseguir una divertida tarta de cumpleaños y que estuviera deliciosa. Así que rellené el bizcocho con nata y trufa, humedecí el bizcocho con almíbar de vainilla y lo decoré todo de una manera graciosa.

Los cerditos son de fondant, para formarlos seguí estos pasos, pero sin tantos utensilios especiales, me apañé con un cuchillo y un palillo. Los podéis preparar el día de antes y guardarlos tapados en la nevera. Y los bordes con KitKat o algo similar que se os curra.

Preparación

Unas horas antes de montar todo hay que empezar a preparar la trufa porque tiene que estar muy fría para poder montarla. Echamos la nata y el chocolate en trozos en un bol y lo metemos en el microondas de 30 en 30 segundos. Cada vez que pare lo mezclamos, continuamos este proceso hasta que el chocolate se integre perfectamente con la nata. Cuando se temple metemos la mezcla en la nevera 2 horas como mínimo.

Para hacer el almíbar ponemos en un cazo el azúcar y el agua y lo llevamos a ebullición. Lo tenemos hirviendo unos 5 minutos o hasta que veamos que empieza a coger un color dorado. Cuando apaguemos el fuego echamos el aromatizante, en mi caso extracto de vainilla (media cucharadita), pero podéis poner ralladura de naranja, de limón, agua de azahar… Reservamos el almíbar.

Montamos la nata con el azúcar en un bol con ayuda de unas varillas o la batidora. Con la preparación de la trufa hacemos lo mismo en otro bol.

Cortamos el bizcocho en 3 láminas lo más lisas posibles, esto nos hace descartar la parte de arriba del bizcocho para la tarta que es muy irregular (los recortes no los tiréis, guardadlos para el desayuno). Como veis en las fotos tuve un problema con una de las partes y la rompí por el centro, no pasa nada, la puse en la parte de en medio, nadie se dio cuenta y la tarta tubo con un corazón de trufa.

El montaje hay que hacerlo en el plato que vayáis a sacar a la mesa porque una vez montada no la vais a poder mover entera con seguridad.

Ponemos la lámina que hará de base, normalmente será la base del propio bizcocho, y la pintamos con el almíbar. Si no tenéis un pincel de cocina podéis ir empapándola con una cuchara grande o un cucharón.

La cubrimos con la nata montada, aproximadamente una capa de 1 cm. Tampoco os obsesionéis con dejar la capa de nata perfecta que luego no se ve.

Ponemos la siguiente lámina, en mi caso la rota, la pintamos con el almíbar y la cubrimos con una capa de trufa. Hay que guardar un poco de trufa para poner alrededor de la tarta y que haga de pegamento de las barritas de chocolate. Cubrimos la trufa con la última lámina y la pintamos con el almíbar.

Rodeamos la tarta con la trufa que hemos guardado y empezamos a poner las barritas de chocolate alrededor. Atamos la cinta intentado hacer un lazo gracioso, esto ayudara a que las barritas no se caigan.

Calentamos 20 segundos la crema de chocolate en el microondas para que sea más manejable y la vertemos por encima del bizcocho. No pongáis mucha cantidad, solo lo necesario para cubrir el bizcocho.

Ya solo queda poner los cerditos y guardar la tarta en la nevera.

Resultado

¡Avalancha de fotos nada más dejar la tarta en la mesa!

Creo que eso lo resume todo, a los invitados les encantó la tarta y a la cumpleañera también. La tarta además de bonita estaba deliciosa (que es lo importante)  y el relleno jugoso y tierno, nadie dejó nada en el plato.

Los cerditos son muy fáciles de hacer, yo soy un poco manazas para los trabajos manuales y los hice sin mucha dificultad. Este mismo montaje lo podéis hacer con el relleno que más os guste, con bizcocho de chocolate o las variaciones que se os ocurran, ya me contareis.

7 fotos

Tiempo: 1,5 horas

Dificultad: 3/5

Digestión: 4/5

Precio: 15 €